"No amo a las mujeres. Hay que reinventar el amor, ya se sabe. Ellas únicamente persiguen una posición asegurada. Conseguida esa posición, el corazón y la belleza se dejan de lado: solo queda el frío desdén, hoy alimento del matrimonio. O bien veo mujeres, con los signos de la felicidad, mujeres que yo hubiera podido convertir en buenas compañeras, si no hubieran sido devoradas antes por brutos tan sensibles como hogueras..."
1873, Arthur Rimbaud
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