Ella no se hizo bruja,
Nació bruja,
De pequeña:
Escuchaba el desdichado canto de las aves,
Gallinas y palomas,
Podía ver el sentir en los ojos del perro,
Caminaba despacio, mantenía el silencio,
Ella es.
Un ente universal,
La eligió la tierra,
Ella tiene un portal y un lecho,
no lo sabe,
Ella llora.
Murmullo de siglos
Llanto eterno,
Y condena
Le enseñaron a hablar,
Prefirió escuchar,
El canto de las aves,
Gallinas y palomas,
Le enseñaron a vivir,
Le robaron el silencio
Le impusieron las palabras
El olvido como dogma
El olvido como dogma
El olvido como dogma
Olvidó su útero,
Olvidó su bosque,
Olvidó su llanto,
Educaron su ego
Ya poco quedaba,
Flor en jarro de oro,
Ya no lloraba,
Solo a veces,
Rígida e inmóvil,
Se sabía perdida
Mas sonreír la alivio de males
Ella Tenía un portal
Pero no lo sabía
Un día,
Sintió el murmullo,
Bajo su vientre,
Su madre y todas sus madres
Sus hijas, todas sus hijas,
La levantaron del letargo,
Le mostraron la danza del viento,
El rugido del universo,
El murmullo de los árboles,
Comprendió que lo femenino,
Es lucha,
Movimiento,
Acción,
Lo femenino,
Es la magia,
Unión,
Comprendió que no hay saber que se aprenda en la domesticación
Que fuera de la naturaleza todo es falso,
Que las personas comunes perdieron
La lucha, el movimiento y la acción,
Escaló un árbol,
Sintió sus grietas,
Gritó
Encaro a los demonios
Y en la cima
Despertó.
Khimaira Küyen
La magia de creer para ver
jueves, 14 de agosto de 2014
miércoles, 6 de agosto de 2014
“ILUMINACIÓN”, POESOFEMA 70
Este es el momento en que los límites se abren
como los pétalos de una flor que crece en el pantano.
Lo que fue una celda negra estalla en tentáculos de luz.
Se acaban las fronteras y esfuman las definiciones,
nada se puede comparar, ni juzgar, calma eterna
donde desembocan los ilusorios egos
dejando de ser islas para entregarse al éxtasis
del corazón único y disolverse
en tremendos latidos de amor.
La fragancia de cada ser, el vibrar sublime de las ideas,
el dulce calor del sentimiento afectivo,
la estela brillante de cada acción bondadosa,
el temblor esencial de la pasión,
esto es eterno, no ha venido ni se está yendo,
es una caricia de lo que por siempre es.
Quiero que estas palabras besen tus ojos,
que las plantas de tus pies
acaricien el suelo donde se posan,
que tu cuerpo dibuje en el aire laberintos sagrados.
Nada es inútil, todo sirve para algo,
todo es una búsqueda que sólo puede terminar
cuando nos convertimos en lo que buscamos.
El filósofo se convierte en la verdad.
el artista se convierte en la belleza,
el nadador se convierte en el agua,
el poeta abre una puerta en su poema.
Pueda un alba sin fin inundar tu memoria,
que los huesos de tu cráneo se cubran de palabras sagradas
que en lugar de dinero intercambies mariposas blancas.
Cada instante es el mascarón de proa
del tiempo total, este es el momento elegido,
hoy es la eternidad, tu cuerpo es el infinito,
tu Yo es la divinidad. Deja arder la memoria,
siente ternura por cada mente que se desprecia,
deja que el mundo de los codiciosos se vuelva invisible.
Tú sé como un árbol que toma la forma
que le dicta el canto de sus pájaros.
*
Alejandro Jodorowsky
como los pétalos de una flor que crece en el pantano.
Lo que fue una celda negra estalla en tentáculos de luz.
Se acaban las fronteras y esfuman las definiciones,
nada se puede comparar, ni juzgar, calma eterna
donde desembocan los ilusorios egos
dejando de ser islas para entregarse al éxtasis
del corazón único y disolverse
en tremendos latidos de amor.
La fragancia de cada ser, el vibrar sublime de las ideas,
el dulce calor del sentimiento afectivo,
la estela brillante de cada acción bondadosa,
el temblor esencial de la pasión,
esto es eterno, no ha venido ni se está yendo,
es una caricia de lo que por siempre es.
Quiero que estas palabras besen tus ojos,
que las plantas de tus pies
acaricien el suelo donde se posan,
que tu cuerpo dibuje en el aire laberintos sagrados.
Nada es inútil, todo sirve para algo,
todo es una búsqueda que sólo puede terminar
cuando nos convertimos en lo que buscamos.
El filósofo se convierte en la verdad.
el artista se convierte en la belleza,
el nadador se convierte en el agua,
el poeta abre una puerta en su poema.
Pueda un alba sin fin inundar tu memoria,
que los huesos de tu cráneo se cubran de palabras sagradas
que en lugar de dinero intercambies mariposas blancas.
Cada instante es el mascarón de proa
del tiempo total, este es el momento elegido,
hoy es la eternidad, tu cuerpo es el infinito,
tu Yo es la divinidad. Deja arder la memoria,
siente ternura por cada mente que se desprecia,
deja que el mundo de los codiciosos se vuelva invisible.
Tú sé como un árbol que toma la forma
que le dicta el canto de sus pájaros.
*
Alejandro Jodorowsky
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