La magia de creer para ver

jueves, 28 de marzo de 2013

Prólogo(s) a "Colorofilia"


He aquí la bilogía.
Del Infierno a la caída del muro.
De la persona a la persona creativa.
El imaginario por primera vez planteado en términos amables, istas, no ismo.
La solución a la risa para salir y salir.
Del cielo a los cielos de la munda.
He aquí mi amor.

*

PRÓLOGO A COLOROFILIA, por Arthur Rimbaud

¡La primavera ya! Pero por qué añorar un sol eterno, si estamos comprometidos en el descubrimiento
de la claridad divina, -lejos de las gentes que mueren sobre las estaciones.
La primavera. Nuestra barca levantada en las brumas inmóviles gira hacia el puerto de la miseria,
la ciudad enorme con un cielo manchado de fuego y de barro. ¡Ah!, ¡los harapos podridos, el pan empapado
de lluvia, la embriaguez, los mil amores que me han crucificado! No acabaré, pues esta reina ávida de millones
de almas y de cuerpos muertos y que serán juzgados. Me vuelvo a ver, la piel roída por el barro y la peste,
los cabellos y las axilas llenos de gusanos, y con gusanos aún más gordos en el corazón, extendido entre
los desconocidos sin edad, sin sentimiento... Hubiera podido morir allí... ¡La horrible evocación! Execro
la miseria.
¡Y temo al infierno porque es la temporada del confort!
-Algunas veces veo en el cielo playas sin fin cubiertas de blancas naciones alegres. Un gran navío
de oro, agita, por encima de mí, sus pabellones multicolores bajo las brisas de la mañana. He creado todas
las fiestas, todos los triunfos, todos los dramas. He tratado de inventar nuevas flores, nuevos astros, nuevas
carnes, nuevas lenguas. Creí haber adquirido poderes sobrenaturales. ¡Pues bien!, ¡tuve que enterrar mi
imaginación y mis recuerdos! ¡Una hermosa gloria de artista y de narrador apasionado!
¡Yo!, ¡yo que me he dicho mago o ángel, dispensado de toda moral, he sido devuelto al suelo, con un
deber que buscar, y la rugosa realidad por abrazar! ¡Campesino!
¿Me he equivocado? La caridad, ¿será para mí la hermana de la muerte?
En fin, pediré perdón por haberme alimentado de mentira. Y vamos.
¡Pero ni una mano amiga! Y ¿de dónde sacar socorro?
Sí, la hora nueva es, por lo menos, muy severa.
Pues puede decir que la victoria me ha sido concedida: el rechinar de dientes, los silbidos de fuego,
los suspiros apestados se moderan. Todos los recuerdos inmundos se borran. Mis últimos arrepentimientos se
retraen, -envidias de los mendigos, los bandidos, los amigos de la muerte, los retrasados de todas clases.
-¡Condenados, si me vengase!
¿Hay que ser absolutamente masmoderno?
Nada de cánticos: sostener el paso ganado. ¡Dura noche!, la sangre resecada humea sobre mi rostro,
¡y nada tengo tras de mí, salvo este horrible arbusto!... El combate espiritual es tan brutal como la batalla
de los hombres; pero la visión de la justicia es el placer de Dios solo.
Sin embargo, es la víspera. Recibamos todos los influjos de vigor y ternura real. Y con la aurora,
armado de una ardiente paciencia, entraremos en las espléndidas ciudades.
¡Qué hablaba mi mano amiga! Es una hermosa ventaja que pueda reirme de los viejos amores mentirosos,
y herir de vergüenza esas parejas embusteras, -he visto el infierno de las mujeres allí abajo; -y me sería
fácil poseer la verdad en un alma y un cuerpo.
¿No tuve en un tiempo una juventud amable, heroica, fabulosa, como para escribir sobre hojas de oro,
-demasiada suerte? ¿Por qué crimen, por qué error, he merecido mi debilidad actual? Vosotros, que pretendéis
que las bestias lancen gemidos de pena, que los enfermos desesperen, que los muertos sueñen mal, tratad de
contarme mi caída y mi sueño. Yo no sé explicarme más que el mendigo con sus continuos <<Pater>> y <<Ave María>>.
¡Ya no sé hablar!
Sin embargo, hoy, creo haber terminado el relato de mi infierno. Era ciertamente el infierno; el
antiguo, aquel cuyas puertas abrió el hijo del hombre.
Desde el desierto mismo, en la misma noche, siempre mis ojos cansados se despiertan a la estrella de
plata, siempre, sin que se conmuevan los Reyes de la vida, los tres magos, el corazón, el alma, el espíritu.
¿Cuándo iremos, más allá de las playas y los montes, a saludar el nacimiento del nuevo trabajo, la nueva
sabiduría, la huida de los tiranos y de los demonios, el fin de la superstición, a adorar -¡los primeros!-
la Navidad sobre la tierra?
¡El canto de los cielos, la marcha de los pueblos! Personas, no maldigamos la vida.

*
 
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(...) ¿queréis hablar de La Traición? ¿De por qué Esa Temporada Espléndida causa de El Color derivó en Plena Catástrofe? ¿Queréis que os cuente a lo que me ayudaron, hasta dónde flotaba la espumita de mis babas tras La Triangular Habitación Cuarenta Y Nueve y el miligramo tras miligramo después de tachar como divinas una por una cada una de todas mis certezas, que os unte sobre esta playa la masa del pues vale que mis arterias en canal depositan todavía hoy por mucho que no fuera mía sino suya La Culpa por haber deteriorado La Comunión Excepcional fruto de La Expansión De La Música ya no sólo nuestra sino de ellos sino vuestra, humana e inhumana Humanidad, tiempo atrás todo por salvar de La Soledad a mi querida pero idealista familia? ¿De cómo intentaron robar en infinitas piezas el puzzle ¡plas! y accidental de El Viaje Cuya Ecuación Habrá De Salvarnos? ¿Queréis? ¿Queréis? ¿Alguien desde ahí pretende que, de verdad, me venda a La Síntesis De La Forma y a La Paraplejia De El Yo y a Otros Vagos Conceptos Filosóficos Tras La Vidriera Académica Tan Tan Tan Profundo cuando (...)

Álvaro Guijarro

COLOROFILIA

lunes, 25 de marzo de 2013

Desolación de la quimera

Cuando allá dicen unos
Que mis versos nacieron
De la separación y la nostalgia
Por la que fue mi tierra,
¿Sólo la más remota oyen entre mis voces?
Hablan en el poeta voces varias:
Escuchemos su coro concertado,
Adonde la creída dominante
Es tan sólo una voz entre las otras.

Lo que el espíritu del hombre
Ganó para el espíritu del hombre
A través de los siglos,
Es patrimonio nuestro y es herencia
De los hombres futuros.
Al tolerar que nos lo nieguen
y secuestren, el hombre entonces baja,
¿Y cuánto?, en esa dura escala
Que desde el animal llega hasta el hombre.

Así ocurre en tu tierra, la tierra de los muertos,
Adonde ahora todo nace muerto,
Vive muerto y muere muerto;
Pertinaz pesadilla: procesión ponderosa
Con restaurados restos y reliquias,
A la que dan escolta hábitos y uniformes,
En medio del silencio: todos mudos,
Desolados del desorden endémico
Que el temor, sin domarlo, así doblega.

La vida siempre obtiene
Revancha contra quienes la negaron:
La historia de mi tierra fue actuada
Por enemigos enconados de la vida.
El daño no es de ayer, ni tampoco de ahora,
Sino de siempre. Por eso es hoy.
La existencia española, llegada al paroxismo,
Estúpida y cruel como su fiesta de los toros.

Un pueblo sin razón, adoctrinado desde antiguo
En creer que la razón de soberbia adolece
y ante el cual se grita impune:
Muera la inteligencia, predestinado estaba
A acabar adorando las cadenas
y que ese culto obsceno le trajese
.Adonde hoy le vemos: en cadenas,
Sin alegría, libertad ni pensamiento.

Si yo soy español, lo soy .
A la manera de aquellos que no pueden
Ser otra cosa: y entre todas las cargas
Que, al nacer yo, el destino pusiera
Sobre mí, ha sido ésa la más dura.
No he cambiado de tierra,
Porque no es posible a quien su lengua une,
Hasta la muerte, al menester de poesía.

La poesía habla en nosotros
La misma lengua con que hablaron antes,
y mucho antes de nacer nosotros,
Las gentes en que hallara raíz nuestra existencia;
No es el poeta sólo quien ahí habla,
Sino las bocas mudas de los suyos
A quienes él da voz y les libera.

¿Puede cambiarse eso? Poeta alguno
Su tradición escoge, ni su tierra,
Ni tampoco su lengua; él las sirve,
Fielmente si es posible.
Mas la fidelidad más alta
Es para su conciencia; y yo a ésa sirvo
Pues, sirviéndola, así a la poesía
Al mismo tiempo sirvo.

Soy español sin ganas
Que vive como puede bien lejos de su tierra
Sin pesar ni nostalgia. He aprendido
El oficio de hombre duramente,
Por eso en él puse mi fe. Tanto que prefiero
No volver a una tierra cuya fe, si una tiene, dejó de ser la mía,
cuyas maneras rara vez me fueron propias,
Cuyo recuerdo tan hostil se me ha vuelto
y de la cual ausencia y tiempo me extrañaron.

No hablo para quienes una burla del destino
Compatriotas míos hiciera, sino que hablo a solas
(Quien habla a solas espera hablar a Dios un día)
O para aquellos pocos que me escuchen
Con bien dispuesto entendimiento.
Aquellos que como yo respeten
El albedrío libre humano
Disponiendo la vida que hoy es nuestra,
Diciendo el pensamiento al que alimenta nuestra vida.

¿Qué herencia sino ésa recibimos?
¿Qué herencia sino ésa dejaremos?

 
Luis Cernuda

Ladrones


Una vez regresado a tu madre
¿sentirás todavía
sobre los labios
los besos que te he dado como un ladrón?

¡Ah, ladrones los dos!
¿No estaba oscuro en el prado?
¿No robábamos a los chopos
la sombra en tu bolsa?

Los conejos se han quedado
sin hierba esta tarde,
y tus labios robados
besan la primera estrella...


De "La mejor juventud" 1941-1953
Passolini

Belleza cruel

Dadme un espeso corazón de barro,
dadme unos ojos de diamante enjuto,
boca de amianto, congeladas venas,

duras espaldas que acaricie el aire.
Quiero dormir a gusto cada noche.
Quiero cantar a estilo de jilguero.
Quiero vivir y amar sin que me pese
ese saber y oír y darme cuenta;
este mirar a diario de hito en hito
todo el revés atroz de la medalla.
Quiero reír al sol sin que me asombre
que este existir de balde, sobreviva,
con tanta muerte suelta por las calles.

Quiero cruzar alegre entre la gente
sin que me cause miedo la mirada
de los que labran tierra golpe a golpe,
de los que roen tiempo palmo a palmo,
de los que llenan pozos gota a gota.

Porque es lo cierto que me da vergüenza,
que se me para el pulso y la sonrisa
cuando contemplo el rostro y el vestido
de tantos hombres con el mido al hombro,
de tantos hombres con el hambre a cuestas,
de tantas frentes con la piel quemada
por la escondida rabia de la sangre.

Porque es lo cierto que me asusta verme
las manos limpias persiguiendo a tontas
mis mariposas de papel o versos.
Porque es lo cierto que empecé cantando
para poner a salvo mis juguetes,
pero ahora estoy aquí mordiendo el polvo,
y me confieso y pido a los que pasan
que me perdonen pronto tantas cosas.

Que me perdonen esta miel tan dulce
sobre los labios, y el silencio noble
de mis almohadas, y mi Dios tan fácil
y este llorar con arte y preceptiva
penas de quita y pon prefabricadas.

Que me perdonen todos este lujo,
este tremendo lujo de ir hallando
tanta belleza en tierra, mar y cielo,
tanta belleza devorada a solas,
tanta belleza cruel, tanta belleza.


Ángela Figuera Aymerich

Adentro, más adentro

Adentro, más adentro,
hasta encontrar en mí todas las cosas.
Afuera, más afuera,
hasta llegar a ti en todas las cosas.

secreto panteísmo.
Mi oración es así.
Tú estás en todo
y todo en mí.


Gerardo Diego

Notas de verano sobre ficciones de invierno

Tempo

Que el tiempo es otra cosa: luz, origen, entrañas,
distancia, error a manos llenas, humedad en el pasto
que te escuchaba, historia que precede a las raíces.
Que el tiempo, volcán palpitante, no tiene palabras
ni frutos, túneles a veces con sabor a danza; pero nada,
nada exacto en su justicia, ni edad ni noche escritas
en su frente indígena. Nada: cuerpo aliado a las costumbres.


Descripción de la duda

En el aire fenecen las gotas
de la última tormenta,
como dudas inermes, golpeadas a propósito;
desde la orilla
disimulas tu suerte de hombre solo ante la cerradura.
Sobre el perchero la humedad del tiempo juega con tu cabello.


Diálogo primero al amanecer


Entró en el bar con la mirada esquiva,
dormida sobre la solapa de su chaqueta.
Pidió una copa,
y regresó hacia el gesto primero del recuerdo.
No se le oye respirar,
se encoge en cada sorbo
como si le fuese la palabra en ello.
El peso de un silencio no dicho,
no llegado, furtivo entre las manos,
le hace insoportable la luz, la noche
y el sueño se hace pesado,
se carga de saliva errante,
de tactos secos y hermosos.
No hay amanecer sobre la faz de la tierra
capaz de describir tu sombra,
capaz de decir: tú eres. Entró en el bar,
ya tarde, como quien celebra el fin sobre todas las cosas.

De Epílogo Ante la tumba de W. S.


Idea primera

Y si despacio las hojas, creciendo de la idea,
del tiempo en el crujir de la tierra
llegaran a ser tu voz
o tu cuerpo envenenado.
Llamas a la tarde Cuerpo, tan cuerpo
como la letra, ida, vuelta hacia su memoria
inacabada, piel de serpiente que hace la idea
sombra pura, quieta como fuente,
historia que envejece como mundo,
lenta rueda encendida
por encima de la niebla.
Yo cuelgo una huella en tu frente,
pero nada –nadie—responde a tu llama, a tu origen,
al filo de tu canto nevado.


Notas de verano sobre ficciones de invierno

Alberto Santamaría

Carnicería

Carnicería

Sangra la carne expuesta entre las moscas
Dentro de las vitrinas
Muestran los cerdos sonrisas
Estremecidos hasta el miedo
Y sus ojos son difíciles al ojo
Entro a los olores saturada
Y extiendo el dinero al del cuchillo
Tres monedas mojadas me devuelven sus uñas
Me llevo una cabeza para reconstruir
La oreja, el hocico, la sonrisa.

De No tú sino la piedra. Ed. El Tucán de Virginia, México 1999.


Güera Miss Clairol

En la tienda, la caja ronronea,
libera el cuerpo aquello que le falta:
feromonas y rosa adrenalina,
sonrisas de sustancias incoloras.
Es el nuevo color en los cabellos,
obligados al rizo, sometidos al rayo,
lejos del lacio oscuro que señala
el emblema más pobre. La industriosa
bondad de lo exitoso, ese blanco
compacto en las mejillas, sobre aquellas
facciones de vencidos ahora alegres,

maquillado su miedo y su fracaso,
cuya imagen por fin ya palidece,
del espejo del mundo eliminada.


Limbo

Todos se detuvieron.
No llevaban la sombra colgándoles del cuerpo
y no me decían nada.
Yo les hacía hablar como a espejos de carne.
Algunos me imitaban o contaban mi historia.
A todos conocía,
a unos desde siempre,
a otros no los había visto nunca.
En uno distinguí el color de mis ojos y mi pelo,
en otra la sonrisa de mi rostro, mis mejillas y dientes.
Alguien en un momento,
repitió lo que escribo,
leyó mis pensamientos en voz alta.
Después, todos rieron.

De Anábasis Maqueta. Ed. Diamantina, México 2004.


Carla Faesler‏

La tarde

Sólo cuando se es hombre se sabe qué es la vida.
Sólo si se ha cumplido con la edad
se sabe lo que empieza y lo que acaba.
Se sabe que el vacío que nos queda
es el hermoso todo que tuvimos:
como un bosque inmolado.
Donde el azul del cielo sólo encuentra
ancho campo abismal. Ya nada obstruye
el palpitar de un ala poderosa.
Ya las paredes todas se evadieron
y estamos al desnudo, como un cuerpo,
paradisíacamente. Es el retorno
tras haber agotado a la serpiente:
tras haberla dejado de escuchar.
Es el retorno fiel a la ignorancia.

Juan Gil-Albert

Imágenes

Para María sigo siendo aquel
adolescente, tímido y callado,
que no encontraba nunca la ocasión
ni la manera de coger su mano.

Para Carmen –que, para su sorpresa
y sin remotamente sospecharlo,
fue la tumba de mi virginidad-,
una curiosa anécdota y un chasco.

Para Manuela, nadie –yo no creo
que me recuerde-. Un cerdo, para Amparo,
que jugó con su joven corazón
a romperlo en pedazos.

Para Marta, supongo que el peor
amante que ha tenido. Un mamarracho,
para Julia, que, tras jurarle amor
eterno, se marchó a comprar tabaco

y no volvió. Para Marisa, el sueño
de alguna que otra noche de verano.
Una estrella fugaz, para Teresa,
que en su pequeño cielo brilló un rato.

El amor de su vida, y de la mía,
mientras duró, para Isabel. Un raro,
para Cristina. Para Elisa, el tipo
que despertó su piel, en cuyos brazos

descubrió los secretos del placer
y los misterios del amor profano.
Para Pilar, un chulo que se hartaba
de beber a su costa. Para Charo

-que caminó conmigo, cuando andaba
cuesta abajo y sin freno-, un desahuciado...
Para todas, igual que para mí
cada una de ellas, alguien, algo

que ya no existe más que en el recuerdo,
un plano congelado del pasado
que no cambia, madura, ni envejece,
por el que pasa el tiempo sin tocarlo.

Javier Salvago

Bleiben Ist Nirgen

I
Del mundo, eres la enfermedad.
Vuelve a tu concha de tinta y papel
incurable hablador.
Las flores del jardín público no son para ti
tampoco sus paseantes de ojos claros.
Deja a las abejas su miel y duérmete en lo invisible.
Ya estás muerto, y desde hace mucho.
¿No lo habías notado?
Sólo te queda escribir para acordarte de ti mismo.

II
Mira otra vez el mar
tanto azul para nada
la inmensidad corre hacia ti para repertirte que no eres nada.
Mete la cabeza en tu cadáver
allí podrás oír el mismo ruido de marea
y los mismos gritos de gaviota
No volverás a irte
una mordaza de espuma en la boca
tus naves son papeles blancos.

III
Araña otra vez la hoja en blanco
gira las llaves de lo imposible
tu corazón es una cerradura que se oxida
recuerda lo que has amado
a ese precio podrás sobrevivir.
Incluso inoportunas
sólo te quedan las palabras
vístete con sus telas.

IV
Debes aprender a cruzarte
traspasarte.
En ti, has levantado muros
les añades una piedra cada vez que renuncias a amar
Llena la bañera de tinta y báñate
deja crecer bajo el tuyo el rostro de otro
y sufre por el deseo o el asco que le inspiras.

V
Corre más deprisa hacia tu pérdida
comercia en todas partes con tu muerte
vende tu alma a las mujeres y tu cuerpo al demonio
conservarás el corazón intacto
Se espera de ti la increíble palabra
de un hermoso delirio de lenguas cortadas
sólo sabrías cantar imponiendo tu boca
a la voz de las sirenas que la pena estrangula.

VI
Hijo hijo de lo humano
nieto del polvo humano
antes mezclado con la saliva de los dioses
tres jirones de cielo en el cerebro
y pelos de tigre en la cabeza
El espléndido aborto de tus pensamientos
pesa aún demasiado en la punta de mi pluma.

VII
No hay en ningún lugar un cielo que te convenga
ni tierra que espere tus huesos
ni cuerpo que vaya a liberarte
ni alma con la que puedas esperar vestirte
vives en el intersticio
entre el polvo y los dioses
atrapado.
Pillados los dedos con la puerta
tu grito no despertará a nadie.

VIII
En la página en blanco nadie responde
a quien habla de amor
y las palabras caen como piedras
al fondo de un lago.
Nada que decir.
Cualquiera no es nadie
hay que seguir sin embargo
repitiendo en todos los tonos las mismas palabras
hasta el agotamiento.

IX
Bebe el día. La tinta es bella
no te resignes a la negrura del pensamiento
piérdete en el dédalo de las ciudades
en busca de la reverberación del amor
Escribe a la luz de tu borrachera
mira hacerse la aurora sobre el cuello de piedra de los colosos
cuyo vientre masculla palabras impronunciables
nuestros labios no son de piedra antigua.

X
Inútil es el poema. Ya lo sabes.
Nadie se dedica hoy a lo imposible.
La prehistoria del hombre ha empezado de nuevo.
Guarda intacto al niño que llora tras la puerta
muéstrale la armadura de oro y el destrero blanco
su hermoso rostro de futuro duerme en un ataúd de cristal.
Tres gotas de desdicha en la nieve
bastan para reanimarle el corazón
La pena del cielo es inmensa
tus propias desdichas, irrisorias
aprende a sufrir más de lo que puedes
el hombre no es la medida de todas las cosas
acuérdate del sueño de los dioses
el mar espera que te arrojes que te ahogues en lo imposible
todo lo demás es irrisorio.

Jean Michel Maulpoix
La cabeza de Paul Verlaine

viernes, 22 de marzo de 2013

Los muros

I.
Los muros son compañeros,
Dispuestos siempre donde están para el
codo y la palma
Y extendidos a la mirada,
Con un poco de tierra
Donde confiar su bondad cuando
les sobra.
Con la apariencia de haber probado su
Inocencia
Al encontrarse en el aire mientras
viven de negro.

II.
Muchos muros están manchados
De musgo o de liquen color
oleaje
Que tan pronto surgen
Del agua tibia y de la sal donde la vida
cobra forma
Dejan la piedra al desnudo
Tan gruesa como la herida que no hay
Que mostrar mucho,
Sino mimar cuando se está solo.

III.
Es en los muros
Donde están las puertas
Por las que se puede entrar
Y por alguna
Arribar.

IV.
Tienen que vérselas con el aire
Debido a algunas distracciones.
El viento marino pasa por ahí
Extendiéndose en el cielo y
la carne de los muchachos,
Carga consigo hojarasca o mosquitos
Y la caricia.
Tienen que vérselas también
Con la lluvia, con la lejía.
Pero el sol
Es un poder.

V.
Los muros cuando son altos,
sobre todo aquellos sin ventanas
ni cortinas,
con rastros a veces de gris
amarillento y de negro
Bajo las chimeneas,
Son buenos para hacer de pantallas a las
visiones de los viandantes
Que no encuentran en ellas forma ni lección,
Sino respiro:
Un gigante rojo hizo gran aspaviento
Y sobre los tejados sus pies corren rápido.
Es al cielo al que recrimina
Es al verano. Tiene fuego entre los
brazos.
Ha dejado caer un astro o un
Niño.
Dice: Venganza. Se vuelve a sentar.
Era un pobre.

VI.
Hay algo terrible en el mundo
Y esto será
Un muro a través de los campos, contra
un ciruelo,
junto a la carreta y sus pértigas
colgantes,
Bajo el sol que hace perdurar
la inmensidad.
Un muro que no habrá podido
Habituarse
Y no confía más
En abreviar el espacio a través de los llanos.

VII.
Ver el interior de los muros
No nos está dado.
Aunque los rompamos,
Su fachada se muestra.
Seguro que pasa lo mismo
En nosotros y en los muros,
Pero ver
Tranquilizaría.

VIII.
Los muros
Son feos.
No habrán puesto
De su parte.
Hechos para ocultar,
para impedir,
Salpicados a veces
Con cascos de botellas.
-No detendrán
Las turbas del triunfo.

IX.
A veces los senderos
- Nosotros íbamos por placer
o deber -
Estaban bordeados de muros.
Ellos nos ofrecían la vertical,
Del sol blanco, el sendero de nuevo
Y la licencia,
Pero nos separaban
De la fresa tardía en el
frescor del bosque
Donde tocar dos rodillas
Que tienen tantas razones para temblar
bajo las hojas.

X.
No estaríamos tanto peor
Convertidos en el muro al borde de la plaza
donde los niños juegan entre los
ancianos,
Aquél que de toda la ciudad no conoce
más que la cólera,
- Podríamos convertirnos también
en un muro escondido por el follaje en
el campo,
Para ser felices.

XI.
¿Qué puede un muro
por un herido?
Y no obstante
Acude siempre en las
batallas
A apoyarse en él,
Como si la muerte así
Permitiera morir
Con más comodidad
Y alguna libertad.

XII.
Un hombre
se ha vuelto celoso de los muros
Y después, tozudo, es de las raíces
Que no puede despegarse.
Coloca a distancia
un cuerpo habituado,
Rechaza las puertas
Rechaza el tiempo,
Ve en el negro
Y dice: amor.


Eugène Guillevic

Una forma poética: la quenina de p

La quenina de p (donde p es un número racional) es una
generalización de la quenina, forma inventada por Raymond
Queneau, que generaliza la sextina del trovador Arnaut
Daniel.
En el ejemplo siguiente p = 3+1/2

Cuando cae la noche
en el suelo se elude
el rastro de la estrella
que ella arrastra
Luego cuando la estrella
desagrega la noche
en el ojo se elude
el dosel
Se indefine, se elude
rasgado por la estrella
que desgarra la noche
del milano


Jacques Roubaud

La imperfección es la cima

Sucedía que era preciso destruir y destruir y destruir,
Sucedía que la salvación sólo era posible a ese precio.

Arruinar el rostro desnudo que asciende en el mármol,
Machacar toda forma , toda belleza.

Amar la perfección porque ella es el umbral,
Pero negarla una vez conocida, olvidarla muerta

La imperfección es la cima.


Figura 38

Si volviera ahora a una escritura como suele decirse más gramaticalmente co-
/rrecta
quizás se notara mejor después de la travesía de imprecisiones torpes en los
poemas
que preceden
que el lenguaje en francés elegante está lleno de agujeros ocultos bajo
dudas lentas amoldadas en el amaneramiento y con frecuencia en la tontería
un poco grandilocuente
por prueba me remito
a los primeros esbozos de algunas páginas de Saint-John Perse expuestas en el
museo Jacquemart-André
me complace de verdad que esto pueda resistir tales torpezas para mostrarse
en la superficie organizada del poema resulta algo así como
las entonaciones y las palabras vulgares de mi padre en la conversación familiar
de todos los días
o como
en la sonrisa de una niña sus nalgas de repente contraídas como
se podría decir casi todo y cualquier cosa a un tiempo y con exactitud y no
esta especie de lenguaje selecto sin riesgos y con maneras
de gran terrateniente o profesor de fraseo firme tan semejantes a comerciantes
instalados yo
me
vuelvo
a la mezcolanza de la gramática que ha quedado tocada del ala
con mi ignorancia uncida a mi saber y mi afición a guiar frases
a través de cualquier cosa

James Sacré

Haces resbalar el rayo de tu vestido...

Haces resbalar el rayo de tu vestido
verifico el estado de la noche
vamos a beber un alcohol ligero y negro
opacarnos aun en la intimidad
la posible tristeza conjurar
por la suerte de una separación sin adios
conjugar nuestros vértigos o las indolencias
vez que presentimos la última
y que olvidamos, que vivimos
y es todo.

Stéphane Chaumet

Intentar retener lo informulable...

Intentar retener lo informulable
como el agua en el cuenco de las manos
para ver pasar un secreto del mundo
o nada más que su reflejo
su trazo de rayo en el agua
antes que todo se derrumbe y desaparezca
en el polvo donde marchas.

Stéphane Chaumet

Otra vez debes partir...

Otra vez debes partir
dejar las luces de la ciudad
y esta mujer
doblemente extranjera
¿quién la visitará?
Pero dejar ese equipaje de angustia
no puedes.
Sobre el agua negra donde te alejas
alumbra una vela
para ella y contra ese cielo
mudo y negro
sin remedio.
Después húndete en el olvido
que es la verdadera memoria del tiempo.

Stéphane Chaumet

(Anuncios por altoparlantes)

- ¡Atención! ¡El Olvido os habla!
- ¡He aquí las últimas noticias! Las últimas...
- Los grandes saldos se han acabado. ¡Atención!
- ¡Vacaciones! ¡Vacaciones en el azur!
- Si usted desea obtener rápidamente unos senos
espléndidos, jóvenes y redondos...
- ¡Hasta el infinito ha encontrado comprador,
y la muerte! ¡La muerte fuerte, que reconforta!
- Usted tendrá la sensación de no llevar nada puesto.
Su nerviosidad y su elasticidad incomparables.
- ¡Atención! ¡Son vuestras últimas vacaciones!
- La lotería de las galaxias. Primer premio:
¡La cabellera de Circé y cuatro millones de estrellas
ancianas!
- Y como segundo premio: el Oriente desierto.
- La bolilla mágica rueda dulcemente sobre vuestras axilas...
¡Una nube llamada caricia!

Entonces los acontecimientos se precipitaron


Jean-Clarence Lambert

Tesis por una poesía abierta

Presentamos Las Tesis por una Poesía Abierta, propuestas por Jean-Clarence
Lambert, nacido en 1930, ensayista, traductor, conocedor de las artes plásticas,
del teatro experimental, de lenguas extranjeras y de países lejanos.

1. Lo que propongo al poeta: querer, a su vez, correr el riesgo.
2. Somos libres, sí. Debemos materializar esta libertad, usarla.
3. Que la palabra sea un acto - o que la palabra sea de nuevo un acto. La
palabra-acto, es el nombre. Integrar en el mundo humano. Al principio era la
Palabra - el Verbo - el Lenguaje -. Pero no era el comienzo del mundo: era el
comienzo del hombre, el reino del hombre, de la humanización del mundo.
¡Humanización! ¡Mundo!... Estas palabras, justamente, ¡qué usadas están!
4. No aceptar las palabras en uso, las palabras usadas. Desconfiar.
5. Pasar sobre los tabúes semánticos. -¿E ir a naufragar en la
incomunicabilidad? - El pasaje, cuando tiene lugar, tiene más precio.
6. Que el poeta se instaure como mediador entre el signo y la significación.
7. Lo indefinido: ¡cuántas sorpresas! Lo imprevisible (seamos sinceros):
¡cuántas sorpresas cabe esperar!
8. Revelar, pues (en el sentido fotográfico). Pasar de lo posible a la realidad. De
lo que todavía no es a lo que será. Dar realidad - en un sentido bien diferente del
"realismo" que se satisface con las evidencias y no busca sino lo que ya ha sido
hallado.
9. El peligro - de todo arte experimental: tomar los medios por el fin, la
gramática por el libro de texto.
10. Método: Tratar a las palabras como objetos, seres en sí, que son antes de
significar.
Darles un máximo de presente.
11. ¿Es deseable: palabras sin pasado, ricas de un solo presente, concretizando lo
posible?
12. Hay que amar las palabras. Tantos poetas experimentales no hacen sino
odiarlas, o burlarse de ellas, ¡o hacerlas sufrir! ¿Pero no es acaso otra manera de
amor?
13. Moral personal: No espantarse de lo que otros llaman "gratuidad".
14... Pero pasar de lo que ellos llaman "gratuidad" a lo que nosotros llamamos
"significación" es una cuestión de voluntad. Querer significar. Buscar significar.
"Tú no me buscarías, si ya no me hubieses encontrado", dice la significación al
signo ferviente.
15. Axioma: Nada escapa a la significación.
16. Método: Tratar el lenguaje COMO SI FUESE una realidad autónoma - sin
olvidar que no es una realidad autónoma.
17. Empujar el lenguaje hasta sus extremos.
18. ¿Ante quién, ante qué, se siente responsable el poeta? Ante las palabras.
19. Algunas formulas que me han servido alternativamente: POESIA ABIERTA
(Demasiado vago, pero, ¡ay!, fácil de retener) POESIA OPERACIONAL
(Demasiado pedante, pero bastante justo: el poeta como operador de lenguaje)
POESIA DE ACCION (bueno pero incompleto, y tocando sobre todo a la poesía
que busca una comunicación directa, que marca su voluntad de participación)
POESIA ALEATORIA (honesto pero impreciso). Otros dicen: POESIA
CONCRETA, o, más simple todavía, POESIA EXPERIMENTAL. ¿Cuál es la
formula que terminará por imponerse? La peor, como de costumbre (el arte
gótico). Hace falta una fórmula: la Historia lo exige...
20. Proponiendo "Nada escapa a la significación", no hago más que retomar una
idea cara a Kandinsky - me gusta, por otra parte, comparar el estado actual del
lenguaje poético con el de la pintura - cuando el gran artista hizo sus primeras
"composiciones" abstractas.
21. He tomado ejemplo del arte no-figurativo. La libertad con la que los artistas
nofigurativos tratan el mundo de las formas objetivas me ha dado confianza.
Cierta música, también: en julio de 1964, una larga discusión con Edgar Varèse,
una noche de canícula, en Nueva York, me confirmó en la elección, como
hipótesis de trabajo, de una riqueza potencial de lo inexpresado.
22. La poesía es inauguración, no confirmación. Si la palabra es un acto, marca
una partida. La poesía debiera ser - debe ser - es - el principio de la Palabra, del
Verbo, del Lenguaje.
23. Revuelta y Aventura: los dos movimientos de la poesía de hoy, su doble
tarea. Sublevación contra el uso, el mal uso del lenguaje, el debilitamiento
continuo del lenguaje. En el curso más y más acelerado de los años que
acabamos de vivir o de heredar, uno de los fenómenos menos discutibles es el
del debilitamiento continuo del lenguaje. Nuestro léxico de base se ha
transformado en un repertorio de mistificaciones en el que las palabras
disfrazan nociones extranjeras a su acepción primitiva y auténtica. En verdad,
nos dejamos dominar por las seudopalabras, las antipalabras, es decir la
propaganda, bajo todas sus formas - religiosa, política o literaria... La historia de
la poesía en Francia, desde el simbolismo, es la de su revuelta contra la entropía
del lenguaje.
Simplificando, si se me permite, puede decirse que ha seguido dos líneas
principales: una, destinada a preservarla en su ley interna, buscar la
recuperación, por formas exigentes, de algunos poderes de los que ella disponía
en el momento de su plenitud; la otra, que es el recurso y el abandono a la
imagen, la condensación en las palabras de un máximo de significaciones
atestiguadas - para salvar a estas palabras de la banalización. En suma, a las
antipalabras y a las seudopalabras del lenguaje en crisis, la poesía ha opuesto
superpalabras deslumbrantes, pero peligrosas, dado su alejamiento de la
"verdadera vida". En cierto modo, la poesía se ha encerrado en su revuelta y su
rechazo.
Para poder respirar, desde entonces, toma vuelo, a fuerza de alas, y de estrofas,
hacia los grandes espacios jalonados del Mito y de la Historia; o bien, perdiendo
aliento, se va a habitar las grietas, las lagunas -he aquí la discontinuidad que
tanto irrita en tantos poetas actuales...
Voy a citar el testimonio objetivo de un compositor, Pierre Schaeffer (los poetas,
por su parte, se justifican demasiado cómodamente): "Se ha hecho un consumo
tan grande de poesía, como de música, desde hace algunas décadas, que el
agotamiento del terreno es semejante, y que la poesía agoniza, parece, porque
los poetas ya no nos interesan, salvo cuando son inventores."
Invención, para mí, es sinónimo de aventura...
24. La poesía no es, no ha sido una vez para siempre. Ella se hace (y se deshace)
cada día, como la verdad. ¿Cómo, si no, admitir al mismo tiempo a Homero y a
Basho, Petrarca y Maiakovski?
25. Adivinanza.
-¿Qué diferencia hay entre una palabra "rarísima", de ésas que ama Saint-John
Perse, y una palabra "inventada"? Usted puede, si no la conoce, encontrar el
significado de la palabra rarísima en el Littré.
-¿Y si no tiene usted el Littré?... Bueno, le queda la posibilidad de soñar un
significado, dejándose llevar por el aspecto "físico" de la palabra, cosa que usted
puede hacer con la misma comodidad con la palabra "inventada"... En verdad, la
poesía debe forzarnos sin cesar a hacer un uso diferente del lenguaje, y
sorprendernos, y provocarnos, ubicándonos, por ejemplo, en ese "desconcierto
receptivo" del que hablaba Gassiot- Talabot, a propósito de las sesiones del
"Domaine Poétique". Ya no se trata de la rutina insensible de lo cotidiano (una
victoria de la poesía: cuando ella obliga a lo cotidiano a dar lo que tiene de
mítico).
¿Electrochoque? En la violencia, a veces. Pero puede bastar con un ligero
desequilibrio: pienso en el museo Guggenheim de Nueva York, que Frank Lloyd
Wright ha concebido como una sola rampa desarrollando sus cinco espirales
hasta la planta baja. A causa de la pendiente, cada alto ante cada obra nos obliga
a buscar un nuevo equilibrio - y contemplar un cuadro se vuelve un acto
objetivamente diferente de la contemplación de la vitrina de una tienda...
26. Parafraseando a este gran aventurero de la música contemporánea (Pierre
Schaeffer):
"Abrir una brecha en la muralla de la poesía, que nos rodea como una
ciudadela". Por mi parte, yo he sentido esta necesidad en dos ocasiones: hacia
1953, y entonces escribí el "Silabario"; después, en 1959, con "Délie". Ambos
poemas publicados, ¡en tan pocos ejemplares!, en 1960, bajo el título de "Aléa".
¿En el intervalo? He hecho del lenguaje poético un uso "tradicional",
componiendo principalmente poemas líricos que respetaban la sintaxis y la
gramática. A veces, germinaban palabras desconocidas, en el rodeo de una
estrofa. Yo las acogía con precaución, con placer, también. Queda por decir que
durante todo ese tiempo yo no había adquirido la indispensable libertad de
espíritu que hace falta para practicar la poesía experimental. Puesto que, debo
reconocerlo, la poesía experimental exige un gran desinterés: abstraerse de la
mayoría de las pasiones contemporáneas, abdicar de la mayoría de las
ambiciones consideradas desde el Romanticismo como consubstanciales a la
poesía. Se despertará la vieja acusación del arte por el arte. Sin duda. Pero aquí,
el arte por el arte quiere decir el lenguaje por el lenguaje, y yo he repetido
suficientemente que no se toca impunemente el lenguaje. El instrumento -la
operación-, el operador están unidos orgánicamente, y fatalmente. Modificar
uno de los términos, es modificar el conjunto.
27. Si la lengua es instrumento de comunicación, el lenguaje poético es
instrumento de investigación y de invención.
28. Que el lenguaje poético sea definitivamente irreductible.
29. Modificando como conviene las fórmulas célebres: La palabra en todos sus
estados –La parcialidad de las palabras.
30. El poema como experiencia inmediata.
31. Trabajo del poeta: montar trampas de ser.
32. Suscitar campos semánticos no prescritos.
33. Otra definición: el poeta es un hombre para quien el lenguaje está siempre
inacabado, siempre interrumpido, lo mismo que, dependiente del lenguaje, la
realidad humana.
(Heidegger, Paz).
34. Ampliar - ver ilimitar - el campo del lenguaje.
35. Humildad: el poeta como operador de palabras.
36. Voluntad de azar: el poeta debe marcar un surgimiento de lo imprevisible -
en el sentido indicado por Pierre Boulez, cuando afirma: "No hay creación más
que en lo imprevisible deviniendo necesidad."
37. No soy yo quien... 1) "La poesía es un arte del lenguaje" (Valery); "El todo es
decir todo, y me faltan palabras" (Eluard).
38. Las palabras más preciosas, para el poeta, son aquellas que tienen "algo que
decirnos".
Sobre ese "algo" (que no se encuentra generalmente en los repertorios), se
juega, en gran parte, el destino del poema.
39. Por un lenguaje, en constante reinvención, hacer retroceder los límites de lo
indecible, de lo inexpresable. Domar el Caos, lo Irracional. Triunfar sobre lo
Improbable..."Más el mensaje es probable, dice el cibernético Norbert Wiener,
menos aporta como información. Los clisés y los lugares comunes, por ejemplo,
esclarecen menos que los poemas".
40. Lo surreal, lo inconsciente, no es, en el fondo, nada más que lo innombrable,
lo informulado. "Todo está dicho y..." Todo lo contrario: "¡Nada está dicho
todavía!... Esto debe ser una certeza. Si no, ¿para qué escribir? ¿¿¿Para colmar
aún más nuestras Bibliotecas Nacionales y sus Depósitos ya atiborrados???
41. ¡Suma despreciable, el poema que no es un hecho cumplido!
42. Código preferido a Estilo. El código es el hombre. Cada poema nos propone
su código.
Eficacia (o no) de ese código: luchar contra la tendencia entrópica del lenguaje;
conservar la energía, es decir el impulso vital (la emoción, etc.), en el poema.
Transmitir.
43. He seguido el ejemplo de Kandinsky y la pintura no- figurativa. En la misma
época, Stravinsky da, después de Petruchka, la Consagración de la Primavera.
Debussy descubría una voluntad de "hacer música con lo que no es música"... Sí,
¡o con lo que no era música hasta entonces!
Leer poesía en lugar de música, y se verá formulado uno de los imperativos que
nos conciernen hoy.
44. O bien, este párrafo de la intervención memorable del director de orquesta
Ernest Ansermet durante el debate sobre el arte contemporáneo (Rencontres
Internationales de Genève, 1948), donde la poesía no tenía nada que proponer
(la poesía, muy seguido, está ausente de esas confrontaciones -o, sino, está
presente sólo para hacer prueba de conformismo o para exponer ambiciones
que le son fundamentalmente heterogéneas: políticas, filosóficas, etc.): "El
músico se preocupa menos por realizar una obra que por una nueva manera de
hacer, una nueva técnica, un nuevo tipo de objeto; de ahí esa rápida sucesión de
formas insólitas, por no decir descabelladas, que han desconcertado tanto al
público, y que ya no son tanto proyectos estéticos, como modas." Antes,
Ansermet había dicho: "A juzgar por su comportamiento, es imposible
determinar si el compositor ya no sabe cómo hacer, o si no sabe qué más hacer,
ni por qué."
Creo, pensando en la poesía, haber respondido abundantemente a estos puntos
de interrogación; en cuanto al resto, suscribo enteramente lo que dice
Ansermet, con esta diferencia: conviene invertir los signos, y tener
decisivamente por positivo lo que él tiene por negativo... Jugando un poco, haré
del final "modas", sustantivo femenino en el texto, y peyorativo, un masculino
que podría leerse, debidamente completado: "modos sucesivos de ser". Hay una
poesía cada vez que hay una voluntad de ser.
45. Responsabilidad del poeta. Una experiencia no es una excusa.
46. A los poetas: ¡Interrogad a la Esfinge!
47. Una historia completa de la poesía occidental sería la del estallido de las
formas, desde el Coup de Dés de Mallarmé hasta Antonin Artaud y Michaux,
pasando por el dadaísmo germánico, Tzara, el Futurismo italiano y ruso, y las
obras, significativas, bien que en niveles diferentes, de un Pound, de una
Gertrude Stein, de un Cummings, de un Joyce, y, por supuesto, Ekelöf y
Lindegren. El Surrealismo sigue siendo una etapa capital (La Inmaculada
Concepción, etc.).
48. El poema debe realizar -dar realidad, volver real, integrar al mundo
humano, instaurar.
Movimiento contrario del "realismo", quien toma de la realidad, parte de la
realidad dada.
Aquí, simple constatación; allá, fundación.
49. ¡Basta de preocupaciones: el sueño es insuficiente; la imagen es insuficiente!
¡Cuánto tiempo desperdiciado por los poetas para demostrar la autenticidad de
sus sueños, para justificar las imágenes!
50. Etc..


Jean-Clarence Lambert

Los amantes de Teruel

Muertos decías tú. Pero la revolución triunfa.
Muertos, envueltos en su soplo.
La guerra hace estragos en las brechas del horizonte.
El horizonte, su cuerpo.
Regueros de sangre, su cuerpo.
El amor triunfa. Muertos, decías.


Jean-Clarence Lambert

Tejiendo sólo la noche

¿Habríamos abandonado
sueños y memorias
por el opaco lecho de la noche ?
Nada se mueve bajo
un viento de luna
Yo sé de la tenaza de la noche
las palabras que retiene.
Lo que se dice
-apenas si el halo
de las lámparas se conmueve se
perderá
en las confidencias de las alcobas.
Sólo el sobresalto del durmiente
restos de naufragio abandonados
en el cuerpo
revelarán el tesón
de una soledad estrellada.

Yves Prie

Escrituras (III)

18/

Vuelvo a empezar y está tu rostro siempre
lo busco en medio de todos tus rostros
tienes tantos que a veces ya no sé
quién eres las tardes tienen colores
cambiantes tu cambias con ellos brillas
te apagas si estás en un claroscuro
de cristales o en el esplendor de
la luz no eres la misma sin embargo
te reconozco tras tus perfiles tus
fulgores y sombras algo se mueve
que llamo tú porque eres mi memoria
quizá y porque a lo lejos sin cesar
andas te veo llegar a la misma
estatua entre palomas de la misma
plaza sigues andando pero no
vienes de lo profundo del pasado
eres la venida que convierte mi
vida en alegre espera aunque el viento
de lo efímero sopla y su humeante
nieve oscura nos borra entonces ya
no tengo nombre y no soy sino polvo
de sílabas boca vacía que no
articula más que azar pero tú
eres el azar es bello es cálido
como tú y es nuestra historia sé que la
voz que habla ha de callar crujen vacilan
las palabras las atizo por ver
de nuevo el espacio su promesa
el blanco de los montes y el azul
un cielo con ramas y apenas esta
claridad aunque esté tan cerca dices
quizá es la primavera u otra cosa
quién sabe es algo como una inminencia
viene sin pausa sin venir está
pero no está es manantial de formas
de él brotan palabras que nada dicen
sólo un flujo de luz no saber qué
decir más decirlo del mismo modo
que a veces me acerco a ti y nuestros ojos
están gastados por los días tomo
tus manos frías las soplo me quemas
siempre es como la última vez
te abrazo quiero ser el mismo instante
cierro los ojos y todo es presente
el mundo es un solo resplandor arde
él también habría que conservar
siempre este ardor consumirse en él luego
renacer como el fénix alumbrados
por el fuego pero aún me pregunto
qué es el amor la locura de hacer
rodar el mundo en torno a un centro rosa
y mortal sé que no hay respuesta sé
que es rendirse a la pérdida y las lágrimas
pero abro los brazos y digo sí.

Jacques Ancet

En la noche perdida

 (Else Lasker-Schüler)

Esta es la dama rara.
Ojos de tizne negro y pelo negro tinto...
¿Cuántos años tiene la dama rara?
Vieja es y eternamente joven...
Los abalorios, el turbante, los anillos, su extrañeza...
¿Porqué desprende estupor la dama rara?
Óyela hablar.
Cuanto tú has sido la esquina de la vida...
Sus palabras dislocadas, sus manos perturbantes,
sus amores sin final...
Un judío es uno que ha sufrido.
Una amante loca fue una niña herida.
Un maya el habitante de un pozo.
Esta es la dama rara.
Te mira provocativa, inteligente, seductora, absurda.
Su brillo oculta el llanto del Talmud.
Su fulgor, carreras por la callejita del odio.
Porque me despreciaron, nunca he querido ser más.
Esta es la dama rara.
Expresionista, ultramoderna, más allá del mundo.
Vieja es y enormemente joven.
Paladina de todo lo perdido.
Mariscala de las bambalinas.
Luz crepuscular, cristales hindúes,
pulseras de Cachemira...
Un ser brillante y absurdo.
Perdida en la cabellera de la Destrucción
me alojo en la alcoba de la Vida...
Ya no le importa qué dirás.
Esta es la dama rara.
Tadeus Aludra (que la conoció)
la soñaba caminar por el futuro...

Luis Antonio de Villena

Cristo Omega (Celebración del libertino)

Perdido en noche oscura, una de tantas,
entre los vientos arriscados y el frío que perturba,
a punto de morir - una de tantas - el abate
había balbucido unas desatinadas palabras solas:
En el fondo del conocimiento hay Resplandor.
Es necesario conocer, aunque se diluya.
En el fondo de las pasiones hay Resplandor.
Es necesario vibrar y pulsar, aunque se diluya.
En el fondo del amor hay también Resplandor.
Es necesario gozar y temblar, aunque se diluya.
En el fondo del pensar hay también Resplandor.
Es necesario indagar, aunque se diluya.
En el fondo del dolor hay Resplandor.
Es necesario padecer y oscurecer, aunque se diluya.
En el fondo de la bondad hay también Resplandor.
Es necesario darse y perder, aunque se diluya.
Desde mi desamparo siento el amparo del Vacío.
Hablo para decir que las palabras no son.
Desde mi poca luz siento tu Oscuridad latiendo.
Canto para decir que después callan los himnos.
Desde mi pulular siento tu Unidad sin tiempo.
Grito para decir que no hay ni espacio ni ruido.
Sin silencio y sin voz. Sin alma y sin carne.
En la otra ribera, rota la barca, olvidada la tierra …
Entre la nieve me quedo encogido,
entre sueños de belleza, suspiro.
Entre vahos de nada, me inclino.
Ahora podría ser. En este instante
quedaría yo - Ausente - sentido sin sentido.
Otro día - tras la cena en la abadía antigua -
el abate me contó que él, con tanto
sueño, tanto tropiezo y tanta vida,
tras tantas noches de tormenta y carne,
luego del lento reino de disimilitud, aún veía.


Luis Antonio de Villena

Más poemas

martes, 19 de marzo de 2013

Renacimiento de Venus

Donde estuvo la nube ya no hay nube;
los ojos, que la piensan.

Absoluto celeste, azul unánime
sin ave, sin su anécdota.

Al célico sosiego otro marino
sosiego le contesta.

Las últimas congojas de la ola
playa se las consuela.

Tanto sollozo en leve espuma acaba,
y la espuma en la arena.

Le basta un color solo a tanto espacio,
sin vela que disienta.

El mar va por el mar buscado azules
y a un azul los eleva.

Está el día en el fiel. La luz, la sombra
ni más ni menos pesan.

Dentro del hombre ni esperanza empuja
ni memoria sujeta.

El presente, que tanto se ha negado,
hoy, aquí, ya, se entrega.

¡Presente, si, hay presente! Ojos absortos
felices le contemplan.

El tiempo abjura de su error, las horas,
y pasa sin saberlas.

Aves, ondinas, callan, y de voces
vacío el aire dejan.

La dilatada anchura del silencio
de silencio se llena.

Es el vivir tan tenue, que no ata;
la cautiva se suelta.

Por las campiñas, ya, del puro ser
viene, va, se recrea.

Está el mundo tan limpio, que es espejo:
la escapada lo estrena.

Radiante mediodía. En él, el alma
se reconoce: esencia.

Segunda, y la mejor, surge del mar
la Venus verdadera.


Pedro Salinas

lunes, 18 de marzo de 2013

El último poema

He soñado tan fuertemente contigo,
he caminado tanto, hablado tanto,
de tal forma amado tu sombra,
que ya no me queda nada de ti.

Me queda solamente el ser la sombra
entre las sombras,
ser cien veces más sombra que la sombra,
de ser la sombra que vendrá y volverá a venir
a tu vida extendida bajo el sol.

He soñado tanto contigo,
dormido y despierto he soñado tanto contigo,
que tiemblo al pensar que no eres más que un sueño.
Que tu dulce realidad jamás será la realidad para mis brazos,
que tu boca seguirá lejana de la mía,
como si ya te hubiese enterrado,
o fantasmal erraras más allá de la luna.

¿Acaso sabes tú lo que es vivir en sueños?
tener al lado una mujer dormida,
y estrecharte a ti contra mi pecho,
y estrechar no más que sombra y noche,
aunque mi ser, todo mi ser, suspirara por tu ser.

He hablado tanto contigo,
marchado tantas veces, tu mano entre la mía,
bajo árboles, estrellas, nubes, que nunca has existido,
que no es tiempo tal vez de despertarme todavía.

Temo la realidad, la tierna realidad tuya,
y sin embargo por ella he vivido como llama,
como llama sedienta de envolver el contorno de tu cuerpo,
de encontrar, al fin, la tibia carne de tu boca,
no el sueño de tu boca.

Dime que sí, que ya despierte:
Que no sea un sueño, sólo un sueño,
esta desesperada esperanza de mi vida.



Robert Desnos


* Robert Desnos escribió su último poema en el campo de concentración nazi de Terezin en Checoslovaquia. Los alemanes lo habían llevado allí en su retirada con los reclusos del campo de Buchenwald. Murió el 8 de junio de 1945 por la desnutrición y el tifus. Su muerte se produjo a los pocos días de ser liberado por las tropas rusas.
En esos versos, Desnos reescribió un viejo poema suyo, dedicado "A la Misteriosa", su mujer Youki. El poema fue encontrado en el bolsillo de su saco... sobre su cadáver.

http://eltrenliterario.blogspot.com.es/2007/07/el-ltimo-poema-de-robert-desnos.html

A la misteriosa

Tanto soñé contigo que pierdes tu realidad.
¿Todavía queda tiempo para alcanzar ese cuerpo vivo y besar
sobre esa boca el nacimiento de la voz que quiero?
Tanto soñé contigo que mis brazos habituados a cruzarse sobre
mi pecho cuando abrazan tu sombra, quizá ya no podrían
adaptarse al contorno de tu cuerpo.
Y frente a la existencia real de aquello que me obsesiona y
me gobierna desde hace días y años, seguramente me
transformaré en sombra.
Oh balances sentimentales.
Tanto soñé contigo que seguramente ya no podré despertar.
Duermo de pie, con mi cuerpo que se ofrece a todas las
apariencias de la vida y del amor y tú, la única que cuenta
ahora para mí, más difícil me resultará tocar tu frente
y tus labios que los primeros labios y la primera frente
que encuentre.
Tanto soñé contigo, tanto caminé, hablé, me tendí al lado de
tu fantasma que ya no me resta sino ser fantasma entre
los fantasmas, y cien veces más sombra que la sombra que
siempre pasea alegremente por el cuadrante solar de tu vida.


Robert Desnos

La tortuga ecuestre

Igual que tu ventana que no existe
Como una sombra de mano en un instrumento fantasma
Igual que las venas y el recorrido intenso de tu sangre
Con la misma igualdad con la continuidad preciosa que me asegura idealmente
tu existencia
A una distancia
A la distancia
A pesar de la distancia
Con tu frente y tu rostro
Y toda tu presencia sin cerrar los ojos
Y el paisaje que brota de tu presencia cuando la ciudad no era no podía ser
sino el reflejo inútil de tu presencia de hecatombe
Para mejor mojar las plumas de las aves
Cae esta lluvia de muy alto
Y me encierra dentro de ti a mí solo
Dentro y lejos de ti
Como un camino que se pierde en otro continente


CÉSAR MORO

La costra

La ciudad tenía una sola casa
la casa tenía una sola habitación
la habitación tenía una sola pared
la pared tenía un solo reloj
el reloj tenía una sola manecilla
entre tanto los niños
crecían y ponían una sola pregunta
mientras desconcertados y soberbios los adultos
se encogían y disminuían sonrientes

GELLU NAUM

domingo, 17 de marzo de 2013

El marido verdugo

¿Teméis de ésa que puebla las Montañas
turba de brutos fiera el desenfreno?...
¡más feroces dañinas alimañas
la madre sociedad nutre en su seno!

Bullen, de humanas formas revestidos,
torpes vivientes entre humanos seres,
que ceban el placer de sus sentidos
en el llanto infeliz de las mujeres.

No allá a las lides de su patria fueron
a exhalar de su ardor la inmensa llama;
nunca enemiga lanza acometieron,
que otra es la lid que su valor inflama.

Nunca el verdugo de inocente esposa
con noble lauro coronó su frente:
¡Ella os dirá temblando y congojosa
las gloriosas hazañas del valiente!

Ella os dirá que a veces siente el cuello
por sus manos de bronce atarazado,
y a veces el finísimo cabello
por las garras del héroe arrebatado.

Que a veces sobre el seno trasparente
cárdenas huellas de sus dedos halla;
que a veces brotan de su blanca frente
sangre las venas que su esposo estalla.

¡Y que ¡ay! del tierno corazón llagado
más sangre, más dolor la herida brota,
que el delicado seno macerado,
y que la vena de sus sienes rota!

Así hermosura y juventud al lado
pierde de su verdugo; así envejece:—
así lirio suave y delicado
junto al áspero cardo arraiga y crece.

Y así en humanas formas escondidos,
cual bajo el agua del arroyo el cieno,
torpes vivientes al amor uncidos
la madre sociedad nutre en su seno.


Carolina Coronado

sábado, 16 de marzo de 2013

Fragmentos

 Los sabios y filósofos más ilustres han caminado entre las tinieblas de la ignorancia.
Sin embargo eran los luminares de su época.
¿Qué hicieron?
Pronunciaron algunas frases confusas y luego se durmieron.

Procede de forma que tu prójimo no se sienta humillado con tu sabiduría.
Domínate, domínate. Jamás te abandones a la ira.
Si quieres conquistar la paz definitiva,
sonríe al Destino que te azota y nunca azotes a nadie.
Confórmate en este mundo con pocos amigos.
No busques propiciar la simpatía que alguien te inspiro.
Antes de estrechar la mano de un hombre,
piensa si ella no ha de golpearte un día.
¡Cuán pobre el corazón que no sabe amar,
que no puede embriagarse de amor!
Si no amas, ¿cómo te explicas la luz enceguecedora del sol
 y la más leve claridad que trae la luna?
Sabes que no tienes poder sobre tu destino.
Por qué esa incertidumbre del mañana ha de causarte miedo?
Si eres sabio, goza del momento presente.
El porvenir? Qué  te puede traer el porvenir?
He aquí la estación inefable, la estación de la esperanza,
la estación en que las almas sedientas de otras almas buscan una quietud perfumada.
Cada flor, es acaso la blanca mano de Moisés? 
Cada brisa, es acaso el tibio aliento de Jesús?
No marcha seguro por el Sendero el hombre que no ha recogido el fruto de la verdad.
Si pudo cosecharlo del árbol de la Ciencia, 
sabe que los días pasados y los días por venir 
en nada se distinguen del alucinante primer día de la Creación.
 En la feria que atraviesas, no procures encontrar algún amigo.
Tampoco busques sólido refugio.
Con ánimo valiente, acepta el dolor sin la esperanza de un remedio inexistente.
Sonríe ante la desgracia y no le pidas a nadie que te sonría: perderás el tiempo.
Renuncia a la recompensa que merecías.
Si feliz. No te lamentes por nada.
No anheles nada. Lo que te ha de suceder,
escrito está en el libro que hojea al azar el viento de la Eternidad.


Un religioso dijo a una ramera: 'Estás ebria,
atrapada a cada momento en una nueva trampa'
Ella respondió: 'Oh, Señor, yo soy lo que tú dices,
y tú, eres lo que aparentas?'

Acepta cualquier goce que pueda
ofrecerte la Vida. No creas que haya alguien
que cuente nuestros vicios y virtudes. Desprecia
lo que robarte pueda un momento dichoso.


¿Tienes miedo al mañana? ¡Tonto! Sé confiado.
Para justificar ese temor, que acecha
la desgracia. No quieras consejos ni lecciones
sabias. Nuestro destino será siempre insondable.


No encontrarás en este bazar un solo amigo.
Atiende mi consejo: Renuncia a todo apoyo.
Acepta la desgracia; no le busques remedio.
No esperes compasión, feliz en tu desdicha.


Frecuenté mucho el trato de sabios y de doctos
en mi edad juvenil. Grandemente admiraba
doctrinas, teorías... Pero al dejar sus aulas
estaba más confuso que al penetrar en ellas.



Omar Khayyam

Éticas

II. El más fuerte
He visto un hombre que al huir del mundo
halló su paz en tierra desolada:
no fue un hereje ni un muzlim profundo,
no tuvo bienes ni creencia en nada,
ni en verdades, ni en dudas, ni en la muerte.

¿Quién en el mundo pudo ser más fuerte?


 V.

No hay alma que no llore por tu ausencia,
hasta fundirse en lágrimas de sangre;
no hay ser vidente que al mirar tus gracias
preso de sus hechizos no se encante.

Y al ver que tú por nadie te interesas,
todos cautivos a tus plantas caen.


 VI. Nada

Has recorrido el mundo palmo a palmo
y todo aquello que en el mundo viste,
            es nada, nada;

Has sentido pasar como un ensalmo
músicas y palabras: cuanto oíste,
            es nada, nada;

Al Universo todo lo has medido,
y el Universo en su infinita anchura
             es nada, nada;

Por fin en el rincón te has escondido
de tu alcoba, y ¿ qué vio tu desventura?
             ¡Nada, nada, nada!


 VIII. El telar de la ciencia

Fabricante de tiendas fue tu padre,
y tú, Khayyám, ingrato al noble oficio,
tras no sé qué ignorado beneficio,
tiendas de ciencia te pusiste a hacer.

La Parca con sus fúnebres tijeras
cortó en pedazos tu telar flamante...
y luego, un baratero trashumante,
«Por lo que den» los hubo de vender.


 XII. Fariseísmo

Sé de ignorantes que jamás pasaron
una vigilia en pos de una verdad,
y más allá de sus carnales muros
un solo paso no dieron jamás.

Pero son ellos los que visten toga
y en aire de señores graves van;
y son ellos los viles detractores
del Puro, a quien jamás comprenderán.


 XV. Perlas e ideas

Y ahora me voy a marchar,
y será triste este día:
de cien perlas que tenía
sólo una pude engarzar.

¡Ay! de la vida al través,
las ideas por miriadas,
del hombre, deja ignoradas
la ceguera o la estultez.


 XVI. El veneno y el antídoto

De este viejo Khayyám oye el consejo:
Busca siempre del sabio la amistad;
de los que viven en honestidad
sea la vida para ti un espejo.

Que la distancia de la tierra al cielo
te aleje del estulto e ignorante,
y la luz de tu fe vaya delante
para alumbrar las rutas de tu vuelo.

Si un hombre de saber te da un veneno,
bebe sin vacilar el vaso lleno;
del tonto, aunque el antídoto te ofrezca,
vuelca la copa, aunque todo perezca.


 XVII. Problema insoluble

Pusiste en mí pasiones indomables
y un deseo tenaz que me devora;
su imperativo impúlsame a saciarlas,
pero lo vedan tus sagradas normas.

La pobre humanidad vacila y gime
entre los dos extremos de tu dogma:
Tú le prohíbes derramar el vino,
¡pero le ordenas inclinar la copa!


 XIX. Injusticia y desigualdad

1
¡Oh, qué dolor que en este horno candente
donde se ha de fundir la masa humana,
sean los crudos más favorecidos
con el pan más cocido de la hornada!

Y que en este taller de forma y peso,
donde cada uno su porción aguarda,
sean los incompletos los que lleven
la más completa dote de la fábrica.

Cuando los ojos de las odaliscas
son dulce regocijo para el alma,
han de ser estudiantes, aprendices
y esclavos los que gocen sus miradas.

2
¿Y por qué un hombre que sólo recibe
por su faena un pan para dos días,
y que en un tiesto desdentado bebe
de la cisterna el agua cristalina,

por qué ha de amoldarse a servidumbre
de quien no vale por su propia miga,
y ha de rendir su libertad a otro hombre
que es su igual por las leyes de la vida?

Oh, Señor, que los mundos has creado:
Tú les trazaste una órbita exclusiva,
fundaste un orden y equilibrio eternos
sin choques, ni ambiciones, ni conquistas:

¿Por qué sólo a esta mísera criatura
le diste una alma inquieta e infinita?
¿Debe romper el orden de los mundos?
¿Debe alterar el fiel de tu justicia?


Éticas
Omar Khayyam 

XIV. Iconoclasta

¿Crees tú que en el alma del artista
que un día ideó y cinceló la copa,
puede nacer el demoníaco sueño
de verla rota ?

¡Oh! tú no crees, como yo no creo,
que la divina mente creadora
quiera destruir lo que en deliquio sacro
la mano forja.

Si es así, y las cabezas apolíneas,
los brazos y las manos que la forma
femenina hasta el éxtasis exultan,
han de reunirse al polvo de la fosa.

¿Por cuál extraño amor fueron forjados,
y por cuál odio vil son mutilados?


Rimas orientales

Omar Khayyam

XII. Sed inextinguible

Mi amor está en la cima de su llama,
mi amada en el zenit de su hermosura,
mi corazón desborda de ternura
y ebrio de inspiración mi mente inflama.

Siento en mi alma desbordar los ríos
de mis palabras y de mis canciones,
y al querer modular sus expresiones,
mudos siento temblar los labios míos.

Gran Dios ¿qué extraño caos en mí impera?
Mientras por mí en rïente primavera
fresca surgente de agua viva pasa,
mas me consume de la sed la brasa.


Rimas orientales
Omar Khayyam

XI. Bautismo de sangre

Arrebatada por la loca rueda
de la fortuna caprichosa y vana,
que sólo a los mediocres favorece,
en angustia y dolor mi vida pasa.

Y en el jardín de las terrenas cosas
mi alma como un capullo está cerrada,
y como el tulipán de hojas de seda,
en bautismo de sangre se consagra.


Rimas orientales
Omar Khayyam

X. La inquietud eterna

Amor que sólo vive en este mundo,
fulgor de pensamiento no refleja,
y como el fuego a medias extinguido
ya no enviará calor hasta las venas.

Mas el amor que vive idea y alma
y alcanza la recóndita belleza,
ese no ve en los años, ni en los meses
ni en los días y noches una tregua:

No ha de saber qué sean, ni el reposo,
ni la serenidad, ni la fe buena,
ni ha de nutrir la carne, ni habrá nunca
noche en que el sueño a las pupilas vuelva.


Rimas orientales
Omar Khayyam

VIII. El ánfora simbólica


Esta exhumada ánfora de arcilla
fue en su tiempo lo que yo soy ahora:
Un amante no amado, mas que adora,
y de fe y de pasión es maravilla.

Y estas dos asas de su cuello erguido
que al libador ofrécense, anhelante,
fueron los brazos de un feliz amante...
Y así quedó, y el vaso fue cocido...


Rimas orientales
Omar Khayyam

martes, 12 de marzo de 2013

De civitate hominum

Para A.S.F.R.

El cielo de la mañana tiene
un resplandor azul invernal.
La tierra es de un blanco níveo,
con su brillo cándido responde a la luz del sol,
salvo donde los obuses han dejado nuevos hoyos,
manchas negras en la blancura:

una composición a la Matisse.

Las sombras de los pálidos tocones
son un blanco más.

Y hay huesos blancos.

El Lago Zillebeke y Hooge,
gris hielo, brillan de otro modo,

como los zapatos argénteos de la modelo.

La modelo es nuestro mundo,
un mundo de lo más perro.
Puede que no lo sepan quienes viven entre guerras
pero sí quienes nos consumimos entre paces
tanto si morimos como si no.

Hace mucho frío
y, entre mi sensibilidad
y mi impecable uniforme de subalterno,
bien podría ser el proverbial gris que pela,
el accesorio de la nature morte.

¡Morte…!
Es la naturaleza muerta la que vive,
y no la carne viva.

Hay flores asesinas, blancas como vellones,
que se despliegan con primor
y envuelven a su piloto
quien, sobrevolando Gheluvelt,
hace un reconocimiento matinal,
todo él de seda y plata
en lo alto azul.

Oigo el zumbido de un motor
y nubes de humo blando que martillean el aire
al desplegarse las flores blancas como vellones.

No sabría decir con qué flor se ha quedado
pero de pronto se siente un temblor,
aparece un zigzag de trazos sobre lo azul
y él se desliza hasta
adentrarse en lo blanco,
una llama delicada,
una pincelada de naranja en el vestido de la mañana.

En voz baja, mi sargento dice: «¡Dios santo!
Qué muerte tan horrible».

El santo Dios no responde
aún.


Thomas MacGreevy