La magia de creer para ver

lunes, 26 de noviembre de 2012

Nonato

No, no quiero
nacer, no quiero cambiar el dulce rumor del
líquido amniótico
por la luz, el grito que desgarra los pulmones
No quiero que me midan,
me pesen, me subordinen al Tiempo
ni jugar al escondite con la Muerte
en eso que llaman
            vida
Así se está bien:
viajar a cualquier parte
llevado por el cordón umbilical

No es que yo no sepa:
berreando
uno consigue el pezón en la boca, yo no quiero abrir
los ojos
frente a la torturante luz, ver todo
como si yo no
hubiese existido antes, volver a oír
algún nombre nuevo
de la boca de algún sacerdote

Cuando las esclusas de la carne
se cierran
comienza todo de nuevo
desde el berrido y las secundinas

El hijo del hombre nunca es tan viejo
como de recién nacido
 
 
ARTO MELLERI

La Sura de la sombra

El que no posee
una sombra en su interior
una Sombra a la que uno pueda retirarse
de la multitud humana
una Sombra, una penumbra, un manantial secreto
que murmure pacíficamente
un Manantial cuyas aguas curen
la fiebre del alma

se encuentra desamparado en el desierto,
cegado por el sol,
condenado a creer
en todo espejismo
y la arena del desierto cambia
constantemente de forma,
la ciudad, desaparecida del mapa,
seguirá igual de alejada

El que no posee
una Sombra, una penumbra, un manantial secreto
un Manantial cuyas aguas curen
la fiebre del alma

Desgraciado aquel que no tiene una Sombra en su interior.
 
 
 ARTO MELLERI
Si al hombre no se le molesta,
si no se le ha molestado,
elige bien,
siempre.

Si al hombre se le molesta,
si se le ha molestado,
elige mal
y se altera.
O bien. O
se abstiene de elegir.

Un hombre alterado
es como un nido abandonado.
Alguien se ha acercado sin cuidado.
Ha molestado al nido.
 
 CAJ WESTERBERG
Se compra y se vende
se vende y se compra
nuestra propia vida.
Vaya, vaya.
Bien cara es
y se vende barata.
 
 CAJ WESTERBERG
He adelgazado, por lo que veo. Pero cómo.
            Llevo en el pulgar adecuado
los signos del perro y del caballo.
            Uno hecho con un cuchillo de herrar, el otro,
con un colmillo.
            De las cicatrices nace la vida
y el corazón es una fosa común todavía abierta
            llena de la tela gris del llanto,
ruido metálico de medallas de identidad al viento.
            Siempre en otoño, tiempo de matanza de los pavos,
ando en un trineo con cuatro perros, el quinto
            salta al lado atado como caballo de reserva
cuando un viento frío envuelve los bosques
            y en los campos arden hogueras bien vigiladas.
Así de fogosos son los caballos de batalla de la muerte
            pequeños e iracundos, y el viento del otoño
rojo como la sangre, como los árboles.
 
 
 SIRKKA TURKKA
Lo que echamos en falta no lo perdemos nunca.
Al que hemos amado lo echamos en falta siempre.
No perdemos nunca al que hemos amado.
Al que hemos amado lo amamos siempre.
 
 CLAES ANDERSSON
Toca la piel allí donde más fina es.
Humedece con la lengua los lugares más sensibles.
No introduzcas clavos en el corazón de tu amada.
Cuando vuelan pájaros a través de nosotros nos salen alas.
El que tiene fuerzas para llorar no se ahoga.
No hubo nadie tan protegido como nosotros entusiastas.
Allí donde ocurrió crece ahora un lecho de flores.
 
 CLAES ANDERSSON
Amar es respetar
La independencia del ser amado
Así concibo yo el amor
Dónde coño se habrá metido esta mujer
 
 CLAES ANDERSSON
Nunca accederás a la pista de baile
si tus pies no son lo suficientemente sensibles
como para que puedas andar sin mirar adelante
y pasar al lado de la serpiente sin alarmarla
y sobre las raíces del alerce sin herirlas
 
 PENTTI SAARIKOSKI
Durante estos años es
como si alguien se precipitase a mirar
cuando acabas de escribir la primera letra de un poema
y te preguntase por qué y qué vas a decir,
¿por qué? ¿con qué finalidad?
¿para qué grupo social?
y tuvieses que contestar antes de seguir.
 
 VÄINÖ KIRSTINÄ

Cárcel

Mientras hubo
una posibilidad de huir
se quedaron todos
en la cárcel.

La posibilidad de escaparse
era una libertad que nadie
quería perder.
 
 GÖSTA AGREN
¿Qué cavas
en los rostros de esos hombres?
¿Acaso no están ya suficientemente excavados?
Una excavación
no implica necesariamente una profundización.
Y si tú en uno de esos rostros atormentados
encuentras finalmente un diamante
¿habrás redimido a la humanidad?
¿le habrás dado una imagen más luminosa de mundo?
La llama que perfora el acero
no por ello nos proporciona una luz más duradera.
El agua que ha horadado la roca
ya se ha secado en su surco.
 
 PETER SANDELIN

En el tren


Creo
que la nieve no nieva hacia arriba
porque allí no hay personas que la esperan
ni tampoco andenes de estación.

Creo
que los árboles lo han descubierto
y por eso se han agarrado rápidamente a la tierra
con sus brazos amarillos,

y creo
que yo pienso como un niño
para acercarme también a algo…
 
 PETER SANDELIN
No es la tarea del destructor construir,
no tiene capacidad alguna para construir.
Los constructores llegan después de él,
hacen realidad nuestros sueños.
Si llegan,
                 alguna vez.
 
 PERTTI NIEMINEN
El duque de Chin mandó a fabricar un jarrón para su amada,
la noble dama Chi Liang,
y grabar un mensaje en el bronce.

¡Vida mía! Los días existen y yo existo
y la muerte no me espera, simplemente nos encontramos;

pero ¿para quién queda el amor,
que no se ha grabado en metal?
 
PERTTI NIEMINEN 
 
¿Te dejarías follar por quince euros? me dijo
en la parada del autobús a las 0.42
rodeados de calles vacías y congeladas.
Primero negué con la cabeza, pero luego le dije:
Por dinero, no, pero si pasas la aspiradora y friegas los platos...
Entonces él, a su vez, se negó
y se dio la vuelta abatido para seguir su camino.
 
 EEVA KILPI

Dime si molesto,
dijo él al entrar,
porque me marcho inmediatamente.

No sólo molestas,
contesté,
pones patas arriba toda mi existencia.
Bienvenido.
 
 EEVA KILPI

Antes de que el mar se nos lleve en su abrazo,
te deseo una vez más.
Si nos obliga a separarnos, si nos desgarra las células
del alma y del cuerpo,
quiero que cada una de ellas
cada ciega partícula del cuerpo, cada
tembloroso movimiento del alma
lleve dentro de sí este instante, te lleve a ti,
imagen, recuerdo,
el más hermoso,
el más amargo.

LASSI NUMMI

En la claridad del mediodía
vuelvo mi mirada.
En la oscuridad de medianoche
alargo la mano,
toco.
Piel contra piel:
aquí comienza el hombre.
 
 LASSI NUMMI
Las dos mujeres ancianas, restos.
Las recuerdo y creo que pronto
           apenas nadie más.
¿Qué es lo que recuerdo?
Todas las mañanas bajaban ruidosamente la escalera
y tomaban café.
Anna decía con la voz de los sordos:
“Creo me voy a fregar las tazas ahora.”
María barría el suelo de la casa.
Una salía a dar de comer a las gallinas. La otra
leía el periódico una primera vez.

De joven Anna había caído gravemente enferma, había quedado lisiada y asustadiza
y siempre estaba muy inquieta de que María se fuese a algún sitio.
 
 
 TUOMAS ANHAVA
Me preguntan, no inesperadamente
por qué escribo.
Sé lo que debería contestar:
Escribo porque amo
a la humanidad y quiero
que mejore la situación de los hombres y que puedan vivir juntos
en paz, libertad e igualdad.
Con mis poemas quiero en la medida
de mi escaso talento, contribuir a alcanzar
esa noble meta.

Pero contestar de esa manera
sería pura palabrería.

Escribir es hundir la mano
en tinta, en alquitrán o en tinta de imprenta
y estamparla en una pared
por amor a la impresión,

por el sólo motivo de la impresión
de su mano.

Lo más negro que hay
donde hundir la mano
es la miseria del mundo.
 
 
 LARS HULDÉN
Abruptamente entro
en el solemne salón de la lírica.

Allí están los poetas
escuchando música
en torno al muerto.

¡Qué manera de comportarme!
Algunos señalan mi gorra
otros las botas.
Lo único que me queda es disparar
una perdigonada a la araña de cristal.
 
 
 LARS HULDÉN

Nada


“No se puede vivir sin amar”
“Sí, se puede”, dije
y me vestí de negro
para el último baile de disfraces.

Y tenía la boca llena de polvo
como si se me hubiese secado de tanto llorar
(ahora no había llorado en cincuenta años).

No quiero vuestro cielo, compañeros,
las mendaces promesas, los falsos amigos,
las calles de besos,
las mentiras de espejos huidizos.
Quiero romper el último sello,
la luna que no da luz,
la noche en la que no brilla nada.
 
 
 EEVA-LIISA MANNER
No conozco el ser de las cosas, sí sus cualidades.
Conozco tu ser, no tus cualidades.

¿Por qué esta infinita intriga y capricho?
¿decir cosas frías abrasadoramente? ¿cosas abrasadoras, fríamente?

Cuadratura del círculo, qué multitud de aristas,
y volver a empezar desde el principio: escribir con niebla.

Mira lo que hace en el espejo la mano que escribe:
lo hace todo al revés.
 
 
 EEVA-LIISA MANNER

Zona privada

Perdonar porque uno olvida
sucede como en la naturaleza
donde hasta la rama más espinosa muere,
olvidar porque uno perdona
sucede en el territorio de dios
al que pocos tienen acceso.
 
SOLVEIG von SCHOULTZ 

Corazón


Le dábamos centeno, no mucho,
lo suficiente para que no se cansase,
le dábamos agua, un dedal,
para que tuviese que recordar el manantial
abríamos la puerta, ligeramente
para que el cielo le golpease el ojo
y fijamos un trozo de espejo en su jaula
para que viese directamente la nube.
Inmóvil permanecía con alas palpitantes.

Así cantaba.
 
 
SOLVEIG von SCHOULTZ

Los libros

Los libros piadosos nos enseñan:
Hombre, hazte mejor, mejor,
para parecerte más a Dios.

Cuando crecieron nuestros miembros
y ya podíamos trabajar,
nos pusieron a leer un libro de piedra, el Libro de la Vida.
Pan era su primera palabra
y cada frase terminaba en pan.
Aprendimos a leer aquel libro,
aprendimos a leerlo bien.
Nos fue revelado que la superioridad comienza
cuando el pan se agranda; que la bondad termina
cuando llega el hambre,
y que uno sólo se puede acercar a Dios donde
no hay que luchar por el pan.

El Libro de la Vida habla claro.
De sus palabras se alimentan los que serán sabios de verdad
y nos explicarán la unidad del Pan y el espíritu.
 
 ARVO TURTIAINEN
Tal vez no importe nada
el deslizarse hacia atrás
siempre que se haga con la suficiente
velocidad.
Siempre será mejor
que arrastrarse
hacia delante
(hacia una meta
que en cualquier caso no existe).
 
HENRY PARLAND 

Recuerdo

Lo que conseguimos apenas lo conseguimos
y lo que perdemos apenas lo perdemos.
El día acarició tus sienes
y todavía las acaricia.
Y sin embargo, por lo que veo, la noche ha llegado,
y la humedad de la niebla envuelve la península
y el pájaro acuático de ayer
se calla o ya ha volado a la lejanía.
 
 P.MUSTAPÄÄ
La imagen también tiene un origen
En el espejo más allá del reflejo
La luz crea un origen
y la luz crea el espejo
La oscuridad -¿crea la luz?
 
RABBE ENCKELL

viernes, 23 de noviembre de 2012

Gratitud

Gracias aroma
azul,
fogata
encelo.
Gracias pelo
caballo
mandarino.
Gracias pudor
turquesa
embrujo
vela,
llamarada
quietud
azar
delirio.
Gracias a los racimos
a la tarde,
a la sed
al fervor
a las arrugas,
al silencio
a los senos
a la noche,
a la danza
a la lumbre
a la espesura.
Muchas gracias al humo
a los microbios,
al despertar
al cuerno
a la belleza,
a la esponja
a la duda
a la semilla
a la sangre
a los toros
a la siesta.
Gracias por la ebriedad,
por la vagancia,
por el aire
la piel
las alamedas,
por el absurdo de hoy
y de mañana,
desazón
avidez
calma
alegría,
nostalgia
desamor
ceniza
llanto.
Gracias a lo que nace,
a lo que muere,
a las uñas
las alas
las hormigas,
los reflejos
el viento
la rompiente,
el olvido
los granos
la locura.
Muchas gracias gusano.
Gracias huevo.
Gracias fango,
sonido.
Gracias piedra.
Muchas gracias por todo.
Muchas gracias.
Oliverio Girondo,
agradecido.
Que los ruidos te perforen los dientes,
como una lima de dentista,
y la memoria se te llene de herrumbre,
de olores descompuestos y de palabras rotas.
Que te crezca, en cada uno de los poros,
una pata de araña;
que sólo puedas alimentarte de barajas usadas
y que el sueño te reduzca, como una aplanadora,
al espesor de tu retrato.
Que al salir a la calle,
hasta los faroles te corran a patadas;
que un fanatismo irresistible te obligue a prosternarte
ante los tachos de basura
y que todos los habitantes de la ciudad
te confundan con un madero.
Que cuando quieras decir: “Mi amor”,
digas: “Pescado frito”;
que tus manos intenten estrangularte a cada rato,
y que en vez de tirar el cigarrillo,
seas tú el que te arrojes en las salivaderas.
Que tu mujer te engañe hasta con los buzones;
que al acostarse junto a ti,
se metamorfosee en sanguijuela,
y que después de parir un cuervo,
alumbre una llave inglesa.
Que tu familia se divierta en deformarte el esqueleto,
para que los espejos, al mirarte,
se suiciden de repugnancia;
que tu único entretenimiento consista en instalarte
en la sala de espera de los dentistas,
disfrazado de cocodrilo,
y que te enamores, tan locamente,
de una caja de hierro,
que no puedas dejar, ni por un solo instante,
de lamerle la cerradura.

Oliveiro Girondo

miércoles, 21 de noviembre de 2012

Eres el horror de la noche
te amo como se agoniza
eres frágil como la muerte
te amo como se delira
sabes que mi cabeza muere
eres la inmensidad del temor
eres bella como matar
el corazón desmesurado me asfixio
tu vientre desnudo como la noche

mi locura y mi miedo
tienen grandes ojos muertos
la fijeza de la fiebre
lo que mira en esos ojos
es la nada del universo
mis ojos son ciegos cielos
en mi impenetrable noche
está gritando lo imposible
todo se desploma

véndame los ojos
amo la noche
mi corazón es negro
empújame hacia la noche
todo es falso
sufro
el mundo siente la muerte
los pájaros vuelan los ojos desorbitados
eres sombría como un cielo negro


Georges Bataille

Maldad

El silencio eres tú. 
Pleno como lo oscuro,
incalculable 
como una gran llanura 
desierta, desolada, 
sin palmeras de música, 
sin flores, sin palabras. 
Para mi oído atento 
eres noche profunda 
sin auroras posibles. 
No oiré la luz del día, 
porque tu orgullo terco, 
rubio y alto, lo impide. 
El silencio eres tú: 
cuerpo de piedra.
 
 
Manuel Altolaguirre 
De "Soledades juntas"

Cerrando los ojos

Huyo del mal que me enoja 
buscando el bien que me falta. 
Más que las penas que tengo
me duelen las esperanzas.

Tempestades de deseos 
contra los muros del alba 
rompen sus olas. Me ciegan 
los tumultos que levantan.

Nido en el mar. Cuna a flote. 
La flor que lucha en el agua 
me sostiene mar adentro 
y mar afuera me lanza.

Cierro los ojos y miro 
el tiempo interior que canta.
 
 
Manuel Altolaguirre 
De "Poemas en América"

El cuervo

Una vez, al filo de una lúgubre media noche,
mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido,
inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia,
cabeceando, casi dormido,
oyóse de súbito un leve golpe,
como si suavemente tocaran,
tocaran a la puerta de mi cuarto.
“Es —dije musitando— un visitante
tocando quedo a la puerta de mi cuarto.
Eso es todo, y nada más.”

¡Ah! aquel lúcido recuerdo
de un gélido diciembre;
espectros de brasas moribundas
reflejadas en el suelo;
angustia del deseo del nuevo día;
en vano encareciendo a mis libros
dieran tregua a mi dolor.
Dolor por la pérdida de Leonora, la única,
virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada.
Aquí ya sin nombre, para siempre.

Y el crujir triste, vago, escalofriante
de la seda de las cortinas rojas
llenábame de fantásticos terrores
jamás antes sentidos.  Y ahora aquí, en pie,
acallando el latido de mi corazón,
vuelvo a repetir:
“Es un visitante a la puerta de mi cuarto
queriendo entrar. Algún visitante
que a deshora a mi cuarto quiere entrar.
Eso es todo, y nada más.”

Ahora, mi ánimo cobraba bríos,
y ya sin titubeos:
“Señor —dije— o señora, en verdad vuestro perdón
imploro,
mas el caso es que, adormilado
cuando vinisteis a tocar quedamente,
tan quedo vinisteis a llamar,
a llamar a la puerta de mi cuarto,
que apenas pude creer que os oía.”
Y entonces abrí de par en par la puerta:
Oscuridad, y nada más.

Escrutando hondo en aquella negrura
permanecí largo rato, atónito, temeroso,
dudando, soñando sueños que ningún mortal
se haya atrevido jamás a soñar.
Mas en el silencio insondable la quietud callaba,
y la única palabra ahí proferida
era el balbuceo de un nombre: “¿Leonora?”
Lo pronuncié en un susurro, y el eco
lo devolvió en un murmullo: “¡Leonora!”
Apenas esto fue, y nada más.

Vuelto a mi cuarto, mi alma toda,
toda mi alma abrasándose dentro de mí,
no tardé en oír de nuevo tocar con mayor fuerza.
“Ciertamente —me dije—, ciertamente
algo sucede en la reja de mi ventana.
Dejad, pues, que vea lo que sucede allí,
y así penetrar pueda en el misterio.
Dejad que a mi corazón llegue un momento el silencio,
y así penetrar pueda en el misterio.”
¡Es el viento, y nada más!

De un golpe abrí la puerta,
y con suave batir de alas, entró
un majestuoso cuervo
de los santos días idos.
Sin asomos de reverencia,
ni un instante quedo;
y con aires de gran señor o de gran dama
fue a posarse en el busto de Palas,
sobre el dintel de mi puerta.
Posado, inmóvil, y nada más.

Entonces, este pájaro de ébano
cambió mis tristes fantasías en una sonrisa
con el grave y severo decoro
del aspecto de que se revestía.
“Aun con tu cresta cercenada y mocha —le dije—,
no serás un cobarde,
hórrido cuervo vetusto y amenazador.
Evadido de la ribera nocturna.
¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

Cuánto me asombró que pájaro tan desgarbado
pudiera hablar tan claramente;
aunque poco significaba su respuesta.
Poco pertinente era. Pues no podemos
sino concordar en que ningún ser humano
ha sido antes bendecido con la visión de un pájaro
posado sobre el dintel de su puerta,
pájaro o bestia, posado en el busto esculpido
de Palas en el dintel de su puerta
con semejante nombre: “Nunca más.”

Mas el Cuervo, posado solitario en el sereno busto.
las palabras pronunció, como virtiendo
su alma sólo en esas palabras.
Nada más dijo entonces;
no movió ni una pluma.
Y entonces yo me dije, apenas murmurando:
“Otros amigos se han ido antes;
mañana él también me dejará,
como me abandonaron mis esperanzas.”
Y entonces dijo el pájaro: “Nunca más.”

Sobrecogido al romper el silencio
tan idóneas palabras,
“sin duda —pensé—, sin duda lo que dice
es todo lo que sabe, su solo repertorio, aprendido
de un amo infortunado a quien desastre impío
persiguió, acosó sin dar tregua
hasta que su cantinela sólo tuvo un sentido,
hasta que las endechas de su esperanza
llevaron sólo esa carga melancólica
de ‘Nunca, nunca más’.”

Mas el Cuervo arrancó todavía
de mis tristes fantasías una sonrisa;
acerqué un mullido asiento
frente al pájaro, el busto y la puerta;
y entonces, hundiéndome en el terciopelo,
empecé a enlazar una fantasía con otra,
pensando en lo que este ominoso pájaro de antaño,
lo que este torvo, desgarbado, hórrido,
flaco y ominoso pájaro de antaño
quería decir granzando: “Nunca más.”

En esto cavilaba, sentado, sin pronunciar palabra,
frente al ave cuyos ojos, como-tizones encendidos,
quemaban hasta el fondo de mi pecho.
Esto y más, sentado, adivinaba,
con la cabeza reclinada
en el aterciopelado forro del cojín
acariciado por la luz de la lámpara;
en el forro de terciopelo violeta
acariciado por la luz de la lámpara
¡que ella no oprimiría, ¡ay!, nunca más!

Entonces me pareció que el aire
se tornaba más denso, perfumado
por invisible incensario mecido por serafines
cuyas pisadas tintineaban en el piso alfombrado.
“¡Miserable —dije—, tu Dios te ha concedido,
por estos ángeles te ha otorgado una tregua,
tregua de nepente de tus recuerdos de Leonora!
¡Apura, oh, apura este dulce nepente
y olvida a tu ausente Leonora!”
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Profeta!” —exclamé—, ¡cosa diabolica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio
enviado por el Tentador, o arrojado
por la tempestad a este refugio desolado e impávido,
a esta desértica tierra encantada,
a este hogar hechizado por el horror!
Profeta, dime, en verdad te lo imploro,
¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad?
¡Dime, dime, te imploro!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Profeta! —exclamé—, ¡cosa diabólica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio!
¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas,
ese Dios que adoramos tú y yo,
dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén
tendrá en sus brazos a una santa doncella
llamada por los ángeles Leonora,
tendrá en sus brazos a una rara y radiante virgen
llamada por los ángeles Leonora!”
Y el cuervo dijo: “Nunca más.”

“¡Sea esa palabra nuestra señal de partida
pájaro o espíritu maligno! —le grité presuntuoso.
¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica.
No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira
que profirió tu espíritu!
Deja mi soledad intacta.
Abandona el busto del dintel de mi puerta.
Aparta tu pico de mi corazón
y tu figura del dintel de mi puerta.
Y el Cuervo dijo: “Nunca más.”

Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo.
Aún sigue posado, aún sigue posado
en el pálido busto de Palas.
en el dintel de la puerta de mi cuarto.
Y sus ojos tienen la apariencia
de los de un demonio que está soñando.
Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama
tiende en el suelo su sombra. Y mi alma,
del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo,
no podrá liberarse. ¡Nunca más!


Edgar Allan Poe
Un cuerpo me fue dado: ¿Qué haré con él,
tan único y tan mío?

Decidme: ¿a quién he de agradecer
la callada dicha de respirar y vivir?

Soy el jardinero y soy la flor.
En la cárcel del mundo no estoy solo.

En la vidriera de la eternidad reposa ya
mi calor y mi aliento.
En ella se graba mi arabesco,
recién reconocido.

¡Ojalá que el limo deje caer el instante
y no borre mi arabesco querido!
 

Osip Mandelshtam

Canción infantil

¿Quién ríe, se ha reído?
Pues sí que se ha lucido.
Se ríe y han creído
que su razón ha habido.
¿Quién llora o ha llorado?
Llorar se ha terminado.
Si llora, por sentado,
que hay algo que ha ocultado.
¿Quién habla o se ha callado?
Si calla es denunciado.
Y si habla, ha silenciado
por qué al final ha hablado.
¿Quién juega tan temprano?
Si juega será en vano,
Ya se quemó la mano
con ese juego insano.
¿Quién muere, quién se ha muerto?
Quien muere, llega a puerto.
Si muere, ten por cierto,
que el caso queda abierto.

Günter Grass

martes, 20 de noviembre de 2012

La balada de la masturbadora solitaria

Al final del asunto siempre es la muerte.
Ella es mi taller. Ojo resbaladizo,
fuera de la tribu de mí misma mi aliento
te echa en falta. Espanto
a los que están presentes. Estoy saciada.
De noche, sola, me caso con la cama.
Dedo a dedo, ahora es mía.
No está tan lejos. Es mi encuentro.
La taño como a una campana. Me detengo
en la glorieta donde solías montarla.
Me hiciste tuya sobre el edredón floreado.
De noche, sola, me caso con la cama.
Toma, por ejemplo, esta noche, amor mío,
en la que cada pareja mezcla
con un revolcón conjunto, debajo, arriba,
el abundante par en espuma y pluma,
hincándose y empujando, cabeza contra cabeza.
De noche, sola, me caso con la cama.
De esta forma escapo de mi cuerpo,
un milagro molesto, ¿Podría poner
en exhibición el mercado de los sueños?
Me despliego. Crucifico.
Mi pequeña ciruela, la llamabas.
De noche, sola, me caso con la cama.
Entonces llegó mi rival de ojos oscuros.
La dama acuática, irguiéndose en la playa,
un piano en la yema de los dedos, vergüenza
en los labios y una voz de flauta.
Entretanto, yo pasé a ser la escoba usada.
De noche, sola, me caso con la cama.
Ella te agarró como una mujer agarra
un vestido de saldo de un estante
y yo me rompí como se rompen una piedra.
Te devuelvo tus libros y tu caña de pescar.
El periódico de hoy dice que se han casado.
De noche, sola, me caso con la cama.
Muchachos y muchachas son uno esta noche.
Se desabotonan blusas. Se bajan cremalleras.
Se quitan zapatos. Apagan la luz.
Las brillantes criaturas están llenas de mentiras.
Se comen mutuamente. Están más que saciadas.
De noche, sola, me caso con la cama.
 
Anne Sexton

sábado, 17 de noviembre de 2012

Como un pulgón

Yo no puedo tener un verso dulce
que anestesie el llanto de los niños
y mueva suavemente las hamacas como una brisa esclava.
Porque yo no he venido aquí a hacer dormir a nadie.
Además... esa tempestad ¿quién la detiene?

¡Eh, tú varón confiado que dormitas!

                    Levántate, recoge tus zapatos y prosigue...
Porque yo no he venido aquí a hacer dormir a nadie.

Hacia las cumbres trepan los dioses

                    extenuados buscando un resplandor.

Y aquí voy yo con ellos,

entre el sudor y el polvo de sus inmensos pies descalzos,
          aquí voy yo con ellos, atropellado y sacudido
          pero agarrándome a sus plantas como las
          pinzas de un insecto, clavándome en su carne,
hundíendome en su sangre
como un pulgón,
como una nigua... maldiciendo, blasfemando...
Porque yo no he venido aquí a hacer dormir a nadie:
ni a los niños
ni a los hombres
ni a los dioses.




León Felipe

lunes, 12 de noviembre de 2012

Devórame hasta la náusea,
crucifícame entre los sueños
limítrofes de todo abismo,
asesina en tu blancura al cuervo,
ahóndate en la nada, aplástame en la luz,
congela en la lumbre de tus senos
el infinito asombro del spleen.
Jose Antonio Pamies

domingo, 11 de noviembre de 2012

/1

Todo efecto mágico consta de tres partes
El arte y la vida no se han politizado se han coloreado
La ser humana es más vital que el antropológico designio
La fragilidad y la carencia nos son inherentes pero los sentidos nos salvarán
Encarné a los desheredados y a su efecto cruel mentiroso la guerra
Corporeicé a la libertad y a su enemigo poco sutil y descifrable el capital
Y ahora ofrezco ya mi última palabra paz global humanidad holística
Una entrega total a su arte es la única forma de transformar en positivo todo esto
Menos por menos más cero por cero uno pasión humor felicidad crisis aparte
Esa es la verdadera naturaleza de la magia
Lo ha matado lo ha matado lo ha matado no no y no sino sí
Ahora va a reaparecer el pájaro de alas multiformes
Que no sea la culpa lo que incide al conducir por la diestra
Sino sinónimo de sublevarse y amar los ideales
Que al torcer el sueño en la calle o en la cama no haya odio sino amor
Ni Dios congénito apagando cercenando la vida como un tutor un dictador
Eres es un mago y un genio y has tenido que ensuciarte las manos
Para conseguir la utopía comunitaria libre y posible
Besar al mendigo no sólo como igual sino como igual en cuanto a lo que nos es igualable
Sin apresar por ello al multidisciplinar que nos caracteriza
Y diferencia haciendo de la munda un arte habitable y personal
Repúblicas que brillan como brillan las repúblicas
Pájaro que atraviesa en quietud la amplia avenida
Tinta china entre los corazones y menhiques africanos
No hay razas fuertes o débiles sobre la tierra sino personales diferencias
A las que unen bellos ideales indefinidamente eternos
Siempre elección y libertad de decidir símbolos que el universo extiende
Ninguna mujer está enferma porque no hay mujer sino mujeres además gloriosas en su
existir
El poder de aquellos que con esgrima aplican su aparente fuerza
Nada es al lado del haz sensible que deletrea la existencia
Hasta los ilimitados bemoles donde nadie es ningún subordinado
Sino etéreo misterio y pincelada dionisíaca simbología creativa
Levantaos caminantes nadie os ha hecho sentir pobremente culpables
No hay culpa y nunca la hubo en este mundo mundano divino y nuestra
Sólo el que dice estar ahí arriba aduéñase de ese pretexto
La familia se puede comprender pero es necesario comprenderla antes
Sin recortes hallar las soluciones de nuestra vida crecimiento y emociones
Cuando las marineras obreras campesinos atestan la barra del luminoso bar
Después de la dura jornada y el oblicuo peso del estúpido dinero
En el que estamos ya burbujeando e inmersos cerrando nuestras manos para asirlo
Abrir y abrir las manos donde la quiromancia delinea nuestros cuadros
Somos infinitas y ningún testamento podrá delimitarnos
Trópicos de capricornio se levantan contra la línea imaginaria
Buceando como peces o marismas proclamando sus inalienables izquierdos
Que alguien algún día se atribuyó para sí sin fundamento
El arte es la cúspide de la vida y la vida es la cúspide del arte
Borrachos cantan en la madrugada esplendorosa
Mochilas sobre las plazas y viajeros en pelotas en las fuentes
No hay misa que valga ante tanta fiesta libertaria
Abrigo de los sentimientos dolientes y la maldad doliente
Y el doliente escapismo del maestro frágil y constante
Aprendiz siempre aprendiz de la aprendiz que aprende
Compañera o compañero papel reciclado amor de la galaxia toda
No habrá fin como los tristes nihilistas ansían en la próxima apertura
Puerta hasta otra puerta vecinas invitadas a la calle o a la casa
Sin ninguna otra invitación más que el instinto del placer
Y su constante ir y venir común hacia dentro hacia fuera
Riámonos de las guerras y de su egotismo solipsista
Esqueleto que en juego tiembla por un abrazo robado
Quien es el fin de la munda es el solo yo y el colectivo yo es el futuro
Desnudémonos sin rodillas sobre los arrecifes naturales
Que la arena cosquillee a los sentidos como más que a un vehículo
No hay orden más que el que una misma persona se otorga y se da
Y ese privilegio es propio y particular y se aúlla libertad
Escuchemos cantar a los niños y a los animales son sus bocas armónicas
Clavicémbalos saxofones cítaras arpas flautillas trompetas
La música está ahí y siempre nos ha acompañado inconscientemente
Pero el símbolo es dinámico y hace de la irrealidad realidad no nos asustemos por esto
Educar para que este cambio no sea peligro sino optimismo artístico profundo
Sintiendo el desarrollo y el dar vida exponencial de los sentidos
Un autobús pasa y me encuentro sin omnipotencia en ese autobús
Palpas una ambulancia y acaricias al enfermo que hay ahí dentro
Colaborar con la realidad y hacerla de tan compleja simple
Como pan en perfume deambulando transversal la vida
Observarnos como individuas plenos ojos de simposio
Rebelión en la vida y con causa sin helicópteros encima
Ni otras fuerzas que crean ser capaces de anularnos
Por medio del egoísta encarcelamiento de la fértil sensación
Migrantes con mantas regalando su la su música
Migrantes fronterizos todas enamorados de su raíz de vida en metáforas
Deseando alimentar a base de esfuerzo y exponerse
Como un dar su propia nostalgia hasta la cumbre y la alegría
Remesas de hortalizas planeando por entre los innumerables hemisferios
Bangkok en Melbourne Tokyo en Congo Nueva York en Estocolmo
París en Santiago Lima en Bogotá Moscú en Reyjavik Nicosia
Dejar paulatinamente a la droga asesina y asesinante
Y las fotografías melodramáticas de la estertórea alquimia
Para bailar día y día con la lluvia como caricia
Y no como sinónimo de avaricia o temperamento impositivo
Camioneros con sus radios enamorados de la carretera y del área de descanso que no
censura
Fotogramas acuáticos como plasmas vitales de relevo
Nuevos sentidos en los almacenes de stock de la explotada discordia
Dejé que hablara la infancia que en todas habita
Pero hoy por fin y gracias a vosotras crezco como un pájaro humana y dorada
Madura en su esplendor y consecuente en su abrazo
Con el deseo del suenho como mecanismo implícito
Y explícito es el arte el surrealismo y el realismo buenos días amantes
Beso mágico vidilla y vivo viva todo este mundial carinho
Los cuatro no representan el fin que incoherencia y desea el esquizo
Sino recuperar mirando hacia adelante el interior mensaje
Y el trampolín exterior desde ella hacia el callejero deseo
Erré erré porque el perro y la jirafa no lloran cuando el sol les toca
Planta que halla su energía en otra que le falta
El timbre del instituto es la salida y la entrada y la libertad
No la espera hasta la siguiente obligada clase ojalá saboreada
Porque así podría ser bellísimo ya que educar es imperfecto como vida

+

Siendo ahí donde radica el precipicio de la locura loca la no humildad
En el saber y el saber no para una sino para compartir con otras
Dependemos sólo de nosotras mismas ese es nuestro futuro joder
Nuestra única débil fuerza el aceptar cambiar y creer en ese cambio
Creyendo que con ese mecanismo se alcanza el conocimiento del deleite y el delirio
Y en la montaña viva cuando el viento sopla en su regazo
Como un latido que presagiara el nacimiento de otro nuevo lago
Donde bañarnos todas en sonrisas e imperecederos gestos mutuos
Utopía humana capaz posible que más no tergiversa
Invención de las mujeres y de todos fruto de su carisma entrega y juicio
Ya dijimos que tú nunca perderías porque eres la futura soleada
Y en ti los pájaros cantan de todos los colores
Con una lucidez permanente y una marea permanente de ensueño
Siempre bajo el prisma poliforme del ser libre
Y la revolución sexual empírica y diversa trascendentalmente dulzona y burlona
Ah amantes de toda esta bella e inabarcable huerta laberíntica
Juntemos nuestras manos contra el férreo deseo de la muerte
Viviendo en paz armónica y canto de lo que se aparece
Poesía es la imagen y enriquecedor es el encuentro
Volemos como aves migrantes sin papeles sucios o banderolas necias
Ni canciones que luchan por representar no sé qués torpes y obsoletos
El arte no tiene propiedad y menos a alguien o a algo apropia
Ser críticos con el alrededor para aprender a aprender
Juntos y sin disoluciones ni unos siendo más que otras
Ya intuí que la vida era sueño y que los sueños vida eran
Cuidemos si queremos entonces de esta sueña ya y nunca sin armas tanque oscuridad
Sino amparados por la medida de las cosas que unen
Sin ser por eso menos nosotras los habitantes de esta tremenda unión
Razón sentidos mundo al nivel mismo trascender del bah biológico
Hasta una simpleza humana de diástole como electromagnética base
Once millones de dimensiones sin capital ni cárcel ni zurdos encerrados por engaño
Salvaje es quien se salva dijo el poeta la simbólica poeta
Poesía para el mundo de atónito lenguaje y descifrable hoy
Economía muy de trasfondo respecto al principal plano del ser pacífico y humilde
Beso con lengüita hacia los barcos y los mares océanos
De trigo cascabel maíz péndulo agua lechuga y almizcle
Vuelo y vuelvo para deciros que estoy con y no contra vosotras teleoperadoras artistas
sensibles libertarias
Libertad Amor Felicidad
Bondad Pasión Rebelión
Alegría Humor Utopía

=

Sí a la vida...


Á. G.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Vocales



A negro, E blanco, I rojo, U verde, O azul: vocales
algún día diré vuestro nacer latente:
negro corsé velludo de moscas deslumbrantes,
A, al zumbar en tomo a atroces pestilencias,

calas de umbría; E, candor de pabellones
y naves, hielo altivo, reyes blancos, ombelas
que tiemblan. I, escupida sangre, risa de ira
en labio bello, en labio ebrio de penitencia;

U, ciclos, vibraciones divinas, verdes mares,
paz de pastos sembrados de animales, de surcos
que la alquimia ha grabado en las frentes que estudian.

O, Clarín sobrehumano preñado de estridencias
extrañas y silencios que cruzan Mundos y Ángeles:
O, Omega, fulgor violeta de Sus Ojos.



Arthur Rimbaud
Espero curarme de ti en unos días.
Debo dejar de fumarte, de beberte, de pensarte. Es posible.
Siguiendo las prescripciones de la moral en turno.
Me receto tiempo, abstinencia, soledad.

¿Te parece bien que te quiera nada más una semana?

No es mucho, ni es poco, es bastante.
En una semana se puede reunir todas las palabras de amor
Que se han pronunciado sobre la tierra y
Se les puede prender fuego.
Te voy a calentar con esa hoguera del amor quemado.
Y también el silencio. Porque las mejores palabras de amor
Están entre dos gentes que no se dicen nada.

Hay que quemar también ese otro lenguaje lateral

Y subversivo del que ama. (Tú sabes cómo te digo que te quiero
Cuando digo: "qué calor hace", "dame agua",
"¿Sabes manejar?", "se hizo de noche"
Entre las gentes, a un lado de tus gentes y las mías,
Te he dicho "ya es tarde", y tú sabías que decía "te quiero").

Una semana más para reunir todo el amor del tiempo.

Para dártelo. Para que hagas con él lo que quieras:
Guardarlo, acariciarlo, tirarlo a la basura.
No sirve, es cierto. Sólo quiero una semana
Para entender las cosas. Porque esto es muy parecido
A estar saliendo de un manicomio para entrar a un panteón.



Jaime Sabines

miércoles, 7 de noviembre de 2012

El ritmo

Tira la piedra de hoy,
olvida y duerme. Si es luz,
mañana la encontrarás
ante la aurora, hecha sol.


Juan Ramón Jiménez
Algún día encontraré una palabra
que penetre en tu vientre y lo fecunde,
que se pare en tu seno
como una mano abierta y cerrada al mismo tiempo.
hallaré una palabra
que detenga tu cuerpo y lo dé vuelta,
que contenga tu cuerpo
y abra tus ojos como un dios sin nubes
y te use tu saliva
y te doble las piernas.
tú tal vez no la escuches
o tal vez no la comprendas.
no será necesario.
irá por tu interior como una rueda
recorriéndote al fin de punta a punta,
mujer mía y no mía
y no se detendrá ni cuando mueras.

Roberto Juarroz

domingo, 4 de noviembre de 2012

Libre te quiero,
como arroyo que brinca
de peña en peña.
Pero no mía.

Grande te quiero,
como monte preñado
de primavera.
Pero no mía.

Buena te quiero,
como pan que no sabe
su masa buena.
Pero no mía.

Alta te quiero,
como chopo que al cielo
se despereza.
Pero no mía.

Blanca te quiero,
como flor de azahares
sobre la tierra.
Pero no mía.

Pero no mía
ni de Dios ni de nadie
ni tuya siquiera.


Agustín García Calvo
Cuando nos vamos nunca sabemos que nos vamos.
Hacemos que cerramos la puerta y el destino
–a nuestra espalda- echa el cerrojo.
No volveremos ya.
Hay una soledad del mar
Hay una soledad del mar,
una soledad del espacio,
una soledad de la muerte.
Y no obstante parecen compañía
comparadas con ésa más profunda
intimidad polar,
infinitud finita:
la del alma consigo.

Emily Dickinson

sábado, 3 de noviembre de 2012

Notas de verano sobre ficciones de invierno

Tempo

Que el tiempo es otra cosa: luz, origen, entrañas,
distancia, error a manos llenas, humedad en el pasto
que te escuchaba, historia que precede a las raíces.
Que el tiempo, volcán palpitante, no tiene palabras
ni frutos, túneles a veces con sabor a danza; pero nada,
nada exacto en su justicia, ni edad ni noche escritas
en su frente indígena. Nada: cuerpo aliado a las costumbres.


Descripción de la duda
 
En el aire fenecen las gotas
de la última tormenta,
como dudas inermes, golpeadas a propósito;
desde la orilla
disimulas tu suerte de hombre solo ante la cerradura.
Sobre el perchero la humedad del tiempo juega con tu cabello.


Diálogo primero al amanecer
 
 Entró en el bar con la mirada esquiva,
dormida sobre la solapa de su chaqueta.
Pidió una copa,
y regresó hacia el gesto primero del recuerdo.
No se le oye respirar,
se encoge en cada sorbo
como si le fuese la palabra en ello.
El peso de un silencio no dicho,
no llegado, furtivo entre las manos,
le hace insoportable la luz, la noche
y el sueño se hace pesado,
se carga de saliva errante,
de tactos secos y hermosos.
No hay amanecer sobre la faz de la tierra
capaz de describir tu sombra,
capaz de decir: tú eres. Entró en el bar,
ya tarde, como quien celebra el fin sobre todas las cosas.

De Epílogo Ante la tumba de W. S.


Idea primera
 
Y si despacio las hojas, creciendo de la idea,
del tiempo en el crujir de la tierra
llegaran a ser tu voz
o tu cuerpo envenenado.
Llamas a la tarde Cuerpo, tan cuerpo
como la letra, ida, vuelta hacia su memoria
inacabada, piel de serpiente que hace la idea
sombra pura, quieta como fuente,
historia que envejece como mundo,
lenta rueda encendida
por encima de la niebla.
Yo cuelgo una huella en tu frente,
pero nada –nadie—responde a tu llama, a tu origen,
al filo de tu canto nevado.
 
 
Alberto Santamaría

Carnicería

Carnicería
 
Sangra la carne expuesta entre las moscas
Dentro de las vitrinas

Muestran los cerdos sonrisas
Estremecidos hasta el miedo

Y sus ojos son difíciles al ojo

Entro a los olores saturada
Y extiendo el dinero al del cuchillo

Tres monedas mojadas me devuelven sus uñas

Me llevo una cabeza para reconstruir
La oreja, el hocico, la sonrisa.


De No tú sino la piedra. Ed. El Tucán de Virginia, México 1999.


 
 
Güera Miss Clairol
 
En la tienda, la caja ronronea,
libera el cuerpo aquello que le falta:
feromonas y rosa adrenalina,
sonrisas de sustancias incoloras.

Es el nuevo color en los cabellos,
obligados al rizo, sometidos al rayo,
lejos del lacio oscuro que señala
el emblema más pobre. La industriosa

bondad de lo exitoso, ese blanco
compacto en las mejillas, sobre aquellas
facciones de vencidos ahora alegres,
maquillado su miedo y su fracaso,
cuya imagen por fin ya palidece,
del espejo del mundo eliminada.
 
 

Limbo


Todos se detuvieron.

No llevaban la sombra colgándoles del cuerpo
y no me decían nada.

Yo les hacía hablar como a espejos de carne.
Algunos me imitaban o contaban mi historia.

A todos conocía,
a unos desde siempre,
a otros no los había visto nunca.

En uno distinguí el color de mis ojos y mi pelo,
en otra la sonrisa de mi rostro, mis mejillas y dientes.

Alguien en un momento,
repitió lo que escribo,
leyó mis pensamientos en voz alta.

Después, todos rieron.


De Anábasis Maqueta. Ed. Diamantina, México 2004.

 
  
Carla Faesler‏
Adentro, más adentro,
hasta encontrar en mí todas las cosas.
Afuera, más afuera,
hasta llegar a ti en todas las cosas.

secreto panteísmo.
Mi oración es así.
Tú estás en todo
y todo en mí.



Gerardo Diego

Belleza cruel

Dadme un espeso corazón de barro,
dadme unos ojos de diamante enjuto,
boca de amianto, congeladas venas,
duras espaldas que acaricie el aire.
Quiero dormir a gusto cada noche.
Quiero cantar a estilo de jilguero.
Quiero vivir y amar sin que me pese
ese saber y oír y darme cuenta;
este mirar a diario de hito en hito
todo el revés atroz de la medalla.
Quiero reír al sol sin que me asombre
que este existir de balde, sobreviva,
con tanta muerte suelta por las calles.

Quiero cruzar alegre entre la gente
sin que me cause miedo la mirada
de los que labran tierra golpe a golpe,
de los que roen tiempo palmo a palmo,
de los que llenan pozos gota a gota.

Porque es lo cierto que me da vergüenza,
que se me para el pulso y la sonrisa
cuando contemplo el rostro y el vestido
de tantos hombres con el mido al hombro,
de tantos hombres con el hambre a cuestas,
de tantas frentes con la piel quemada
por la escondida rabia de la sangre.

Porque es lo cierto que me asusta verme
las manos limpias persiguiendo a tontas
mis mariposas de papel o versos.
Porque es lo cierto que empecé cantando
para poner a salvo mis juguetes,
pero ahora estoy aquí mordiendo el polvo,
y me confieso y pido a los que pasan
que me perdonen pronto tantas cosas.

Que me perdonen esta miel tan dulce
sobre los labios, y el silencio noble
de mis almohadas, y mi Dios tan fácil
y este llorar con arte y preceptiva
penas de quita y pon prefabricadas.

Que me perdonen todos este lujo,
este tremendo lujo de ir hallando
tanta belleza en tierra, mar y cielo,
tanta belleza devorada a solas,
tanta belleza cruel, tanta belleza.



Ángela Figuera Aymerich
Abandoné las carambolas por el calambur, los madrigales por los mamboretás, los entreveros por los entretelones, los invertidos por los invertebrados. Dejé la sociabilidad a causa de los sociólogos, de los solistas, de los sodomitas, de los solitarios. No quise saber nada con los prostáticos. Preferí el sublimado a lo sublime. Lo edificante a lo edificado. Mi repulsión hacia los pa
rentescos me hizo eludir los padrinazgos, los padrenuestros. Conjuré las conjuraciones más concomitantes con las conjugaciones conyugales. Fui célibe, con el mismo amor propio con que hubiese sido paraguas. A pesar de mis predilecciones, tuve que distanciarme de los contrabandistas y de los contrabajos; pero intimé, en cambio, con la flagelación, con los flamencos.

Lo irreductible me sedujo un instante. Creí, con una buena fe de voluntario, en la mineralogía y en los minotauros. ¿Por qué razón los mitos no repoblarían la aridez de nuestras circunvoluciones? Durante varios siglos, la felicidad, la fecundidad, la filosofía, la fortuna, ¿no se hospedaron en una piedra?

¡Mi ineptitud llegó a confundir a un coronel con un termómetro!

Renuncié a las sociedades de beneficencia, a los ejercicios respiratorios, a la franela. Aprendí de memoria el horario de los trenes que no tomaría nunca. Poco a poco me sedujeron el recato y el bacalao. No consentí ninguna concomitancia con la concupiscencia, con la constipación. Fui metodista, malabarista, monogamista. Amé las contradicciones, las contrariedades, los contrasentidos... y caí en el gatismo, con una violencia de gatillo.
 
 
Oliveiro Girondo
... Como un niño me escapé de la clase
porque no puedo
escuchar el delirio resonante de los maestros.
Deambulo por las avenidas vacías,
me siento en el banco húmedo
y observo el cielo azul.
En el cielo nadan los barcos,
porque es el fin del mundo.
... Y como un flecha de reloj
la estrella dirige su rayo hacia allá,
donde en el borde de mi corazón,
no hay nada excepto dolor.

Boris Rizhiy


¡Llegó la hora! Pero para este fuego
estoy vieja.
El amor — ¡es más viejo que yo!
—   ¡Una montaña!
De cincuenta eneros.
—   El amor — es aún más viejo:
Soy vieja como el equiseto, como la serpiente.
Más vieja que el ámbar de Livonia,
que todos los barcos fantasmas,
que los mares, que las piedras …
Pero el dolor que tengo en el pecho
es más viejo que el amor.
Marina Tsvetaieva
Sembrar el espíritu
con semillas nuevas
y esperar la cosecha...
lluvia espesa,
tormentas,
vientos frescos.

Pero esta sequía vieja

cubrió mi alma.

Y yo, como una bruja,

como profeta,
ruego con los labios secos:
- ¡Agua, agua!




Tamara Karpenok

Una especie de pérdida

Usados en común: estaciones del año, libros y una música.
Las llaves, los boles de té, la panera, sábanas y una
cama.
Un ajuar de palabras, de gestos, traídos, empleados,
gastados.
Un reglamento de casa observado. Dicho. Hecho. Y
siempre alargada la mano.

De inviernos, de un septeto vienés y de veranos me he

enamorado.
De mapas, de un poblacho de montaña, de una playa y de una cama.
Con fechas he hecho un culto, promesas he declarado
irrevocables,
he adornado un algo y he sido devota delante de una nada,

(-de un periódico doblado, de las cenizas frías, del

papel con un apunte)
impávida ante la religión, porque la iglesia era esta cama.

De la vista de un lago surgió mi pintura inagotable.

Desde el balcón había que saludar a los pueblos, mis
vecinos.
Junto al fuego de la chimenea, en la seguridad, mi
cabello tenía su color más intenso.
La llamada a la puerta era la alarma para mi alegría.

No te he perdido a ti,

sino al mundo.





Ingeborg Bachmann