Se imagina solitario,
se concentra en descubrirse.
Sabe ser…
(pausa).
Y mira por los ventanales estúpidos paisajes
– de formas insólitas y sonidos otorgados-
La palabra aislada en su vientre no es capaz de significar.
La desea así…
desnuda,
sorprendida en un recodo del ritmo.
Siempre albergando la esperanza de amarla libremente,
adaptado al contorno de su cuerpo.
Con un lenguaje penitente
(todavía).
Ana María Arroyo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario