La magia de creer para ver

miércoles, 14 de enero de 2015

"Me encanta la niebla. Los días con niebla tienen cierto halo mágico. Esta mañana cuando he levantado la persiana apenas se veía el edificio de enfrente. Cuando he bajado a la calle con Zarko la niebla era aún más densa. Y he recordado cuando iba al colegio y tocaba un día como el de hoy. A la derecha del camino por el que entrábamos estaba el campo de fútbol. Y disfrutaba de lo lindo con la niebla que impedía ver la portería del otro lado del campo. Era como si se la hubieran llevado. Era como si alguien se hubiera llevado al menos medio campo de fútbol. Pero bastaba con avanzar para que el camino fuera apareciendo. Y poco a poco la portería que la niebla impedía ver comenzaba a hacerse cada vez más nítida. Y entonces buscaba otro objetivo que la niebla me impidiera ver, para dirigirme hacia él...
Esto, en la línea de lo que contaba Gema hace muy poquito, me hace pensar que el camino siempre está ahí. A menudo me da miedo avanzar porque no lo veo, y no sé qué ocurrirá si me atrevo a dar un paso. Pero la experiencia dice que el camino siempre aparece. Basta con atreverse a dar el primer paso".

Alejandro Rubio

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