La magia de creer para ver

lunes, 30 de septiembre de 2013

Remitente


lápiz en mano dibujó unos signos
sobre la muda arena del desierto
 
pincel en diestra y
paleta en su siniestra
pintó la luz que se buscara el cuerpo
iluminando un fondo de poema
 
cincel en puño modeló el poema
cantaba   laúd en mano   cada verso
 
danzó el poema  el himno  la plegaria
representó en escena cada estrofa
 
se aplaudió solo,
criticóse solo
miró las palmas de sus manos muertas
 
no tenía con quien hacer historia
 
para llegar a humano
le faltaba estrechar fraternalmente
la mano de otro par en barro y sueño
 
lo demás era el tiempo y el espacio
del arte y del olvido
 
no hay destino
si no hay destinatarios 


Rubén Vedovaldi

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