La magia de creer para ver

lunes, 26 de noviembre de 2012

Me preguntan, no inesperadamente
por qué escribo.
Sé lo que debería contestar:
Escribo porque amo
a la humanidad y quiero
que mejore la situación de los hombres y que puedan vivir juntos
en paz, libertad e igualdad.
Con mis poemas quiero en la medida
de mi escaso talento, contribuir a alcanzar
esa noble meta.

Pero contestar de esa manera
sería pura palabrería.

Escribir es hundir la mano
en tinta, en alquitrán o en tinta de imprenta
y estamparla en una pared
por amor a la impresión,

por el sólo motivo de la impresión
de su mano.

Lo más negro que hay
donde hundir la mano
es la miseria del mundo.
 
 
 LARS HULDÉN

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