Otra vez debes partir
dejar las luces de la ciudad
y esta mujer
doblemente extranjera
¿quién la visitará?
Pero dejar ese equipaje de angustia
no puedes.
Sobre el agua negra donde te alejas
alumbra una vela
para ella y contra ese cielo
mudo y negro
sin remedio.
Después húndete en el olvido
que es la verdadera memoria del tiempo.
Stéphane Chaumet
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