La magia de creer para ver

martes, 27 de enero de 2015

Una mañana, hace ya algún tiempo, después de una noche de lluvia en la calle y de tormenta dentro de mi casa, al abrir la ventana para que el aire fresco y la luz del sol entrasen, me quedé mirando al gran arco iris que me regalaba el día y empecé a llorar.
Al rato noté una mano pequeña y cálida y una voz llorosa y feliz que me decía... Mami, mira qué arco iris, es el más bonito que he visto. que bien que estamos los dos llorando de felicidad al verlo.
Desde entonces, mi hijo y yo, cuando queremos llorar de felicidad, vamos en busca de un arco iris y siempre lo encontramos.
Ahora, cuando mire al arcoiris, allí estareis tambien vosotros, cada uno en vuestro color.

Magda Man

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