La magia de creer para ver

martes, 12 de noviembre de 2013

De "Sátira, el libro cabrón"

1959

Juguemos al pendejo, vida mía;
verás qué divertido, cuando a huevo
tienes que celebrar el Año Nuevo
con Sonetos y muecas de alegría.

Verás qué lindo, cuando cada día
(al surgir en Oriente el rubio Febo)
sientes que el mundo ya te importa sebo
y un ardite nomás la poesía.

Acaso te amanezca alborotada
―otrora erecta, dura y agresiva―
la dulce prenda, por mi mal hallada.

No te hagas ilusiones. Pensativa,
en cuanto expulses la primera miada,
se volverá a arrugar, triste y pasiva.

Y HE DE CONCLUIR, SONETO, Y CONTENERTE…

Pienso, mi amor, en ti todas las horas
del insomnio tenaz en que me abrazo;
quiero tus ojos, busco tu regazo
y escucho tus palabras seductoras.

Digo tu nombre en sílabas sonoras,
oigo el marcial acento de tu paso,
te abro mi pecho ―y el falaz abrazo
humedece en mis ojos las auroras.

Está mi lecho lánguido y sombrío
porque me faltas tú, sol de mi antojo,
ángel por cuyo beso desvarío.

Miro la vida con mortal enojo;
y todo esto me pasa, dueño mío,
porque hace una semana que no cojo.


Salvador Novo

No hay comentarios:

Publicar un comentario