Esta exhumada ánfora de arcilla
fue en su tiempo lo que yo soy ahora:
Un amante no amado, mas que adora,
y de fe y de pasión es maravilla.
Y estas dos asas de su cuello erguido
que al libador ofrécense, anhelante,
fueron los brazos de un feliz amante...
Y así quedó, y el vaso fue cocido...
Rimas orientales
Omar Khayyam
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