Aumento mi pasión y aguijoneó mi anhelo una candela embozada en mantos de sombra.
Entre la oscuridad me hacía señas, como un dedo blanco teñido de rojo en la punta, y perteneciente a una mano escondida.
Si no soplaba la brisa, brillaba su llama como un hierro de lanza; si la brisa lo torcía, se achataba como una pulsera de luz.
Ibn Zamrak
No hay comentarios:
Publicar un comentario