La magia de creer para ver

sábado, 3 de noviembre de 2012

¡Llegó la hora! Pero para este fuego
estoy vieja.
El amor — ¡es más viejo que yo!
—   ¡Una montaña!
De cincuenta eneros.
—   El amor — es aún más viejo:
Soy vieja como el equiseto, como la serpiente.
Más vieja que el ámbar de Livonia,
que todos los barcos fantasmas,
que los mares, que las piedras …
Pero el dolor que tengo en el pecho
es más viejo que el amor.
Marina Tsvetaieva

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