La magia de creer para ver

domingo, 29 de diciembre de 2013

Verano, ardor, presencia

No oiré cantar este año la cigarra,
su lenta perdición,
su fuego fatuo.
No sabré qué es aroma.
No tendré el frenesí de la existencia
surto en el corazón.
La vívida corona que el estío
puso sobre mi sien, año tras año,
se habrá quedado en vilo sin la frente
donde posarse: un sueño se ha extinguido.

Todo es inmensidad y fuerza ciega
que en vaivén prevalece.
Ayer se es rey del campo,
hoy paria en la ciudad.
Y donde hubo noches estrelladas,
algún fulgor errante,
y hasta el amor, tal vez, cuando una puerta
dejó pasar insomne como un astro,
alguna aparición,
ved lo que queda: un eco.

Cada momento nuevo nos sorprende
como una lejanía.
Nos parece lejano como un trance
que ya se consumó. Lo que en su flujo
nos va dando a beber, veneno o néctar,
nos sabe a cosa rara y peregrina
más vieja que nosotros,
y casi se diría que el presente
no es nunca realidad, de tal manera
cumplimos maquinales los hervores
que la suerte o desgracia nos depara
improvisadamente.

Qué prodigio
vernos sustituidos, inestables,
por otro yo, por otras situaciones.
Ayer había un fuego en torno nuestro
hoy un pozo de sombra.
Y el organismo nuevo se revierte
al trasegar del cuerpo de la llama
al hoyo tan profundo: es cosa hecha.
Se lucha por saber.
Pero somos llevados y traídos
como los cachivaches insensibles
que acompañan al hombre en los cuidados
de sus desplazamientos. ¡Insensibles!
Ah, si la piel pudiera estar tranquila
bajo tanto mensaje.
Si la mano y el ojo no estuvieran
tan tiernamente unidos,
sedosamente unidos y esperando
siempre la presa audaz
que más que posesión será un recuerdo.
¿Seríamos entonces lo que somos?
No, más bien realidades.
Seríamos presente.
Presencia nada más, presencia pura.
No haríamos volver nuestras miradas
al pasado infernal, no aspiraría
ya el descontento a sueños imposibles.
Ni el recuerdo ni un mito de esperanza.
Como aquellas parejas de otro tiempo
que en el quicio entreabierto de la noche
dialogaban de amor,
se fundían de amor,
sin que ella se avanzara o él entrara
más de lo que el dintel les permitía.
Un vibrante postigo en el que estamos
sin entrar ni salir, sin añoranzas,
sin ambiciones, quietos, favorables,
recibiendo presencia y más presencia,
viviendo lo que somos: hoy, ahora.
Juntando realidad.


Juan Gil-Albert‏

miércoles, 18 de diciembre de 2013

Me basta así

Si yo fuese Dios
y tuviese el secreto,
haría un ser exacto a ti;
lo probaría
(a la manera de los panaderos
cuando prueban el pan, es decir:
con la boca),
y si ese sabor fuese
igual al tuyo, o sea
tu mismo olor, y tu manera
de sonreír,
y de guardar silencio,
y de estrechar mi mano estrictamente,
y de besarnos sin hacernos daño
—de esto sí estoy seguro: pongo
tanta atención cuando te beso—;
entonces,
si yo fuese Dios,
podría repetirte y repetirte,
siempre la misma y siempre diferente,
sin cansarme jamás del juego idéntico,
sin desdeñar tampoco la que fuiste
por la que ibas a ser dentro de nada;
ya no sé si me explico, pero quiero
aclarar que si yo fuese
Dios, haría
lo posible por ser Ángel González
para quererte tal como te quiero,
para aguardar con calma
a que te crees tú misma cada día
a que sorprendas todas las mañanas
la luz recién nacida con tu propia
luz, y corras
la cortina impalpable que separa
el sueño de la vida,
resucitándome con tu palabra,
Lázaro alegre,
yo,
mojado todavía
de sombras y pereza,
sorprendido y absorto
en la contemplación de todo aquello
que, en unión de mí mismo,
recuperas y salvas, mueves, dejas
abandonado cuando —luego— callas…
(Escucho tu silencio.
Oigo
constelaciones: existes.
Creo en ti.
Eres.
Me basta).


Ángel González

Busca dentro de ti

Busca dentro de ti
la solución de todos los problemas,
hasta de aquellos que creas
más exteriores y materiales.

Dentro de ti está siempre el secreto;
dentro de ti están todos los secretos.
Aún para abrirte camino en la selva virgen,
aún para levantar un muro,
aún para tender un puente,
has de buscar antes, en ti, el secreto.

Dentro de ti hay tendidos ya todos los puentes.
Están cortadas dentro de ti las malezas y
lianas que cierran los caminos.
Todas las arquitecturas están ya levantadas dentro de ti.
Pregunta al arquitecto escondido: él te dará sus formulas.

Antes de ir a buscar el hacha de más filo,
la piqueta más dura, la pala más resistente,
entra en tu interior y pregunta...
Y sabrás lo esencial de todos los problemas
y se te enseñara la mejor de todas las formulas,
y se te dará la más sólida de todas las herramientas.

Y acertarás constantemente,
puesto que dentro de ti
llevas la luz misteriosa de todos los secretos.

Amado Nervo

¡Se puede!

Si me ves cansado... fuera del sendero,
ya casi sin fuerzas para hacer el camino:
Si me ves sintiendo que la vida es dura,
porque ya no puedo, porque ya no sigo.
Ven a recordarme cómo es un comienzo,
ven a desafiarme con tu desafío.

Muéveme en el alma,
vuélveme al impulso,
llévame a mí mismo.

Yo sabré entonces encender mi lámpara
en el tiempo oscuro, entre el viento frío,
volveré a ser fuego desde brasas quietas,
que alumbre y reviva mi andar peregrino.
Vuelve a susurrarme aquella consigna
desde el primer paso para un principio.
Muéstrame la garra que se necesita
para levantarse desde lo caído.

Si me ves cansado fuera del sendero,
sin ver más espacios que el de los abismos.
Trae a mi memoria que también hay puentes,
que también hay alas que aún no hemos visto.

Que vamos armados de fe y de bravura,
que seremos siempre lo que hemos creído.
Que somos guerreros de la vida plena,
que todo nos guía hacia nuestro sitio.
Que un primer paso, y en un nuevo empeño
nos lleva a la forma de no ser vencidos.

Que el árbol se dobla,
se agita, se estremece, deshoja y retoña,
pero queda erguido.
Que el único trecho que da el adelante
es aquél que cubre nuestro pie extendido.

Si me ves cansado, fuera del sendero,
solitario y triste, quebrado y herido,
siéntate a mi lado, tómame las manos,
entra por mis ojos hasta mi escondrijo...
Y dime... ¡se puede! e insiste, ¡se puede!
hasta que yo entienda que puedo lo mismo.
Que tu voz despierte, desde tu certeza,
al que de cansancio se quedó dormido.
Y tal ves, si quieres, préstame tus brazos,
para incorporarme, nuevo y decidido.
Que la unión es triunfo
cuando hombro con hombro vamos,
con el mismo brío.

Si me ves cansado, fuera del sendero,
lleva mi mirada hacia tu camino.
Hazme ver las huellas, que allá están marcadas,
un paso tras otro por donde has venido.

Y vendrá contigo una madrugada,
la voz insistente para un nuevo inicio,
que abrirá otro rumbo porque...
¡Sí, he creído!... que siempre se puede...
se puede, mi amigo.

Anónimo

El matrimonio

Nacisteis juntos y juntos permaneceréis para siempre.
Estaréis juntos cuando las alas blancas de la muerte
esparzan vuestros días.
Sí; estaréis juntos aun en la memoria silenciosa de Dios.
Pero dejad que haya espacios en vuestra unión.
Y dejad que los vientos del cielo dancen entre vosotros.
Amaos el uno al otro, pero no hagáis del amor una cadena;
Que sea, mejor, un mar moviéndose entre las orillas
de vuestras almas.
Llenaos uno al otro vuestras copas,
pero no bebáis de una misma copa.
Compartid vuestro pan, pero no comáis del mismo trozo.
Cantad y bailad juntos y estad felices,
pero que cada uno de vosotros sea independiente.
Las cuerdas de un laúd están solas, aunque palpiten
con la misma música.
Dad vuestro corazón, pero no para que
vuestro compañero lo tenga.
Porque únicamente la mano de la Vida puede
contener los corazones.
Y estad juntos, pero no demasiado juntos.
Porque los pilares del templo están separados.
Y, ni el roble crece bajo la sombra del ciprés
ni el ciprés bajo la del roble.

KHALIL GIBRÁN

lunes, 16 de diciembre de 2013

Ulises - Breve historia búlgara

ULISES

A la playa de Ítaca
me trajeron dormido,
un cuerpo inerte sólo.

Primero
no me reconocieron
y después nadie me preguntó
nada.

He matado a los pretendientes.
Y más

no tengo que navegar.

No tengo que inventar.
No tengo que inventarme.
No tengo que ser
otro.

No tengo que ser.

Ni siquiera yo
sueño con Odiseo.

Mi fuga
a lo real

se ha cumplido.


ОДИСЕЙ

Спящ ме довлякоха
на брега на Итака,
само тяло инертно.

Първо
не ме познаха.
И после никой не ме попита
нищо.

Убих претендентите.
Вече

не трябва да плувам през бурите.

Не е нужно повече да измислям.
Да се измислям.
Да бъда
друг.

Да бъда.

Ни дори аз сънувам
Одисей.

Сбъдна се
моето бягство

в реалността.



BREVE HISTORIA BÚLGARA

Sobrevivimos, sobrevivimos, siempre sólo sobrevivimos.

Sobrevivimos a los bizantinos.
Sobrevivimos a los otomanos.
Sobrevivimos a los rusos.
A los fascistas, a los comunistas.

Sobreviviremos a los nuestros,
a los ajenos, a los vuestros.
Dolor con labios apretados de cal y añil sin sombra.

Sobrevivimos, sobrevivimos, sobrevivimos.

Precedente histórico
milagro de los milagros.
¿A qué más fuerzas
-oscuras y luminosas-
no subsistimos?

Supervivientes, supervivientes, supervivientes: ni vivos,
ni muertos.

Silabea la luna roma:
¡Ni muertos!

Ni muertos siquiera
para albergar esperanza

de resucitar.


КРАТКА БЪЛГАРСКА ИСТОРИЯ

Все оцеляваме, оцеляваме, оцеляваме.

Оцеляхме от византийците.
Оцеляхме от отоманците.
Оцеляхме от руснаците.
От фашистите. От комунистите.

Ще оцелеем от нашите,
от чуждите, от вашите.
Болка, стискаща устни от вар и синка.

Все оцеляваме, оцеляваме, оцеляваме.

Прецедент исторически,
чудо на чудесата,
от какви ли не сили,
и тъмни и светли,
сме оцелели.

Оцелели, оцелели, оцелели – ни живи,
ни умрели!

Срича месецът щърбав:
Ни умрели!
Ни даже умрели.
Та надежда да храним

за възкресение.


Zhivka Baltadzhieva (Sofia, Bulgaria, 1947)

Canción de otoño

¿Conoces tú el país?...
Goethe

Repitamos con tono de balada muy vieja:
"Cómo volver allí, cómo volver."
Puedo volver, amigo, al país más lejano.
Fácil sería ver la nieve y los ciruelos.
Pero enséñame, dime el intacto camino
que me llevó al lunar de nuestro encuentro.
Llévame a los hondos pasillo de la casa
en que estuvimos con el frío aire de otoño.
¿Cómo volver allí, cómo volver?
Podemos caminar la tierra entera.
Cansados de buscar, preguntaríamos

"¿Cómo volver allí, cómo volver
al lugar que está sólo a unos pasos
de aquí, conoces tú el camino?"
Allí nosotros solos, los fugaces,
entre el muro real, la tarde eterna,
estuvimos hablando de los libros
preferidos, oyéndonos las voces.
Cómo volver allí, cómo volver,
si ya el pasillo está lleno de polvo,
y he visto ya mi alma totalmente
y no entro en mí como en un parque oculto.
Más que un amor que no es correspondido
o el futuro que mira un moribundo,
lo imposible es la casa en que estuvimos,
y cómo a mí me sonaban tus palabras.
Cómo volver allí, cómo volver,
a imaginar siquiera lo que fuimos,
la extraña adolescencia, los encuentros,
y los juegos más graves que la frívola vida.
Oh y los muros estaban como un hecho
irrefutable, más allá del deseo
de mis ojos fugaces y distintos!
La casa, sí, sólo un amargo engaño,
era frágil, mortal como los sueños.
Nosotros, los fugaces, los despiertos
¿cómo podemos di, volver allí?
Puedo volver, amigo, al país más lejano,
al país de la nieve y los ciruelos.
¿Mas adónde quedó tu traje oscuro,
tus palabras y el ruido del otoño?
Puedo mirar a la verdad, los ángeles.
¿Mas aquella mentira en que creímos,
con ácida pureza, en los días secretos?
Puedo soñar el sueño más distante.
¿Qué quedará más lejos que la tarde
que acaba de pasar, parque encantado?
¿Conoces tú el país en que se vuelve?
Y sin embargo escribo sobre su polvo "siempre".
Yo digo siempre como el que dice adiós.


Fina García Marruz‏

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Enséñame

Ven, enséñame y se mi maestra.

Enséñame como olvidarme de ser hombre, para ser hombre.

Enséñame a desnudarte por completo,
sin que cada prenda signifique un trofeo.

Enséñame a ser paciente para arrebatarte con amor
ese velo de pudor impuesto por un mundo que profana lo sublime.

Quiero saber que se siente, quiero saber cómo se vibra,
al llegar a tu templo sin tomarlo por asalto.

A beber de tu cuenco con veneración y respeto,
y permanecer en ti, sin luego pretender marcar mi territorio
como macho de la especie.

Ven, enséñame a romper con todos los conceptos,
a olvidar la superficiabilidad del cuerpo,
y así llegar a lo más profundo y sagrado que hay en ti.

Enséñame a que mi nota vibre con tu música en perfecta armonía.

Enséñame a olvidarme de mi, para poder unirme a tu ser.


Jeevan Mukti

Si decides marcharte

Si decides marcharte, que sea dando las gracias.
Si prefieres quedarte, que sea con el corazón dispuesto.
Si quieres aportar, que sea con palabras amables.
Si guardas silencio, que sea con una sonrisa acogedora.
Si opinas lo contrario, que sea brindando una mano abierta.
Si aspiras al cielo, que sea honrando a la tierra.
Si buscas brillar, que sea recordando a otros su luz.
Si triunfas, que sea compartiendo lo aprendido.
Si descubres tu misión, que sea con humildad.

Por si algún día decides despedirte.

Que puedas hacerlo con la cabeza alta.
Que puedas dejar un recuerdo dulce.
Que puedas partir con equipaje ligero.

Anonimo

martes, 12 de noviembre de 2013

De "Sonetos votivos"

XII

Y sin embargo, a veces, todavía,
así de pronto, cuando te estoy viendo,
vuelvo a verte como antes, y me enciendo
del mismo modo inútil que solía.

Y me pongo a soñar en pleno día,
y reprocho al destino, corrigiendo,
como los locos, lo que fue; y no entiendo
cómo no pude nunca hacerte mía.

E imagino que anoche me colmaste
de placeres sin nombre, y que esa chispa
perversa y de ternura en tu mirada

prueba que lo otro es nada —que gozaste,
que a ti también este limbo te crispa,
¡que al fin te di el orgasmo!—y lo otro es nada.

XIV

Desnuda aún, te habías levantado
del lecho, y por los muslos te escurría,
viscoso y denso, tibio todavía,
mi semen de tu entrada derramado.

Encendida y dichosa, habías quedado
de pie en la media luz, y en tu sombría
silueta, bajo el sexo relucía
un brillo astral de mercurio exudado.

Miraba el tiempo absorto, en el espejo
de aquel instante, una figura suya
definitiva y simple como un nombre:

mi semen en tus muslos, su reflejo
de lava mía en luz de luna tuya
alba geológica en mujer y hombre.

XX
(Soneto a la inglesa)

Todo hombre sin mujer es un Crusoe.
Náufrago de tu ausencia me rodeo
el simulacro gris de un ajetreo
cuya nostalgia sin piedad me roe.

Y al correr de los días o los años,
voy odiando mi edén entre las olas,
y mi siembra de amor erguida a solas,
y mi semen tragado por los caños.

No la caza triunfal, ni el fruto en ciernes;
no el perro, ni el paraguas, ni la mona;
no el papagayo o el hogar o un Viernes;
sólo un sueño imposible me obsesiona:

por entre escollos y corales y algas,
nadar hasta la costa de tus nalgas.


Tomás Segovia

De "Sátira, el libro cabrón"

1959

Juguemos al pendejo, vida mía;
verás qué divertido, cuando a huevo
tienes que celebrar el Año Nuevo
con Sonetos y muecas de alegría.

Verás qué lindo, cuando cada día
(al surgir en Oriente el rubio Febo)
sientes que el mundo ya te importa sebo
y un ardite nomás la poesía.

Acaso te amanezca alborotada
―otrora erecta, dura y agresiva―
la dulce prenda, por mi mal hallada.

No te hagas ilusiones. Pensativa,
en cuanto expulses la primera miada,
se volverá a arrugar, triste y pasiva.

Y HE DE CONCLUIR, SONETO, Y CONTENERTE…

Pienso, mi amor, en ti todas las horas
del insomnio tenaz en que me abrazo;
quiero tus ojos, busco tu regazo
y escucho tus palabras seductoras.

Digo tu nombre en sílabas sonoras,
oigo el marcial acento de tu paso,
te abro mi pecho ―y el falaz abrazo
humedece en mis ojos las auroras.

Está mi lecho lánguido y sombrío
porque me faltas tú, sol de mi antojo,
ángel por cuyo beso desvarío.

Miro la vida con mortal enojo;
y todo esto me pasa, dueño mío,
porque hace una semana que no cojo.


Salvador Novo

Elegía XIX: A su amante antes de ir a la cama (Fragmento)

Fuera con esa faja, como si la zona del cielo estuviese brillando,
Pero estuviera englobando un mundo mucho más bello.
Desprende ese peto adornado, que usas
Para que los ojos de tontos atareados puedan parar ahí:
Desátate, porque el repique armonioso
Me dice de ti que ha llegado tu hora de cama.


John Donne

Elegía XVIII: El progreso del amor (fragmento)

Sus labios hinchados; a los cuales hemos llegado,
Nos anclamos ahí, y nos pensamos en casa,
Porque todos parecen: ahí cantos de sirenas, y ahí
Sabios oráculos Délficos llenan el oído;
Ahí en un arroyo donde algunas perlas selectas se hinchan,
La rémora, su lengua escindida, reside.
Estos y el glorioso promontorio, su mentón
sobrepasando; y el estrecho de Helesponto entre
El Sestos y Abidos de sus senos,
(No de dos amantes, pero dos amores eran los nidos)
Triunfa el mar sin límites, pero que tu ojo
Algunos lunares isla pueda divisar ahí;
Y navegando hacia su India, de esa manera
Me quedaré en su bello ombligo Atlántico;
Aunque desde ahí la corriente esté hecha por tu piloto,
Aún así, ahí es donde desearías estar en bahía,
Estarás en otro bosque,
Donde algunos naufragan, y no llegan más allá.
Cuando estés ahí, considera lo que en esta persecución
Se malgastó porque empezaste con la cara.

John Donne

Seducción

Ven a vivir conmigo, y sé mi amor,
y nuevos placeres probaremos
de doradas arenas, y arroyos cristalinos;
con sedales de seda, con anzuelos de plata.

Discurrirá entonces el río susurrante
más que por el sol, por tus ojos calentado,
y allí se quedarán los peces enamorados,
suplicando que a sí puedan revelarse.

Cuando tú en ese baño de vida nades,
los peces todos de todos los canales
hacia ti amorosamente nadarán,
más felices de alcanzarte, que tú a ellos.


John Donne

lunes, 4 de noviembre de 2013

Con tal de no estar solos

Con tal de no estar solos
andamos con locos, con idiotas y borrachos,
con mujeres vacías o de moral dudosa.
mentimos a los padres
juramos en vano
entregamos la piel y comprometemos nuestros sueños.
Cruzamos la calle a ciegas
con el primero que nos da la mano.

Con tal de no estar solos
montamos una gran farsa a la que llamamos AMOR
(así, con mayúsculas)
Sacando conejos muertos de una chistera, barajando con trampas nuestras cartas y haciendo trucos malos con espejos
para no darnos de bruces con la realidad
y alejar de nosotros el miedo
a estar solos.

Porque, con tal de no estarlo, o de no parecer que lo estamos,
pasamos hambre, despilfarramos dinero,
oímos sin escuchar
abrazamos sin abarcar
y nos convertimos en autómatas desesperados.
Olvidando lo hermoso que es disfrutar el momento, relajarse y esperar que las cosas, sencillamente, sucedan. El olor a jazmín de las noches de verano y el hallazgo inesperado de lo auténtico, que nos ha de encontrar desprevenidos, despojados de artificios, sin adornos, desarmados y tranquilos. Liberados de todo lo que pesa y esclavos de lo vaporoso, lo ingrávido…

Dejarse llevar…

Pero con tal de no estar solos,
ni siquiera un momento,
seguimos buscando y seguimos fingiendo.
Maquillamos lo que se ve, y lo que no también,
por temor a que descubran nuestros defectos
y la fragilidad que se esconde tras ellos.
Nos apremia el desamparo, la angustia y la prisa…
de modo que nos devora la noche y nos descubre el día,
casi siempre en el lugar inadecuado
donde un incómodo silencio
y un dolor en el pecho
nos reprochan una y otra vez
todas esas tonterías que hacemos
aquí y ahora,
mañana y siempre
unos y otros

con tal de no estar solos.


AnaElenaPena

jueves, 31 de octubre de 2013

Sobre salvajes

Los pemones de la Gran Sabana llaman al rocío Chiriké-yeetakuú, que significa Saliva de las Estrellas; a las lágrimas Enú-parupué, que quiere decir Guarapo de los Ojos, y al corazón Yewán-enapué Semilla del Vientre. Los waraos del delta del Orinoco dicen Mejokoji (El Sol del Pecho) para nombrar al alma. Para decir amigo dicen Ma-jokaraisa: Mi Otro Corazón. Y para decir olvidar dicen Emonikitane, que quiere decir Perdonar.
Los muy tontos no saben lo que dicen
Para decir tierra dicen madre
Para decir madre dicen ternura
Para decir ternura dicen entrega
Tienen tal confusión de sentimientos
que con toda razón
las buenas gentes que somos
les llamamos salvajes

Gustavo Pereira

jueves, 24 de octubre de 2013

Tengo la "enfermedad"

Tengo
la "enfermedad"
de las mujeres.

Mis hormonas
están alborotadas,
me siento parte
de la naturaleza.

Todos los meses
esta comunión
del alma
y el cuerpo;
este sentirse objeto
de leyes naturales
fuera de control;
el cerebro recogido
volviéndose vientre...

Gioconda Belli

jueves, 17 de octubre de 2013

Los niños aprenden lo que viven


Si los niños son educados entre reproches
aprenden a condenar.

Si son educados con hostilidad
aprenden a ser agresivos.

Si viven con miedo,
aprenden a ser aprensivos.

Si son tratados con lastima,
aprenden a autocompadecerse.

Si son puestos en ridículo,
aprenden a ser tímidos.

Si viven en competencia,
no aprenden a compartir.

Si son regañados por sus errores,
aprenden a sentirse culpables.

Si viven carentes de estímulos,
aprenden a no confiar en si mismos.

Si no conocen el reconocimiento
no aprenden a valorar a los demás.

Si son educados sin aprobación,
aprenden a buscar relaciones toxicas.

Si viven entre mentiras ,
no aprenden el valor de la verdad.

Si son tratados sin amabilidad,
nunca aprenden a respetar a lo otros.

Si los niños crecen en un entorno de seguridad,
aprenden a no temerle al futuro .

Y si viven sus años mas tempranos
rodeados de amor sincero ,aprenden que el mundo
es un maravilloso lugar donde vivir.

Dorothy Law Nolte

martes, 15 de octubre de 2013

No es posible

Lágrimas.
o zonceras el amor
destinado a perpetuarse.
Acicalada tonalidad
de rostros patéticos.
Puede que expresivos.
Llamase autenticidad.

Y bien.
Se trata de una mujer.
Depuse prevenciones.
Aligeré el espíritu y sentí
el desgarrón.
Inquieto y turbado.
Reconocí
el signo, el rastro, la garra
del carancho.
Una súbita revelación
hizo palpitar mi carne.
Se impregno
de su piel.
Hincó un clavo en mis pies.

Hasta entonces la imaginaba…
Pollerón al viento, rubor y
rímel,
Sonoridades, placer
de lenguas.
Puntillas deseosas.
Sugerencias de un tiempo
ratón.
Obra intelectual
mal concebida.
Creo.

Fuma mirando a la calle.
Ojos grises,
somnolientos. Pechos vitales.
Provocativos.
Indiferencia cínica.
Intimidad de cafetería.
Rayo inclemente
que a mi turbada inocencia
fulminó.
La mirada tórnase
impersonal.
Escupe divagues,
pasiones insanas.
Socarronamente
puntea mi tibia.
Y muestra sus cartas.

Volvamos a lo nuestro…
Eres un niño - me dijo.
Puedo quererte mucho,
pero amarte...
exclúyelo.
Imagínate: Odiadas
ceremonias.
Piernas abiertas.
Orgasmos improbables.
Imposibles diría.
Cobijo de infamia
disfrazada de bondad.
¿Qué más?
Mira hacia esa calle.
Plantas que caminan…
Saturadas de despecho
y humo.
No te has erguido aún…
niño triste.
No has empezado
a vivir.
Soy bocado apreciado por
esa multitud.
Un rey fenece y otro
lo sucede.
Soy en ese reino
la flor amarilla. Me pisotean.
Mujer de nadie,
moral de todos .Toma tu café.
Y vete en paz.
No pienses.
No me pienses.
Yo no existo.
Eres un niño que amamantaría
para redimirme.
Si valiese la pena.
Opto por ser objeto de mi sino,
pisoteada flor humana
y amarilla.

LUIS ALBERTO GONTADE ORSINI

lunes, 14 de octubre de 2013

Pedido a la suprema corte de justicia poética

pido perdón a la luna
por el abuso poético

pido perdón a la rosa
por los versos que no paran de nombrarla

pido perdón al piano
al cielo azul
al verde prado con sus pajaritos
y mariposas

pido perdón a la lluvia
al crepúsculo al amanecer

al cuerpo de la mujer,
más citado que amado de verdad,
pido perdón;

mejor dicho,
pido juicio y castigo a los poetastros abusadores
y no perdón

(R)ubén Vedovaldi

jueves, 10 de octubre de 2013

Soneto XIII

A Dafne ya los brazos le crecían
y en luengos ramos vueltos se mostraban;
en verdes hojas vi que se tornaban
los cabellos qu'el oro escurecían:

de áspera corteza se cubrían
los tiernos miembros que aun bullendo 'staban;
los blancos pies en tierra se hincaban
y en torcidas raíces se volvían.

Aquel que fue la causa de tal daño,
a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol, que con lágrimas regaba.

¡Oh miserable estado, oh mal tamaño,
que con llorarla crezca cada día
la causa y la razón por que lloraba!

Garcilaso de la Vega

He de decir

He de decir que nunca estuve tan cerca al mar,
como contigo,
ni las navidades de a dos fueron más hermosas.
Solos, desde nuestro malecón
contemplábamos los fuegos artificiales en cielo,
y era la felicidad plena.

No volví al mar, ni a festejar en las calles como entonces.
Costó 6 años de mi vida recuperar la salud .

Hoy vivo una felicidad serena, con un hombre bueno.
El ama mis estallidos efusivos y cura mis alas,
cuando enfermo.
Lo amo por su nobleza ,
su amor es sano, verdadero, sin dobleces.
Yo lo curo cuando él enferma.
Somos dos almas unidas hasta el infinito.

Los fuegos artificiales y las fiestas quedaron atrás.
Todos crecimos,
No permito que nada ni nadie me dañe.

Hoy escribo poemas de amor.


Alejandra Patricia Temple

miércoles, 9 de octubre de 2013

Los niños

Vuestros hijos no son hijos vuestros.

Son los hijos y las hijas de la Vida, deseosa de sí misma.

Vienen a través vuestro, pero no vienen de vosotros.

Y, aunque están con vosotros, no os pertenecen.

Podéis darles vuestro amor, pero no vuestros pensamientos.

Porque ellos tienen sus propios pensamientos.

Podéis albergar sus cuerpos, pero no sus almas.

Porque sus almas habitan en la casa del mañana que vosotros no podéis visitar ni siquiera en sueños.

Podéis esforzaros en ser como ellos, pero no busquéis el hacerlos como vosotros.

Porque la vida no retrocede ni se entretiene con el ayer.

Vosotros sois el arco desde el que vuestros hijos, como flechas vivientes, son impulsados hacia delante.

El Arquero ve el blanco en la senda del infinito y os doblega con Su poder para que Su flecha vaya veloz y lejana.

Dejad, alegremente, que la mano del Arquero os doblegue. Porque, así como él ama la flecha que vuela, así ama también el arco, que es estable.


Khalil Gibran

martes, 1 de octubre de 2013

El haber

Queda, por encima de todo, esa capacidad de ternura
Esa intimidad perfecta con el silencio.
Queda esa voz íntima pidiendo perdón por todo
-¡Perdónalos, ellos no tienen la culpa de haber nacido!
Queda ese antiguo respeto por la noche, ese hablar bajo,
Esa mano que tantea antes de tener, ese miedo
A herir tocando, esa fuerte mano de hombre
Llena de mansitud para con todo lo que existe
Queda esa inmovilidad, esa economía de gestos
Esa inercia cada vez más grande ante el Infinito
Ese tartamudeo infantil de querer expresar lo inexpresable
Ese rechazo incondicional a la poesía no vivida.
Queda esa comunión con los sonidos, ese sentimiento
De materia en reposo, esa angustia de la simultaneidad
Del tiempo, esa lenta descomposición poética
En busca de una sola vida, una sola muerte, un solo Vinicius.
Queda ese corazón ardiendo como una vela
En una catedral en ruinas, esa tristeza
Ante lo cotidiano, o esa súbita alegría
Al oír de madrugada pasos que se pierden sin memoria…

Queda ese querer llorar ante la belleza
Esa cólera ciega de cara a la injusticia o el malentendido
Esa inmensa piedad de sí mismo, esa inmensa
Piedad de su inútil poesía y su fuerza inútil.

Queda ese sentimiento de infancia súbitamente desentrañado
De pequeños absurdos, esa tonta capacidad
De reír sin ton ni son, ese ridículo deseo de ser útil
Y ese coraje de comprometerse sin necesidad.

Queda esa distracción, esa disponibilidad, esa vagueza
Del que sabe que todo fue como será en el devenir
Y al mismo tiempo ese deseo de servir, esa
Contemporaneidad con el mañana de los que no tienen ni ayer ni hoy.

Queda esa facultad irreductible del soñar
Y transfigurar la realidad, dentro de esa incapacidad
De aceptarla como es, y esa visión
Amplia de los acontecimientos, y esa impresionante

E innecesaria presciencia, y esa memoria anterior
De mundos inexistentes, y ese heroísmo
Estático, y esa pequeñita luz indescifrable
A la que los poetas dan a veces el nombre de esperanza.

Queda esa obstinación en no escapar del laberinto
En busca desesperada de alguna puerta quizás inexistente
Y ese coraje indecible delante del Gran Miedo
Y al mismo tiempo ese terrible miedo de renacer en lo oscuro.

Queda ese deseo de sentirse igual a todos
De reflejarse en miradas sin curiosidad y sin historia
Queda esa pobreza intrínseca, ese orgullo, esa vanidad
De no querer ser príncipe sino del propio reino.

Queda esa fidelidad a la mujer y su tormento
Ese abandono sin remisión a su vorágine insaciable
Queda ese eterno morir en la cruz de sus brazos
Y ese eterno resucitar para ser recrucificado.

Vinicius de Moraes

lunes, 30 de septiembre de 2013

E n v i t e


“Jugar con poeta / trae yeta.” Alberto Cachilo

si a esta altura un poeta pudiera leer
a otros
querido ciego
no editaría tanto
si pudiera leerse
                 un poco
escribiría mucho mejor
y si pudiera leer y escribir
sin tanta tonta tinta subjetiva
sin recetario de turno en galera
o pudiera conjugar  vivamente
jugar con mente viva
siempre                      todo
sin tanto círculo culo conciliábulo
tanta lata latina o literagria
        R.N.P.I. prohibida
la reproducción queda hecho
el depósito que marca
la ley haceme el verso
si siquiera quisiera fuera
pudiera supiera viera
                          viviera o viviese
sin tanta feria del autor al lector
o de editor a cliente
                                 tanta solapa
habría
            por lo menos
un analfabeto menos del amor
un verso menos  pero un mejor hombre
un punto menos ciego suspensivo

Ruben Vedovaldi

Remitente


lápiz en mano dibujó unos signos
sobre la muda arena del desierto
 
pincel en diestra y
paleta en su siniestra
pintó la luz que se buscara el cuerpo
iluminando un fondo de poema
 
cincel en puño modeló el poema
cantaba   laúd en mano   cada verso
 
danzó el poema  el himno  la plegaria
representó en escena cada estrofa
 
se aplaudió solo,
criticóse solo
miró las palmas de sus manos muertas
 
no tenía con quien hacer historia
 
para llegar a humano
le faltaba estrechar fraternalmente
la mano de otro par en barro y sueño
 
lo demás era el tiempo y el espacio
del arte y del olvido
 
no hay destino
si no hay destinatarios 


Rubén Vedovaldi

Cómo alcanzar el paraíso

Debes tener coraje
para escribir un poema,
debes tener coraje
para no escribir un poema,
debes decir hola
y adiós
debes tomar vitaminas
debes respetar a todas las personas
y amar solamente a una
da igual si se lo merece o no,
debes sufrir en silencio
y permanecer pacientemente callado,
permanecer callado cuando alguien habla
y hablar cuando toda la gente calla,
debes arrojar la basura fuera,
regar las flores,
pagar el gas y el agua,
los errores y los aciertos,
debes entregar el corazón
por un ojo y un ojo
por los dientes,
no debes pedir nada
aunque lo desees todo,
y exigirlo todo
aunque no desees nada,
debes dormir cuando toca
y fijar las horas,
encontrar dos zapatos para el pie izquierdo
porque los otros dos son del derecho,
no esperar que alguien regrese
o deje de regresar
sólo porque alguien está esperando,
debes mirar el cielo
porque él nunca te mirará,
debes morir porque es lo que toca,
aunque no lo merezcas,
debes escribir un poema
nacido del miedo
entre un sí y un no,
que hable del porqué,
del para qué,
para ser agradecido
aun cuando
no se lo merezca.

Daiva Cepauskaite

viernes, 27 de septiembre de 2013

Poema para que lo leas cuando no esté a tu lado

Mi amor, este poema
es para que lo leas cuando no esté a tu lado,
cuando no pueda ya cuidar de ti.

No te conformes nunca con alguien que no piense
que tu eres una llama más antigua que el fuego,
que tú eres su razón para vivir.

Aprende a no querer a los que no te quieran
y elige bien a qué le tendrás miedo:
no habrá sombra que oculte lo que tú temas ver.

Escapa del que piense
que el aire es la pared de lo invisible
y huye de aquel que crea
que es más feliz quien menos necesita,
porque ése no podría necesitarte a ti.
No te rindas, no olvides jamás que la tristeza
sólo es la burocracia del dolor.

Y si sientes que el mundo se derrumba,
no intentes abrazarte
a otro que esté cayendo a la vez que caes tú,
como yo hice contigo.

Algún día
tendrás que despertarte para salvar tus sueños.
Algún día sabrás que en las promesas
hay siempre un cristal roto
en el que aúlla el viento frío de la mentira.

Recuerda todo eso.

No escondas lo que sientes por miedo a ser frágil,
como aquellos
que por guardar tan bien lo que más les importa,
lo pierden para siempre.

Recuerda que no hay nada que no pueda
ocurrir cualquier día.

No olvides que esta obra ha terminado.
No olvides que le hablas a un teatro vacío.

Benjamín Prado

martes, 24 de septiembre de 2013

Exhortaciones del tiempo

No juzgues la vida cuando se torne espinosa
porque ella no conceptúa tus pasos vagados.
No sentencies los trances que te mancillaron
pues tus injurias también fueron conferidas.

No adjetives las privaciones que te marcaron
porque arribaron para trasmitir la experiencia.
No rehúyas a la lágrima que abraza tu mirada
pues ella sabe de tus dolencias y las apacigua.

No enjuicies a las palabras que te han herido
porque te fueron pronunciadas como dádiva.
No sentencies las ausencias que aún respiran
pues habrá instante de un abrazo que acerca.

No conjetures sobre el pretérito desconocido
porque siempre será presente en un recuerdo.
No censures el silencio que abriga tu esencia
pues el susurro cuando sea tiempo será grito.

No critiques tus yerros que estancan caminos
porque cuando los conozcas… serán olvidos.
No dirimas tu propia condena en los claustros
pues libre el que vuela vidas luego de muertes.

Diego López (Argentina)

Walt

"Se apellida Whitman
pero Dios le llama Walt".
León Felipe
 José Antonio Pamies
Atravieso el Atlántico siempre que observo
el retrato de esta vieja edición.

Gracias a ti me canto cada día
y me celebro,
y no tengo que rendirme
ante la urgencia del mundo
por costumbre ciega.

Te escribo
desde un rincón de Europa,
tu semblante me basta
para afirmar
que el milagro ocurre
a la vuelta de cualquier esquina.

Porque es usted el poeta,
y cuando en la noche opaca
te miro a los ojos
siento presente una energía
que canta en nombre de todo lo concreto vivo

y nos celebra
en este privilegio mortal.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Destino

Le pusieron un grillo a media pierna,
le condenaron a vivir a medias,
le escondieron la paz y las sonrisas,
le pusieron el pan a media rienda,
pero él seguía caminando.

Le vendieron la luna cada noche,
lo fueron lentamente atornillando,
le tuvieron las manos ocupadas,
le sumaron la pena y las estafas,
pero él seguía caminando.

Le pusieron las piedras por delante,
le taparon la boca por si acaso,
le abrieron una herida por la espalda,
le sumaron olvido a la condena,
pero él seguía caminando.

De lejos, bien mirado, cuando ya era horizonte,
se asemejaba al viento,
aunque, según parece,
caminaba, potente, como el pueblo.

Hamlet Lima Quintana

jueves, 12 de septiembre de 2013

Porno-poema romántico de ausencia

Fóllame, por favor
Fóllame, por favor
Fóllame, por favor
Por favor, fóllame
delante del espejo, por favor
usa todo lo que necesites, por favor
calienta las piedras de cuarzo del altar
llénate las manos de masa para el pan
y fóllame, fóllame, fóllame
fóllame
por favor

No nos llegan las playas ni los lugares públicos
varios vecinos han caído ya
no nos llegan los días las horas los segundos
no me alcanzan las manos la lengua las babas
la voz el verso el grito el aullido el llanto
para llegar al fondo de tu / armario
y por eso uso mi cadera
para hacerme entender
mi sexo
para ponerme palabras / así que
fóllame, por favor
fóllame, por favor
fóllame, por favor
por favor, fóllame
sin tregua
no me des respiro no me des aire
tenme por susceptible
malinterpreto cuanto dices
estoy tan hambrienta y sucia
cubierta de las cenizas del volcán
que destruyó Pompeya
soy poderosa
me zampo las estrellas
me corro en la vía làctia
no acepto sobornos ni promesas pecuniarias
no puedes convencerme de lo contrario
te espero todo el día
para que me folles
no me importa la guita
me la suda el curro
me empapo de tu sangre
cruzo tu inconsciente
para que no te olvides nunca
de follarme
y de cómo te follo
de follarme
y de cómo te follo
no te olvides nunca
de follarme
ni de meterme
el sexo en la boca por favor
méteme el sexo en la boca por favor
usa mi sexo en tu boca por favor
aquí el poema pierde su sentido o lo cobra
aquí el vacío se envuelve
cuando me follas
aumenta la natalidad
las ciudades se atestan, se vuelven invivibles
la gente se trastorna
hay caravanas y accidentes de tráfico
más muertos que nunca
más muerte que nunca
cuando me follas
deliciosamente el intestino
me follas tan deliciosamente el intestino
no tengo palabras
cuando me follas con la fuerza
de un coro griego entero
cuando me follas
metiéndome por el culo
el martillo del dios Thor
cuando me follas
y te corres en mi boca
por favor, fóllame y córrete en mi boca
por favor, fóllame y me correré en tu boca

Mónica Caldeiro

El origen del mundo

No se trata tan sólo de una herida
que supura deseo y que sosiega
a aquellos que la lamen reverentes,
o a los estremecidos que la tocan
sin estremecimiento religioso,
como una prospección de su costumbre,
como una cotidiana tarea conyugal:
o a los que se derrumban, consumidos,
en su concavidad incandescente,
después de haber saciado el hambre de la bestia,
que exige su ración de carne cruda.

No consiste tan sólo en ese triángulo
de pincelada negra entre los muslos,
contra un fondo de tibia blancura que se ofrece.
No es tan fácil tratar de reducirlo
al único argumento que se esconde
detrás de los trabajos amorosos
y de las efusiones de la literatura.

El cuerpo no supone un artefacto
de simple ingeniería corporal;
también es la tarea del espíritu
que se despliega sabio sobre el tiempo.
El arca que contiene, memoriosa,
la alquimia milenaria de la especie.

Así que los esclavos del deseo,
aunque no lo sospechen, cuando lamen
la herida más antigua, cuando palpan
la rosa cicatriz de brillo acuático,
o cuando se disuelven dentro de la hendidura,
vuelven a pronunciar un sortilegio,
un conjuro ancestral.
Nos dirigimos
sonámbulos con rumbo hacia la noche,
viajamos otra vez a la semilla,
para observar radiantes cómo crece
la flor de carne abierta.

La pretérita flor.

Húmeda flor atávica.
El origen del mundo.

Carlos Marzal

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Preguntas de un obrero que lee

¿Quién construyó Tebas la de las Siete puertas?
En los libros se alzan los nombres de los reyes.
¿Arrastraron los reyes los bloques de piedra?
Y la tantas veces destruida Babilonia,
¿Quién la construyó una y otra vez? ¿En qué casas
De Lima que irradian oro vivían los obreros que construyen?
¿A dónde fueron por la tarde los albañiles al dar por terminada
La gran muralla china? La gran Roma
Está llena de arcos de triunfo. ¿Sobre quiénes
Triunfaron los césares? ¿Tenía Bizancio, tantas veces cantada,
Sólo palacios para sus habitantes? Lo mismo en la fabulosa Atlántida,
Que igual rugía la noche en que se la tragó el mar.
Los que se ahogaron aullaban reclamando esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India.
¿Él solo?
César abatió a los galos.
¿No tenía siquiera un cocinero consigo?
Felipe de España lloró, mientras su flota
Se hundía. ¿No lloró acaso nadie?
Federico II venció en la Guerra de Siete años. ¿Quién
Ganó fuera de él?
Cada página una victoria.
¿Quién cocinó el festín de la victoria?
Cada diez años un gran hombre.
¿Quién pagó la cuenta?

Tantas actas,
Tantas preguntas.


 Bertolt Brecht

martes, 10 de septiembre de 2013

Poemas con gato

Para Horacio Salas

Todos los gatos estarán muertos
y yo seré el único gato vivo.

Volveré por la medianoche
arrasando los cultivos.

Vendrás a verme bajo la tierra
hecho un finísimo maullido.

Sólo tu mano me extrañará.
Todos los gatos estarán muertos,
será la paz.

II

Gato del cuento, gato del cuento,
gato que sólo vivió un momento
y se quedó en la eternidad.

Gato sin botas y sin sombrero,
de ti, gato que quiero, ¿qué será?

¿Andarás por el aire verde
y te enredarás de setiembre
y volverás y volarás?

Gato aniñado del poeta
salúdalo desde su carpeta
y ayúdalo a soñar.

III

Ayúdalo gato al poeta,
dale el sueño de comerse el gallo de la veleta,
dale caminos a sus pies.

Y siete vidas llenas de hoces y probetas,
para que sufra las proezas del vivir y del conocer.

Oh gato sin botas, no le abandones,
maúllale desde los rincones, córrelo otra vez.

Quiero verle atareado yendo de uno a otro lado
impaciente y fantástico como le vi ayer.

Gato, te pido, si eres un sueño del camino
vuelve a aparecer.

Dale maullidos, resoplidos, erízale sus sentidos
y hazle creer.

IV

Gato que maúllas, gato que eres bueno
gato que no tienes pluma en el sombrero
gato que me sigues por el mundo entero
qué quieres de mí?

Me sigues de cerca como a una rata,
no llevas espada, ni vaina, ni lata,
mas todo lo que hago lo pruebas, lo catas,
Por qué eres así?

Hay en tu mirada reproche y consuelo,
lo que hago y te gusta lo cazas al vuelo,
lo demás me cuesta cientos de pañuelos,
¿no te irás de aquí?
Gato te prometo que seré muy bueno,
ondeará la risa siempre en tu sombrero,
andaremos juntos por el mundo entero,
quién eres ya sé.

Cazaremos juntos millones de ratas,
llevaremos verbos, creencias, patatas,
haremos un mundo dichoso y si tratas
verás que es así.
Al que se traicione daremos consuelo,
al que tenga sueños le daremos vuelo,
cuando nos vayamos miles de pañuelos
nos despedirán.

Adiós nos dirán.
Adiós sin adiós.
Adiós que es amor.

V

Adiós que es amor para el gato y su acompañante
para el molino distante y para el ver y el creer.

Adiós para los lagrimones que arrancan las emociones
de sentirse solo y querer ser.

Adiós para los templos con ventanas de otros tiempos
donde se siegan los trigos y brilla el sol.

Adiós para los senderos donde anduvieron los guerreros
el buen Sancho y su señor.

Adiós para los cementerios donde descansan los salterios
y los ruegos del corazón.

Adiós para los mortales transitorios y fatales
que creyeron ser eternos y lo son.

Adiós a todos les dicen el gato y su acompañante,
adiós molinos distantes, adiós ver y conocer.

Héctor Yánover

Un pájaro se puede detener

en la punta de un árbol y abarcar
la inmensidad del cielo. Yo también,
sentado frente al muro,

me detengo en la punta
del álamo y contemplo
la inmensidad. La surcan pensamientos

involuntarios. ¡Cuántas nubes
fugaces, cuántas aves
sucesivas!

Y las dejo pasar... y son tragadas
por este espacio inmenso
que soy yo:

sereno, transparente, luminoso
¿quién soy
Yo?

Hugo Padeletti

viernes, 6 de septiembre de 2013

Dos cafés en El Español

Dos cafés en El Español, las últimas
brillantes gotas de dorado Barsac en una copa,
pasta de higo y garrapiñados... Hardy está muerto,
y James y Conrad muertos, y Shakespeare muerto,
y el viejo Moore madura para una tumba obscena,
y Yeats para una estéril; y yo, y tú.
¿Qué sudarios para nosotros, qué tablas y ladrillos,
qué farsas, velas, preces y piadosos engaños?
Tú estarás envuelta en escarlata de Siria, mujer
y te pondrán tus perlas, y brillantes pulseras
y tu anillo de ágata, y colgará en tu cuello
tu lapislázuli azul con pintas de oro.
Y yo, a tu lado -¡ah! pero ¿será así?
Porque hay oscuras corrientes en este mundo oscuro, señora,
corrientes del Golfo y Árticas del alma;
y yo seré quizás, antes que nuestra consumación
nos acueste juntos, mejilla contra mejilla, bajo la tierra
barrido a otra costa donde mis blancos huesos
yacerán olvidados o profanados por gaviotas.

¿Qué dignidad podrá la muerte conferir a nosotros,
que nos besamos bajo un farol en la calle, nos cogemos de las manos
medio ocultos en un taxi o repletos
de café, de higos y Barsac nos dirigimos
a una oscura alcoba en una casa carcomida?
La aspidistra guarda la puerta; entramos,
per aspidiastra –luego ad satra- ¿no es así?
Y nos enllavamos seguros en nuestras tinieblas
nos soltamos del terror... aquí está mi mano,
la cicatriz blanca en mi pulgar, y aquí está mi boca,
para acallar tu rumor, tendidos sin hablar
pensemos en Hardy, Shakespeare, Yeats o James;
calmemos con mágicos nombres nuestro pánico.
Miremos al techo, donde los focos de los taxis
forman espectros de luz, y veamos, más allá de este techo,
aquel otro lecho en que no nos moveremos:
y, juntos o separados, no amaremos.

Conrad Aiken

jueves, 5 de septiembre de 2013

El desertor

Señor presidente
Le escribo esta carta
Que quizá lea usted
Si tiene tiempo

Acabo de recibir
La orden militar
Para ir a la guerra
El próximo miércoles

Señor presidente
No voy a hacerlo
No vine a este mundo
Para matar pobre gente

No quiero que se enfade
Pero he de decirle
Que mi decisión es firme:
Voy a desertar

Desde el día en que nací
He visto morir a mi padre
Partir a mis hermanos
Y llorar a mis hijos

Mi madre sufrió tanto
Que ya está bajo tierra
Se ríe de las bombas
Y hasta de los gusanos

Cuando estuve preso
Me robaron la mujer
Me robaron el alma
Y todo mi pasado

Mañana muy temprano
Les cerraré la puerta
A aquellos años muertos
Y me echaré al camino

Pediré limosna
Por las rutas de Francia
De Bretaña a Provenza
Y les diré a las gentes:

«Niéguense a obedecer
Niéguense a colaborar
No vayan a la guerra
Niéguense a partir»

Si hay que derramar sangre
Derrame usted la suya
Pues tan buen apóstol es
Señor presidente

Si ordena que me busquen
Dígales a sus agentes
Que no llevaré armas
Que pueden disparar.

Boris Vian

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Tu secreto

¡De todo te olvidas! Anoche dejaste
aquí, sobre el piano que ya jamás tocas,
un poco de tu alma de muchacha enferma:
un libro, vedado, de tiernas memorias.

Íntimas memorias. Yo lo abrí, al descuido,
y supe, sonriendo, tu pena más honda,
el dulce secreto que no diré a nadie:
a nadie interesa saber que me nombras.

...Ven, llévate el libro, distraída, llena
de luz y de ensueño. Romántica loca...
¡Dejar tus amores ahí, sobre el piano!...
De todo te olvidas, ¡cabeza de novia!

Evaristo Carriego

martes, 3 de septiembre de 2013

Fulgor de Eros

La geometría de mi sangre
es una rosa
que se ofrenda ante tu boca
mientras el férvido caudal
de mis huesos,
corre veloz
hacia tu cuerpo.

Mi sombra esplende, feliz,
ante el vertical espejo
de tu piel.

Se pule mi aliento
en la alquimia
de tu sonrisa.

El soñoliento reloj
escarda los minutos
que nacen de tus senos.

Un cuchillo con forma de mujer
(tu sombra)
hiende mi pensamiento.

Así nos unimos
plenos de incertidumbre
en la noche voraz,
de la cinemática
de un beso.

Víctor Díaz Goris

domingo, 1 de septiembre de 2013

Lo sincero

Si día a día enfrento a uno
de los ochenta y cuatro mil
engaños vueltos luz y torpe
oscuridad de nuevo mientras
se abre o cierra el corazón
en ochenta y cuatro mil
gozos rebosantes o en tosco
y repetido dolor continuo,
o mejor, eso, que parpadea
y hace de la luz lo oscuro
y de lo oscuro luz en caminos
insondables de amor rodeándome,
uno en otro y otro en uno y es
suave, no es crudo ni es frío
ni distante el vivo ejercicio
de gratitud que no se sabe
por qué cada cosa viviente
ofrenda, si venimos solos
a este mundo y solos nos vamos
adonde brilla el tiempo a costa
nuestra, o es el sendero acaso
que nos deja ser reclamando
con su ley que dejemos ya
de ser el bello tornasol
constante sin sentido salvo
el de ensayar las formas una
y otra vez condenadas a
la noria de la sed de nuestra
vida, si sólo deshacerla
para no rehacerla nunca
fuera la noble senda de oro,
ruego piedad a mi ceguera
que día a día acaricia todo
sólo como belleza, menos
el tormento oscuro del propio
corazón ante los ochenta
y cuatro mil prodigios que son
engaños del gran teatro o flujo
eterno del río del dolor
y del ansia a quien me apego

Diana Bellessi

miércoles, 28 de agosto de 2013

La estación del amor

Vivimos la estación del amor como la hierba
buscamos un pedacito de tierra
y un pequeño sueño
y cuando cae la tarde
nos levantamos como la niebla sobre las plantas
buscando nuestros poemas
y nuestras lágrimas secas

Guárdame, como guardas los poemas
como las mariposas guardan sus secretos
para un largo viaje
y ve hacia la cima de los mares
donde el amor y el llanto
son sagrados.

Saniya Sáleh
 

martes, 27 de agosto de 2013

Insomnio

Tú y tu desnudo sueño. No lo sabes.
Duermes. No. No lo sabes. Yo en desvelo,
y tú, inocente, duermes bajo el cielo.
Tú por tu sueño y por el mar las naves.

En cárceles de espacio, aéreas llaves
te me encierran, recluyen, roban. Hielo,
cristal de aire en mil hojas. No. No hay vuelo
que alce hasta ti las alas de mis aves.

saber que duermes tú, cierta, segura
-cauce fiel de abandono, línea pura-,
tan cerca de mis brazos maniatados.

Qué pavorosa esclavitud de isleño,
yo, insomne, loco, en los acantilados,
las naves por el mar, tú por tu sueño.

Alondra de verdad (1941). Gerardo Diego

El amor después del amor

El tiempo vendrá
cuando, con gran alegría,
tú saludarás al tú mismo que llega
a tu puerta, en tu espejo,
y cada uno sonreirá a la bienvenida del otro,
y dirá, siéntate aquí. Come.
Seguirás amando al extraño que fue tú mismo.
Ofrece vino. Ofrece pan. Devuelve tu amor
a ti mismo, al extraño que te amó
toda tu vida, a quien no has conocido
para conocer a otro corazón,
que te conoce de memoria.
Recoge las cartas del escritorio,
las fotografías, las desesperadas líneas,
despega tu imagen del espejo.
Siéntate. Celebra tu vida.

Derek Walcott

lunes, 26 de agosto de 2013

Eres

Eres como una tierra
que ninguno ha nombrado.
Ya nada esperas
sino la palabra
que brotará de lo hondo
como un fruto entre ramas.
Hay un viento que te alcanza.
Cosas secas y muertas
te abruman y andan en el viento.
Cuerpo, voces antiguas.
Tiemblas en el verano.

Cesare Pavese

miércoles, 21 de agosto de 2013

Tres amigos

Dos soles rojos y siete lunas plateadas
iluminaban las tardecitas de mi pieza,
el desierto estático de mi ventana
se oxidaba lentamente contra las bardas,
y las negras cigüeñas patagónicas
iniciaban su danza nocturna.

Batman entra por la puerta
y me dice en tono enérgico
-¡vamos te necesitamos
Superman nos espera! -
y allá vamos los tres
a salvar el mundo una vez más.

Ni Alonso Quijano ni Ernesto Guevara
mis camaradas revolucionarios
fueron un millonario y un extraterrestre
y yo mutaba caóticamente:
Acuamán, Ringo, Cochís
Daniel Boone, Meteoro o Rojitas,
siempre hubo un traje brillante
donde enfundar mis delirios.
Ni molinos de viento enloquecidos ni generales asesinos,
cardos rusos rodantes y lagartijas histéricas
eran los enemigos más visibles.

Repentinamente, una sirena demasiado real
rompe el encanto,
debajo del cono del luz
un vaso de vino tinto, varios puchos retorcidos
medio rostro recalentado, la mano temblando
miro hacia abajo
y juego sobre la hoja con dos pelos
que no resistieron los avatares de la nostalgia.

Aldo Luis Novelli

martes, 20 de agosto de 2013

17. Coñazo polimerluza

Cementerios ecologistas de montañas en chándal vernáculo
Cementerios de mundos en guantes de boxeo 
Supercementerios de superhéroes de superayuntamientos 
Cementerios de galaxias prohibidas al portador 
Cementerios de propinas y hermoseados poemas políticomusicales 
Cementerios de hielo y glaciares publicados en lluvias psicopasivas 
Cementerios de Dioses fallecidos y melenudos con cuernos de rosca 
Cementerios de generales victoriosos con artritis y frases mamelucas 
Cementerios de hombres invisibles y coleccionistas de estuarios 
Cementerios de cómics y huellas digitales de universos de látex 
Cementerios de yoyós y minimalismos en tutú 
Cementerios ecológicos de románticas anchoas coptas 
Cementerios de tragasables con buffet vegetariano y ensaladillas 
Cementerios de cantantes calvas depiladas con zancadillas robóticas 
Cementerios de mujeres barbudas haciendo el 69 en armarios verdes 
Cementerios de flanes de huevo y efigies de cárabos bobos 
Cementerios de cortinas congeladas made in mapamundi 
Cementerios de anillos de bodas y abortos rubios 
Cementerios de ballenas a dieta en las dunas de Merzouga 
Cementerios de galaxias en despachos con revisores de trenes eléctricos 
Cementerios de astronautas con vértigo a las alturas del Kilimanjaro 
Cementerios de Budas dictando epístolas de amor a ujieres 
Cementerios de relojes uniformemente uniformados 
Cementerios de tamagochis castigados a eternidades ensaýmadas 
Cementerios d bicicletas nuevas en aturdidas trastiendas japónicas 
Cementerios de besos usados por besos + usados aún q 1 fanzín 
Cementerios de retretes ingleses con patillas de la revolución maoísta 
Cementerios de glamour y piedras pretenciosas con incrustación de latigazos 
Cementerios de dragones inflables y manuales de supervivencia montaraz 
Cementerios gays ultrakitchs & chic company de palomitas de maíz flipante 
Cementerios machistas superfeministas y casi gays 
Cementerios feministas hipermachistas y casi lesbos 
Cementerios de películas en b/n con puntitos rosas levitadores 
Cementerios de trenes rumbo a las rumbas de 1 secano país pluriempleado 
Cementerios de roqueros católicos y ascensoristas metodistas 
Cementerios de ascensores y bestiarios por orden alfabético 
Cementerios de cosméticos y totémicos dvds y biolencias devedésticas 
Cementerios de huevos de avestruz y tortillas finlandesas sin guisar 
Cementerios de patatas fritas con arándanos y modalidades contraindicativas 
Cementerios de conversaciones sensacionalistas y bibliotecarios expuestos 
Cementerios de sentimientos mixtos con mostazas al fondo del patinillo 
Cementerios de catedrales jugando al escondite con archiduques fatuos 
Cementerios de dromedarios de migajas de pan de centeno a la pata coja 
Cementerios de juguetes inacabados infinitos señoriales y australes 
Cementerios de abanicos seminuevos flasheados de lunares extrasensoriales 
Cementerios de aviones militares en jaulas por recién nacidas alas 
Cementerios de toros con aperitivos de toreros otoñales y vermú pecoso 
Cementerios de guitarras acústicas ý rock & roll teologalmente caducado 
Cementerios de psicofonías ecualizadoras de hormigas voladoras. 
Yo estuve sentado al borde de la eternidad ý bostezé chatarra expazial.

Francisco Sevilla

jueves, 1 de agosto de 2013

Te perdono

Te perdono el montón de palabras
que has soplado en mi oído
desde que te conozco.

Te perdono tus fotos y tus gatos,
tus comidas afuera,
cervezas y cigarros, es más,

te perdono andar como tú andas,
tus zapatos de nube,
tus dientes y tu pelo.

Te perdono los cientos de razones,
los miles de problemas,
en fin, te perdono no amarme.

Lo que no te perdono
es haberme besado con tanta alevosía.
Tengo testigos: un perro, la madrugada, el frío,
y eso sí que no te lo perdono,
pues si te lo perdono seguro que lo olvido.


(Noel Nicola)

sábado, 20 de julio de 2013

Un juego dadá

Una noche, hará algún tiempo, en Malasaña, hice con dos conocidas un juego poético en que las reglas consistían en lo siguiente: palabras al azar y suplantación de personalidad. Este es el texto que suplantando mi personalidad y con las palabras escogidas por mí misma al azar, creó Almudena. Cada persona conservó el texto con el que la otra persona pretendió suplantar su personalidad.


Alumbramiento verde
la vanagloria de lo inesperado
se tradujo en su cama reciclada
ese rotundo abismo de indefensión
Rómpeme
el desparpajo vacilante impuso ese
remasterizado encuentro políglota
Fe increíble
desgastados guijarros en la orilla
vagabunda, como su algodonoso secreto

martes, 16 de julio de 2013

Credo

Único Dios, Apolo.
Para abrazos y besos y copas y muslos,
para cantas, navajas, guitarras y llantos,
para el presente, tú,
Dionisos, nuestro amigo.
Apolo es la esperanza
de humanizar el sueño ;
las musas, los peldaños,
las vías de pureza.

Jamás aceptaremos más retrato que Apolo.


Ramón Buenaventura

jueves, 4 de julio de 2013

Llovizna

Imágenes tenues de llovizna
se asoman al palacio.
El cielo parece reclamar
a cada ángel perdido y encontrado.
¿No ves que el sol está mintiendo?
¿No escuchas los halcones dorados?
¿Otro verano pasará sin llevarnos?
¿A qué le temes? Soy sólo un espejismo.


Esther González Sánchez

sábado, 15 de junio de 2013

Felices los normales

Felices los normales, esos seres extraños,
Los que no tuvieron una madre loca, un padre borracho, un hijo delincuente,
Una casa en ninguna parte, una enfermedad desconocida,
Los que no han sido calcinados por un amor devorante,
Los que vivieron los diecisiete rostros de la sonrisa y un poco más,
Los llenos de zapatos, los arcángeles con sombreros,
Los satisfechos, los gordos, los lindos,
Los rintintín y sus secuaces, los que cómo no, por aquí,
Los que ganan, los que son queridos hasta la empuñadura,
Los flautistas acompañados por ratones,
Los vendedores y sus compradores,
Los caballeros ligeramente sobrehumanos,
Los hombres vestidos de truenos y las mujeres de relámpagos,
Los delicados, los sensatos, los finos,
Los amables, los dulces, los comestibles y los bebestibles.
Felices las aves, el estiércol, las piedras.

Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños,
Las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan
Y nos construyen, los más locos que sus madres, los más borrachos
Que sus padres y más delincuentes que sus hijos
Y más devorados por amores calcinantes.
Que les dejen su sitio en el infierno, y basta.

Roberto Fernández Retamar

miércoles, 12 de junio de 2013

Canción del antiavionista


Que vienen, vienen, vienen
los lentos, lentos, lentos,
los ávidos, los fúnebres,
los aéreos carniceros.

Que nunca, nunca, nunca
su tenebroso vuelo
podrá ser confundido
con el de los jilgueros.

Que asaltan las palomas
sin hiel. Que van sedientos
de sangre, sangre, sangre,
de cuerpos, cuerpos, cuerpos.

Que el mundo no es el mundo.
Que el cielo no es el cielo,
sino el rincón del crimen
más negro, negro, negro.

Que han deshonrado al pájaro.
Que van de pueblo en pueblo,
desolación y ruina
sembrando, removiendo.

Que vienen, vienen, vienen
con sed de cementerio
dejando atrás un rastro
de muertos, muertos, muertos.

Que ven los hospitales
lo mismo que los cuervos.

Que nadie duerme, nadie.
Que nadie está despierto.
Que toda madre vive
pendiente del silencio,
del ay de la sirena,
con la ansiedad al cuello,
sin voz, sin paz, sin casa,
sin sueño.

Que nadie, nadie, nadie
lo olvide ni un momento.
Que no es posible el crimen.
Que no es posible esto.
Que tierra nuestra quieren.
Que tierra les daremos
en un hoyo, a puñados:
que queden satisfechos.

Que caigan, caigan: caigan.
Que fuego, fuego: fuego.


Miguel Hernández