La magia de creer para ver

domingo, 4 de noviembre de 2012

Cuando nos vamos nunca sabemos que nos vamos.
Hacemos que cerramos la puerta y el destino
–a nuestra espalda- echa el cerrojo.
No volveremos ya.
Hay una soledad del mar
Hay una soledad del mar,
una soledad del espacio,
una soledad de la muerte.
Y no obstante parecen compañía
comparadas con ésa más profunda
intimidad polar,
infinitud finita:
la del alma consigo.

Emily Dickinson

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