Óleo de un perfecto círculo blanco en lienzo virgen, perfumado a resina de pino. Música apenas audible que habita el espacio de las letras de este texto y respira el silencio que queda entre cada palabra que pronuncias. Escultura esculpida en el más puro aire, cubierta de una pátina de atención constante. Poema compuesto por alejandrinos que nacen del trino incesante del pájaro que anida en mi árbol. Quién soy, hacia dónde voy, dónde estuve antes. Aquí. Máscara tallada en el más límpido de los espejos. Donde te miro me veo, en tanto que me buscas te observo. Quién eres, a dónde vas, por qué regresas. Jamás me fui: míram(t)e. Al lado de tu nombre, limpiando el aura de tu sombra. Reencuentro. Máscara hecha mil pedazos. Estrellas fulgurantes en mí.
Luis Miguel Andrés Llatas
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