La magia de creer para ver

lunes, 30 de septiembre de 2013

E n v i t e


“Jugar con poeta / trae yeta.” Alberto Cachilo

si a esta altura un poeta pudiera leer
a otros
querido ciego
no editaría tanto
si pudiera leerse
                 un poco
escribiría mucho mejor
y si pudiera leer y escribir
sin tanta tonta tinta subjetiva
sin recetario de turno en galera
o pudiera conjugar  vivamente
jugar con mente viva
siempre                      todo
sin tanto círculo culo conciliábulo
tanta lata latina o literagria
        R.N.P.I. prohibida
la reproducción queda hecho
el depósito que marca
la ley haceme el verso
si siquiera quisiera fuera
pudiera supiera viera
                          viviera o viviese
sin tanta feria del autor al lector
o de editor a cliente
                                 tanta solapa
habría
            por lo menos
un analfabeto menos del amor
un verso menos  pero un mejor hombre
un punto menos ciego suspensivo

Ruben Vedovaldi

Remitente


lápiz en mano dibujó unos signos
sobre la muda arena del desierto
 
pincel en diestra y
paleta en su siniestra
pintó la luz que se buscara el cuerpo
iluminando un fondo de poema
 
cincel en puño modeló el poema
cantaba   laúd en mano   cada verso
 
danzó el poema  el himno  la plegaria
representó en escena cada estrofa
 
se aplaudió solo,
criticóse solo
miró las palmas de sus manos muertas
 
no tenía con quien hacer historia
 
para llegar a humano
le faltaba estrechar fraternalmente
la mano de otro par en barro y sueño
 
lo demás era el tiempo y el espacio
del arte y del olvido
 
no hay destino
si no hay destinatarios 


Rubén Vedovaldi

Cómo alcanzar el paraíso

Debes tener coraje
para escribir un poema,
debes tener coraje
para no escribir un poema,
debes decir hola
y adiós
debes tomar vitaminas
debes respetar a todas las personas
y amar solamente a una
da igual si se lo merece o no,
debes sufrir en silencio
y permanecer pacientemente callado,
permanecer callado cuando alguien habla
y hablar cuando toda la gente calla,
debes arrojar la basura fuera,
regar las flores,
pagar el gas y el agua,
los errores y los aciertos,
debes entregar el corazón
por un ojo y un ojo
por los dientes,
no debes pedir nada
aunque lo desees todo,
y exigirlo todo
aunque no desees nada,
debes dormir cuando toca
y fijar las horas,
encontrar dos zapatos para el pie izquierdo
porque los otros dos son del derecho,
no esperar que alguien regrese
o deje de regresar
sólo porque alguien está esperando,
debes mirar el cielo
porque él nunca te mirará,
debes morir porque es lo que toca,
aunque no lo merezcas,
debes escribir un poema
nacido del miedo
entre un sí y un no,
que hable del porqué,
del para qué,
para ser agradecido
aun cuando
no se lo merezca.

Daiva Cepauskaite

viernes, 27 de septiembre de 2013

Poema para que lo leas cuando no esté a tu lado

Mi amor, este poema
es para que lo leas cuando no esté a tu lado,
cuando no pueda ya cuidar de ti.

No te conformes nunca con alguien que no piense
que tu eres una llama más antigua que el fuego,
que tú eres su razón para vivir.

Aprende a no querer a los que no te quieran
y elige bien a qué le tendrás miedo:
no habrá sombra que oculte lo que tú temas ver.

Escapa del que piense
que el aire es la pared de lo invisible
y huye de aquel que crea
que es más feliz quien menos necesita,
porque ése no podría necesitarte a ti.
No te rindas, no olvides jamás que la tristeza
sólo es la burocracia del dolor.

Y si sientes que el mundo se derrumba,
no intentes abrazarte
a otro que esté cayendo a la vez que caes tú,
como yo hice contigo.

Algún día
tendrás que despertarte para salvar tus sueños.
Algún día sabrás que en las promesas
hay siempre un cristal roto
en el que aúlla el viento frío de la mentira.

Recuerda todo eso.

No escondas lo que sientes por miedo a ser frágil,
como aquellos
que por guardar tan bien lo que más les importa,
lo pierden para siempre.

Recuerda que no hay nada que no pueda
ocurrir cualquier día.

No olvides que esta obra ha terminado.
No olvides que le hablas a un teatro vacío.

Benjamín Prado

martes, 24 de septiembre de 2013

Exhortaciones del tiempo

No juzgues la vida cuando se torne espinosa
porque ella no conceptúa tus pasos vagados.
No sentencies los trances que te mancillaron
pues tus injurias también fueron conferidas.

No adjetives las privaciones que te marcaron
porque arribaron para trasmitir la experiencia.
No rehúyas a la lágrima que abraza tu mirada
pues ella sabe de tus dolencias y las apacigua.

No enjuicies a las palabras que te han herido
porque te fueron pronunciadas como dádiva.
No sentencies las ausencias que aún respiran
pues habrá instante de un abrazo que acerca.

No conjetures sobre el pretérito desconocido
porque siempre será presente en un recuerdo.
No censures el silencio que abriga tu esencia
pues el susurro cuando sea tiempo será grito.

No critiques tus yerros que estancan caminos
porque cuando los conozcas… serán olvidos.
No dirimas tu propia condena en los claustros
pues libre el que vuela vidas luego de muertes.

Diego López (Argentina)

Walt

"Se apellida Whitman
pero Dios le llama Walt".
León Felipe
 José Antonio Pamies
Atravieso el Atlántico siempre que observo
el retrato de esta vieja edición.

Gracias a ti me canto cada día
y me celebro,
y no tengo que rendirme
ante la urgencia del mundo
por costumbre ciega.

Te escribo
desde un rincón de Europa,
tu semblante me basta
para afirmar
que el milagro ocurre
a la vuelta de cualquier esquina.

Porque es usted el poeta,
y cuando en la noche opaca
te miro a los ojos
siento presente una energía
que canta en nombre de todo lo concreto vivo

y nos celebra
en este privilegio mortal.

domingo, 15 de septiembre de 2013

Destino

Le pusieron un grillo a media pierna,
le condenaron a vivir a medias,
le escondieron la paz y las sonrisas,
le pusieron el pan a media rienda,
pero él seguía caminando.

Le vendieron la luna cada noche,
lo fueron lentamente atornillando,
le tuvieron las manos ocupadas,
le sumaron la pena y las estafas,
pero él seguía caminando.

Le pusieron las piedras por delante,
le taparon la boca por si acaso,
le abrieron una herida por la espalda,
le sumaron olvido a la condena,
pero él seguía caminando.

De lejos, bien mirado, cuando ya era horizonte,
se asemejaba al viento,
aunque, según parece,
caminaba, potente, como el pueblo.

Hamlet Lima Quintana

jueves, 12 de septiembre de 2013

Porno-poema romántico de ausencia

Fóllame, por favor
Fóllame, por favor
Fóllame, por favor
Por favor, fóllame
delante del espejo, por favor
usa todo lo que necesites, por favor
calienta las piedras de cuarzo del altar
llénate las manos de masa para el pan
y fóllame, fóllame, fóllame
fóllame
por favor

No nos llegan las playas ni los lugares públicos
varios vecinos han caído ya
no nos llegan los días las horas los segundos
no me alcanzan las manos la lengua las babas
la voz el verso el grito el aullido el llanto
para llegar al fondo de tu / armario
y por eso uso mi cadera
para hacerme entender
mi sexo
para ponerme palabras / así que
fóllame, por favor
fóllame, por favor
fóllame, por favor
por favor, fóllame
sin tregua
no me des respiro no me des aire
tenme por susceptible
malinterpreto cuanto dices
estoy tan hambrienta y sucia
cubierta de las cenizas del volcán
que destruyó Pompeya
soy poderosa
me zampo las estrellas
me corro en la vía làctia
no acepto sobornos ni promesas pecuniarias
no puedes convencerme de lo contrario
te espero todo el día
para que me folles
no me importa la guita
me la suda el curro
me empapo de tu sangre
cruzo tu inconsciente
para que no te olvides nunca
de follarme
y de cómo te follo
de follarme
y de cómo te follo
no te olvides nunca
de follarme
ni de meterme
el sexo en la boca por favor
méteme el sexo en la boca por favor
usa mi sexo en tu boca por favor
aquí el poema pierde su sentido o lo cobra
aquí el vacío se envuelve
cuando me follas
aumenta la natalidad
las ciudades se atestan, se vuelven invivibles
la gente se trastorna
hay caravanas y accidentes de tráfico
más muertos que nunca
más muerte que nunca
cuando me follas
deliciosamente el intestino
me follas tan deliciosamente el intestino
no tengo palabras
cuando me follas con la fuerza
de un coro griego entero
cuando me follas
metiéndome por el culo
el martillo del dios Thor
cuando me follas
y te corres en mi boca
por favor, fóllame y córrete en mi boca
por favor, fóllame y me correré en tu boca

Mónica Caldeiro

El origen del mundo

No se trata tan sólo de una herida
que supura deseo y que sosiega
a aquellos que la lamen reverentes,
o a los estremecidos que la tocan
sin estremecimiento religioso,
como una prospección de su costumbre,
como una cotidiana tarea conyugal:
o a los que se derrumban, consumidos,
en su concavidad incandescente,
después de haber saciado el hambre de la bestia,
que exige su ración de carne cruda.

No consiste tan sólo en ese triángulo
de pincelada negra entre los muslos,
contra un fondo de tibia blancura que se ofrece.
No es tan fácil tratar de reducirlo
al único argumento que se esconde
detrás de los trabajos amorosos
y de las efusiones de la literatura.

El cuerpo no supone un artefacto
de simple ingeniería corporal;
también es la tarea del espíritu
que se despliega sabio sobre el tiempo.
El arca que contiene, memoriosa,
la alquimia milenaria de la especie.

Así que los esclavos del deseo,
aunque no lo sospechen, cuando lamen
la herida más antigua, cuando palpan
la rosa cicatriz de brillo acuático,
o cuando se disuelven dentro de la hendidura,
vuelven a pronunciar un sortilegio,
un conjuro ancestral.
Nos dirigimos
sonámbulos con rumbo hacia la noche,
viajamos otra vez a la semilla,
para observar radiantes cómo crece
la flor de carne abierta.

La pretérita flor.

Húmeda flor atávica.
El origen del mundo.

Carlos Marzal

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Preguntas de un obrero que lee

¿Quién construyó Tebas la de las Siete puertas?
En los libros se alzan los nombres de los reyes.
¿Arrastraron los reyes los bloques de piedra?
Y la tantas veces destruida Babilonia,
¿Quién la construyó una y otra vez? ¿En qué casas
De Lima que irradian oro vivían los obreros que construyen?
¿A dónde fueron por la tarde los albañiles al dar por terminada
La gran muralla china? La gran Roma
Está llena de arcos de triunfo. ¿Sobre quiénes
Triunfaron los césares? ¿Tenía Bizancio, tantas veces cantada,
Sólo palacios para sus habitantes? Lo mismo en la fabulosa Atlántida,
Que igual rugía la noche en que se la tragó el mar.
Los que se ahogaron aullaban reclamando esclavos.
El joven Alejandro conquistó la India.
¿Él solo?
César abatió a los galos.
¿No tenía siquiera un cocinero consigo?
Felipe de España lloró, mientras su flota
Se hundía. ¿No lloró acaso nadie?
Federico II venció en la Guerra de Siete años. ¿Quién
Ganó fuera de él?
Cada página una victoria.
¿Quién cocinó el festín de la victoria?
Cada diez años un gran hombre.
¿Quién pagó la cuenta?

Tantas actas,
Tantas preguntas.


 Bertolt Brecht

martes, 10 de septiembre de 2013

Poemas con gato

Para Horacio Salas

Todos los gatos estarán muertos
y yo seré el único gato vivo.

Volveré por la medianoche
arrasando los cultivos.

Vendrás a verme bajo la tierra
hecho un finísimo maullido.

Sólo tu mano me extrañará.
Todos los gatos estarán muertos,
será la paz.

II

Gato del cuento, gato del cuento,
gato que sólo vivió un momento
y se quedó en la eternidad.

Gato sin botas y sin sombrero,
de ti, gato que quiero, ¿qué será?

¿Andarás por el aire verde
y te enredarás de setiembre
y volverás y volarás?

Gato aniñado del poeta
salúdalo desde su carpeta
y ayúdalo a soñar.

III

Ayúdalo gato al poeta,
dale el sueño de comerse el gallo de la veleta,
dale caminos a sus pies.

Y siete vidas llenas de hoces y probetas,
para que sufra las proezas del vivir y del conocer.

Oh gato sin botas, no le abandones,
maúllale desde los rincones, córrelo otra vez.

Quiero verle atareado yendo de uno a otro lado
impaciente y fantástico como le vi ayer.

Gato, te pido, si eres un sueño del camino
vuelve a aparecer.

Dale maullidos, resoplidos, erízale sus sentidos
y hazle creer.

IV

Gato que maúllas, gato que eres bueno
gato que no tienes pluma en el sombrero
gato que me sigues por el mundo entero
qué quieres de mí?

Me sigues de cerca como a una rata,
no llevas espada, ni vaina, ni lata,
mas todo lo que hago lo pruebas, lo catas,
Por qué eres así?

Hay en tu mirada reproche y consuelo,
lo que hago y te gusta lo cazas al vuelo,
lo demás me cuesta cientos de pañuelos,
¿no te irás de aquí?
Gato te prometo que seré muy bueno,
ondeará la risa siempre en tu sombrero,
andaremos juntos por el mundo entero,
quién eres ya sé.

Cazaremos juntos millones de ratas,
llevaremos verbos, creencias, patatas,
haremos un mundo dichoso y si tratas
verás que es así.
Al que se traicione daremos consuelo,
al que tenga sueños le daremos vuelo,
cuando nos vayamos miles de pañuelos
nos despedirán.

Adiós nos dirán.
Adiós sin adiós.
Adiós que es amor.

V

Adiós que es amor para el gato y su acompañante
para el molino distante y para el ver y el creer.

Adiós para los lagrimones que arrancan las emociones
de sentirse solo y querer ser.

Adiós para los templos con ventanas de otros tiempos
donde se siegan los trigos y brilla el sol.

Adiós para los senderos donde anduvieron los guerreros
el buen Sancho y su señor.

Adiós para los cementerios donde descansan los salterios
y los ruegos del corazón.

Adiós para los mortales transitorios y fatales
que creyeron ser eternos y lo son.

Adiós a todos les dicen el gato y su acompañante,
adiós molinos distantes, adiós ver y conocer.

Héctor Yánover

Un pájaro se puede detener

en la punta de un árbol y abarcar
la inmensidad del cielo. Yo también,
sentado frente al muro,

me detengo en la punta
del álamo y contemplo
la inmensidad. La surcan pensamientos

involuntarios. ¡Cuántas nubes
fugaces, cuántas aves
sucesivas!

Y las dejo pasar... y son tragadas
por este espacio inmenso
que soy yo:

sereno, transparente, luminoso
¿quién soy
Yo?

Hugo Padeletti

viernes, 6 de septiembre de 2013

Dos cafés en El Español

Dos cafés en El Español, las últimas
brillantes gotas de dorado Barsac en una copa,
pasta de higo y garrapiñados... Hardy está muerto,
y James y Conrad muertos, y Shakespeare muerto,
y el viejo Moore madura para una tumba obscena,
y Yeats para una estéril; y yo, y tú.
¿Qué sudarios para nosotros, qué tablas y ladrillos,
qué farsas, velas, preces y piadosos engaños?
Tú estarás envuelta en escarlata de Siria, mujer
y te pondrán tus perlas, y brillantes pulseras
y tu anillo de ágata, y colgará en tu cuello
tu lapislázuli azul con pintas de oro.
Y yo, a tu lado -¡ah! pero ¿será así?
Porque hay oscuras corrientes en este mundo oscuro, señora,
corrientes del Golfo y Árticas del alma;
y yo seré quizás, antes que nuestra consumación
nos acueste juntos, mejilla contra mejilla, bajo la tierra
barrido a otra costa donde mis blancos huesos
yacerán olvidados o profanados por gaviotas.

¿Qué dignidad podrá la muerte conferir a nosotros,
que nos besamos bajo un farol en la calle, nos cogemos de las manos
medio ocultos en un taxi o repletos
de café, de higos y Barsac nos dirigimos
a una oscura alcoba en una casa carcomida?
La aspidistra guarda la puerta; entramos,
per aspidiastra –luego ad satra- ¿no es así?
Y nos enllavamos seguros en nuestras tinieblas
nos soltamos del terror... aquí está mi mano,
la cicatriz blanca en mi pulgar, y aquí está mi boca,
para acallar tu rumor, tendidos sin hablar
pensemos en Hardy, Shakespeare, Yeats o James;
calmemos con mágicos nombres nuestro pánico.
Miremos al techo, donde los focos de los taxis
forman espectros de luz, y veamos, más allá de este techo,
aquel otro lecho en que no nos moveremos:
y, juntos o separados, no amaremos.

Conrad Aiken

jueves, 5 de septiembre de 2013

El desertor

Señor presidente
Le escribo esta carta
Que quizá lea usted
Si tiene tiempo

Acabo de recibir
La orden militar
Para ir a la guerra
El próximo miércoles

Señor presidente
No voy a hacerlo
No vine a este mundo
Para matar pobre gente

No quiero que se enfade
Pero he de decirle
Que mi decisión es firme:
Voy a desertar

Desde el día en que nací
He visto morir a mi padre
Partir a mis hermanos
Y llorar a mis hijos

Mi madre sufrió tanto
Que ya está bajo tierra
Se ríe de las bombas
Y hasta de los gusanos

Cuando estuve preso
Me robaron la mujer
Me robaron el alma
Y todo mi pasado

Mañana muy temprano
Les cerraré la puerta
A aquellos años muertos
Y me echaré al camino

Pediré limosna
Por las rutas de Francia
De Bretaña a Provenza
Y les diré a las gentes:

«Niéguense a obedecer
Niéguense a colaborar
No vayan a la guerra
Niéguense a partir»

Si hay que derramar sangre
Derrame usted la suya
Pues tan buen apóstol es
Señor presidente

Si ordena que me busquen
Dígales a sus agentes
Que no llevaré armas
Que pueden disparar.

Boris Vian

miércoles, 4 de septiembre de 2013

Tu secreto

¡De todo te olvidas! Anoche dejaste
aquí, sobre el piano que ya jamás tocas,
un poco de tu alma de muchacha enferma:
un libro, vedado, de tiernas memorias.

Íntimas memorias. Yo lo abrí, al descuido,
y supe, sonriendo, tu pena más honda,
el dulce secreto que no diré a nadie:
a nadie interesa saber que me nombras.

...Ven, llévate el libro, distraída, llena
de luz y de ensueño. Romántica loca...
¡Dejar tus amores ahí, sobre el piano!...
De todo te olvidas, ¡cabeza de novia!

Evaristo Carriego

martes, 3 de septiembre de 2013

Fulgor de Eros

La geometría de mi sangre
es una rosa
que se ofrenda ante tu boca
mientras el férvido caudal
de mis huesos,
corre veloz
hacia tu cuerpo.

Mi sombra esplende, feliz,
ante el vertical espejo
de tu piel.

Se pule mi aliento
en la alquimia
de tu sonrisa.

El soñoliento reloj
escarda los minutos
que nacen de tus senos.

Un cuchillo con forma de mujer
(tu sombra)
hiende mi pensamiento.

Así nos unimos
plenos de incertidumbre
en la noche voraz,
de la cinemática
de un beso.

Víctor Díaz Goris

domingo, 1 de septiembre de 2013

Lo sincero

Si día a día enfrento a uno
de los ochenta y cuatro mil
engaños vueltos luz y torpe
oscuridad de nuevo mientras
se abre o cierra el corazón
en ochenta y cuatro mil
gozos rebosantes o en tosco
y repetido dolor continuo,
o mejor, eso, que parpadea
y hace de la luz lo oscuro
y de lo oscuro luz en caminos
insondables de amor rodeándome,
uno en otro y otro en uno y es
suave, no es crudo ni es frío
ni distante el vivo ejercicio
de gratitud que no se sabe
por qué cada cosa viviente
ofrenda, si venimos solos
a este mundo y solos nos vamos
adonde brilla el tiempo a costa
nuestra, o es el sendero acaso
que nos deja ser reclamando
con su ley que dejemos ya
de ser el bello tornasol
constante sin sentido salvo
el de ensayar las formas una
y otra vez condenadas a
la noria de la sed de nuestra
vida, si sólo deshacerla
para no rehacerla nunca
fuera la noble senda de oro,
ruego piedad a mi ceguera
que día a día acaricia todo
sólo como belleza, menos
el tormento oscuro del propio
corazón ante los ochenta
y cuatro mil prodigios que son
engaños del gran teatro o flujo
eterno del río del dolor
y del ansia a quien me apego

Diana Bellessi